Vertiginoso crecimiento del consumo de gas en China: se multiplicó por diez entre 2000 y 2019

Ahora que un factor decisivo para el encarecimiento de la electricidad en España está siendo la evolución del precio del gas natural (y más allá de hacerse necesario desmontar un sistema marginalista que hace que el megavatio hidráulico o nuclear se facture al precio del gas), conviene aclarar que está pasando con el gas a nivel mundial. Porque podría ser un caso más, entre muchos, de cómo se van a encarecer los recursos naturales que uno no tiene. Y de la subsiguiente prioridad de no hacer el primo con los recursos que uno tiene.
El crecimiento del consumo de gas en China es vertiginoso: lo multiplicó por diez entre 2000 y 2019 según el último Anuario Estadístico de China, pasando de un 2% a un 8% del total de energía consumida por aquel inmenso país.
No es nada extraño que en los datos disponibles para 2020 aparezca como el mayor importador de gas del mundo. China ya multiplica hoy por cuatro veces el volumen neto importado por España.
Fuente: ENERDATA (ver aquí)
Ese año 2020 los principales exportadores mundiales eran: Rusia (- 241), Australia (-112), Noruega (- 110) y Estados Unidos (- 79). Obviamente países que sacan un buen provecho del incremento de demanda y de precios de estos meses.
La progresión de China es tan vertiginosa que cinco años antes su situación en el ranking de mayores importadores mundiales de gas era muy diferente tal como se observa en un segundo gráfico. Hace cinco años China apenas duplicaba las importaciones netas que hacíamos desde España. Lo que quiere decir que en los últimos cinco años ha acaparado en los mercados más del doble de lo que España viene necesitando importar. Sin comentarios.
Fuente: ENERDATA (ver aquí)
Siendo así que en el mismo ranking para 2010 China aún no aparecía en absoluto. Esta progresión es una más de las consecuencias de haber convertido (mérito de la globalización neoliberal) a China en la fábrica del mundo (sobre el petróleo y China ver aquí).
Por estos pagos las empresas que operan en España el oligopolio del contador de la luz están aprovechando la ocasión para facturar la energía nuclear e hidroeléctrica a los precios máximos que marca el gas, al rebufo de esta progresión del mercado mundial y de su mayor consumidor. Resulta por ello entrañable que –hoy mismo– hayan declarado su preocupación por reducir la dependencia del gas en España.
Dado de quién viene la cosa me temo que lo usarán como argumento para mantener o ampliar el parque nuclear (que ellos venden como libre de carbono) y para anclar como ilimitadas sus concesiones hidroeléctricas. Su posición negociadora –en parte gracias a la demanda china– es tan potente que en los fondos Next Generation EU ya aparecen como los abanderados de la descarbonización.
A los asesores de nuestros gobernantes les vendría muy bien tomar buena nota del análisis alternativo de Herman Scheer para diseñar una senda de autodeterminación energética (sin importaciones y sin regalar los recursos renovables autóctonos a multinacionales). Un asunto del que me ocupé recientemente en otro diario digital. @mundiario
