Venezuela en tiempos de inflación con Maduro

Llegada de la ayuda humanitaria enviada por la Cruz Roja a Venezuela. / RR SS.
Llegada de la ayuda humanitaria enviada por la Cruz Roja a Venezuela. / RR SS.
Los mercados que más impacto han sufrido en los últimos años por la creciente inflación son los de alimentación, servicios y transporte.
Venezuela en tiempos de inflación con Maduro

Venezuela, cuenta con unas ricas reservas petroleras (las más grandes del mundo). Sin embargo, como país atraviesa la más dura crisis económica de su historia. Esto se refleja en una severa inflación (es decir, una hiperinflación), lo cual genera una falta de alimentos y escasez de medicinas además de limitaciones en los servicios públicos.

Venezuela vive en este 2019 una de las peores crisis de los últimos años con un  salario mínimo que solo es de 40.000 bolívares mensuales (unos 3,12 dólares según la tasa oficial de cambio) y que tan solo representa el 2% de la cesta básica familiar del ciudadano venezolano.

La desaceleración en la economía venezolana ocurre principalmente por la  reducción del consumo de alimentos de los venezolanos, que se ven perjudicados por la pérdida del poder adquisitivo.

Según el reporte entregado por la Asamblea Nacional que encabeza el presidente Juan Guaidó, la hiperinflación en Venezuela continuó a un ritmo interanual llegando incluso a un 135.379%. Por eso, los analistas ven en Venezuela al país con la tasa de inflación más grande del mundo.

La desaceleración interanual está referida a una discreta disciplina monetaria del gobierno en disputa de Nicolás Maduro.

Aunque el gobierno de Maduro siempre ha responsabilizado a agentes externos (como por ejemplo a Estados Unidos) y la oligarquía venezolana de la crisis, la visión de la situación que se ve desde el exterior es distinta. Se reconoce  que los principales desencadenantes de la hiperinflación en Venezuela están referidos a la intervención del gobierno chavista en la política monetaria y al Banco Central de Venezuela (BCV). Sobre todo a través de la inyección de dinero sin respaldo de bienes o reservas internacionales (conocido como dinero inorgánico).

Frente al 2018, la tasa de inflación ha sido algo menor, pero el problema ha continuado y las perspectivas no son buenas para lo que queda del 2019.

El gobierno de Nicolás Maduro, presionado por las sanciones económicas de Estados Unidos y otros países de Europa, promovió en el pasado agosto de 2018 algunos cambios que significaron  la eliminación de cinco ceros al bolívar para que no se vea tan devaluado respecto al dólar. La inflación en Venezuela pasó de 33,8% en el mes de julio al 65,2% en agosto de este 2019, lo que ha reducido más aún el poder de compra de los ciudadanos según fuentes del Parlamento.

Justamente la comisión de finanzas del Parlamento venezolano se vio obligado a ofrecer desde enero de 2017 una serie de indicadores debido a que el Banco Central de Venezuela (BCV) llevaba más de un año sin publicar la inflación y otros indicadores. Si bien, entre abril y junio de 2019 hubo una ligera desaceleración de la inflación, eso en ningún momento se reflejó en una mejora para los bolsillos del ciudadano venezolano. En julio y agosto volvió a registrarse una tendencia similar a la del 2018.

El salario mínimo de 40.000 bolívares que en concreto solo representa el 3,8% de la canasta familiar refleja notoriamente el declive de la actividad económica del país y de su hiperinflación.

Los mercados que más impacto han sufrido en los últimos años por la creciente inflación son los de alimentación, servicios y transporte.

El modelo económico y la línea política de Nicolás Maduro difícilmente lograrán cambiar el panorama sombrío para la economía del pueblo venezolano. @mundiario

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