Venezuela, un país petrolero donde no hay gasolina

Un surtidor en una gasolinera en Venezuela. /  LaPatilla
Gasolina en Venezuela. / LaPatilla

Llenar el tanque del automóvil se ha convertido en una autentica pesadilla para los hijos de la patria de Simón Bolívar.

Venezuela, un país petrolero donde no hay gasolina

Doce horas en una cola. Dormir en una estación de servicio. El colapso del transporte público y las ciudades. Las quejas de todo un pueblo. Estas son algunas de las cosas que debe soportar aquel que vive en Venezuela. A la dramática escasez de alimentos, medicinas, y dinero en efectivo se suma un nuevo producto: la gasolina. Llenar el tanque del automóvil se ha convertido en una autentica pesadilla para los hijos de la patria de Simón Bolívar.

La crisis del combustible, que ya ha tocado el país caribeño en otras ocasiones, se ha agudizado con la llegada de la campaña navideña y ha azotado al menos ocho de los principales estados del país. En el Zulia y Táchira, regiones fronterizas con Colombia, las filas sobrepasan los 100 vehículos por estación cada día, y lo propio ocurre en Barinas –la cuna de Hugo Chávez-, Mérida, Portuguesa, Lara, Yaracuy y Carabobo. El panorama también ha caído de forma intermitente sobre Caracas, la capital de la nación, pero la más afectada es el área occidental.

Desde hace un tiempo acudir a una estación de servicio dejó de ser sinónimo de llenar el tanque. Algunos esperan en las filas desde el día anterior sin tener la certeza de que el combustible pueda llegar. Además, según ha podido constatar la agencia oficial de noticias Efe, los usuarios deben recorrer varias estaciones para poder hallar aquella donde abastecerse, debido a que la alarmante situación ha hecho que muchas gasolineras cierren. El combustible está siendo suministrado bajo la vigilancia de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).

A la hora de encontrar un culpable la asignación resulta sencilla. Las autoridades venezolanas atribuyen habitualmente el corte de gasolina en el oeste del país al contrabando hacia la frontera con Colombia. En este punto vale la pena destacar que la nación caribeña tiene el combustible más barato del mundo - el litro de 91 octanos cuesta 1 bolívar (menos de 0,0003 dólares a la tasa de cambio oficial de referencia), y el de 95 octanos vale 6 bolívares (0,0017 dólares)- por lo que la reventa de combustible más allá de la frontera resulta un negocio especialmente lucrativo.

Por otra parte, según los expertos, la extrema situación actual tiene lugar a partir del progresivo deterioro de PDVSA, la otrora poderosísima estatal petrolera. La producción actual del país roza los dos millones de barriles diarios, poco menos de la mitad de lo que producía en los años noventa, apunta el diario El País. Los problemas con el abastecimiento de la gasolina comenzaron a agravarse, sobre todo, tras la tragedia industrial de Amuay, en agosto de 2012, una explosión en el mayor complejo refinador del país, que causó 41 muertos, 150 heridos y 500 hogares afectados. La mayoría parlamentaria que detentaba el chavismo en aquel entones bloqueó cualquier asomo de auditoría o interpelación en la Asamblea Nacional, agrega el rotativo español.

Y a todo esto hay que sumarle la pila de escándalos por corrupción a la que ha tenido que hacer frente la firma petrolera. El año pasado la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, que presidia el representante opositor de Voluntad Popular, Freddy Guevara —hoy asilado en la Embajada de Chile en Caracas— presentó un extenso informe en el cual denunciaba la existencia de pérdidas millonarias en casos de sobreprecios, sobornos, triangulación y legitimación de capitales. El documento señalaba directamente a Rafael Ramírez, el todopoderoso ministro de Energía y Petróleo durante el auge del chavismo, que hoy ha dado un paso al frente para expresar su descontento con la gestión de Maduro.

Todo esto ha dado pie al inicio de una purga política en las filas de PDVSA, liderada por el fiscal general, Tarek William Saab, y que ya ha hecho rodar las cabezas de Eulogio del Pino, el exministro de Energía y Petróleo, y Nelson Martínez, el expresidente de la compañía, además de otros 65 altos gerentes.

 

Por su parte, los representantes de la estatal venezolana, fieles al estilo del que ha hecho gala el presidente Nicolás Maduro, han achacado los inconvenientes en relación al combustible al “imperio estadounidense”. El pasado miércoles la filial venezolana aseguró que la escasez de gasolina se debe a los retrasos en los pagos a los transportistas marítimos, a raíz de las sanciones financieras de Estados Unidos al Gobierno, al tiempo que prometió que el suministro “se normalizará en las próximas horas”.

“Ofrecemos disculpas al pueblo venezolano por los retrasos presentados en el suministro de combustible en la región andina del país, debido al rechazo de nuestros pagos del servicio de cabotaje, por las sanciones del Gobierno estadounidense”, escribió Pdvsa en su cuenta oficial en la red social Twitter.

El drama se ha convertido en un problema crónico cuya sola formulación constituye una dolorosa ironía: Venezuela, la tradicional potencia, miembro fundador de la OPEP y el país con las mayores reservas petroleras del mundo, se quedó sin oro negro y también sin gasolina. @mundiario   

 

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