La Unión Europea pacta un acuerdo de inversiones con la segunda mayor economía del mundo

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La videoconferencia a través de la cual China y la UE alcanzaron un acuerdo este miércoles. En la imagen; los presidentes de China, del Consejo Europeo, de Francia, de la Comisión Europea y la canciller de Alemania. / DW
Los flujos de capitales que China capta con sus exportaciones de productos terminados y sus préstamos internacionales podrían entrar a Europa si ambos usan un mecanismo de apoyo mutuo.
La Unión Europea pacta un acuerdo de inversiones con la segunda mayor economía del mundo

Dos gigantes planean combinar sus capitales financieros. En medio de un año de recesión y crisis económica global por la tercera pandemia más devastadora de la historia, el gigante asiático no se detuvo pese a haber sido el origen de ese brote y, unos meses después, de manera muy sorpresiva, comenzaba a reactivar su imperio industrial hasta el punto de convertirse en el único país del planeta que crecerá económicamente en 2020, con un 1% agregado en riqueza monetaria a su producto interno bruto (PIB).

Y es que el bloque de potencias occidentales que fue la primera región en verse sacudida por el shock de la pandemia y la caída mundial de los mercados tras el estallido del brote, hoy es el principal socio estratégico de la segunda economía más grande del mundo en el hemisferio occidental.


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La Unión Europea (UE) y China llegaron este miércoles a un principio de Acuerdo de Inversiones que, una vez en vigencia, mejorará el acceso de los inversores europeos al mercado chino y les dará más garantías de competir en igualdad de condiciones con las empresas locales, de acuerdo con los puntos del acuerdo señalados por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Esto implica que los flujos de capitales que China capta con sus exportaciones de productos terminados y sus préstamos internacionales podrían entrar a Europa en la medida que ambos usen un mecanismo de apoyo mutuo en inversiones para sus empresas en el territorio del otro socio, es decir, las empresas europeas en China y las chinas en Europa. 

Bruselas y Pekín pusieron fin así a siete años de negociaciones que se han acelerado en la recta final de 2020, luego de que los puntos clave del acuerdo se mantuvieran congelados por los montos y capitales que aún no se sabían en qué cantidad de liquidez serían desplegados, y  después de que China se haya comprometido a trabajar para “ratificar las convenciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en particular las relativas al trabajo forzado, que eran de crucial importancia para la UE”, según un borrador del documento del acuerdo difundido por varias agencias internacionales. 

Por lo tanto, lo más probables es que se genere un puente bilateral que vaya mucho más allá de las inversiones, sino también con nuevos empleos creados a uno y otro lado con mano de obra europea en China y capital humano chino en países como Alemania y Francia, que son dos motores industriales que, junto al gigante asiático, alimentan las cadenas de suministro global de toda la economía mundial. @mundiario

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