Trump vuelve a defender su discurso proteccionista en la fábrica de Boeing

Donald Trump. / RRSS
Donald Trump.

El presidente de los Estados Unidos visitó la planta de una de las empresas con las que más altercados ha tenido desde su campaña electoral el año pasado.

Trump vuelve a defender su discurso proteccionista en la fábrica de Boeing

Donald Trump ha visitado la planta ensambladora de Boeing en Carolina del Sur, lugar en el que aprovechó para dar un nuevo discurso proteccionista. Su visita no estuvo libre de morbo pues hace algunos meses criticó los elevados costos que tendrá el nuevo modelo del Air Force One, su avión presidencial. Pero no sólo eso, como bien es sabido ha amenazado con romper el orden económico mundial y con imponer aranceles a todas las empresas que fabriquen sus productos en otros países, incluidos aviones.

"Nuestro objetivo como nación tiene que ser depender menos de importaciones y más de productos hechos en Estados Unidos", expresó el presidente en North Charleston. En esa misma fábrica se produce hoy día la nueva versión del 787-10 del Dreamliner, una aeronave comercial. También en esa misma fábrica los empleados rechazaron la opción de formar un sindicato.

"Compra americano y contrata americano", expresó posteriormente el empresario, dignificando otra vez sus intenciones proteccionistas, al tiempo que reiteró sus amenazas contra las empresas que produzcan afuera y vendan dentro de las fronteras de Estados Unidos. Pese a que no quiso dar detalles, se sospecha que ese arancel podría ser hasta del 35%. El mayor perjudicado sería México, el principal blanco de los disparos retóricos del magnate.

La recuperación de empleos para los estadounidenses fue uno de los santos griales de su campaña, lo cual le valió para ganar el voto de la clase media trabajadora. Ahora que ha llegado a la Casa Blanca, se ha dedicado a repartir críticas y halagos a varias empresas, lo cual hace pensar a todas las grandes compañías que, tarde o temprano, les llegará su momento de ser expuetas públicamente.

Ya desde antes de asumir como mandatario se vanagloriaba hasta de los más pequeños logros. Por ejemplo, en diciembre persumió de haber conseguido que una fábrica de aparatos de aire acondicionado de Indiana decidiera mantener a mil de sus empleados en retorno por un plan de rebajas fiscales que propuso él mismo también.

Pero no sólo eso, también se ha cargado proyectos millonarios de grandes empresas. Uno de los más recientes fue el de la fabricante de vehículos Ford, la cual canceló la apertura de una planta en México para poder ampliar su producción en el estado de Michigan. La decisión fue anunciada un día después de que Trump criticara a la General Motors y les amenazara con represalias fiscales. "De golpe, las plantas están volviendo a nuestro país”, presumió Trump, quien salvo el miedo no tiene ningún otro argumento real para catalizar la manufactura estadounidense.

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