Las trasformaciones sociales en nuestro país cambiarán el modelo de turismo actual

Ámsterdam. / Shutterstock
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La preocupación por el medio ambiente, el envejecimiento de la población, la proliferación de empresas de bajo coste y la automatización del sector turístico son las tendencias que cambiarán nuestra forma en el consumo turístico.
Las trasformaciones sociales en nuestro país cambiarán el modelo de turismo actual

El sector turístico es uno de los elementos más característicos y consolidados de la economía española. Los cambios económicos y la trasformación social, unidos a la emergencia climática mundial y a la revolución tecnológica a gran escala, hacen que lancemos una pregunta al aire. ¿Cómo será el consumo turístico en la próxima década?

Según Luis Gómez Encinas, formador de CESAE, las principales tendencias que impactarán en el sector para la próxima década están relacionadas con la preocupación de la sociedad por el medio ambiente, el envejecimiento de la población, la importancia del bajo coste para el consumidor y la adaptación de la robotización del turismo. Esta es la respuesta para entender cómo será el consumo en los próximos años.

La preocupación por el cambio climático en nuestra sociedad ha conseguido que el consumo ecológico se incorpore en la agenda turística, con vistas a que en un futuro juegue un papel fundamental en la forma de viajar y disfrutar del ocio turístico. “Debido al activismo medioambiental, las empresas turísticas han introducido en sus estrategias de marketing el discurso verde, asociado por ejemplo a la reducción de emisiones de CO2”, asegura Gómez Encinas. Un consumo que predomina en las posiciones sociales medias y altas de la sociedad, donde se proyecta un estilo de vida. También encontramos a un consumidor más novel, pero menos fiel, con unas compras más esporádicas que entraría eventualmente en el segmento ecológico.

Otra de las tendencias sociales que afectará a nuestra forma de entender el turismo durante la próxima década es el envejecimiento de la población española, un colectivo con un alto poder adquisitivo y una gran predisposición para viajar. Luis Gómez afirma que “son este tipo de clientes los que tienen un mayor interés por realizar viajes culturales, cada vez más al extranjero y con el mayor número de servicios incluidos.” Los turoperadores han convertido el turismo senior en su nuevo objetivo estratégico, aumentado su oferta y diferenciándola de lo que tradicionalmente se conoce como turismo social de programas de viajes subvencionados. Según Gómez Encinas, esta forma de viajar está cada vez más cuestionada en nuestro país por su escasa rentabilidad y la necesidad de recortar los presupuestos.

Ante la falta de flexibilidad y la inestabilidad del ámbito laboral, se imponen estancias más cortas a grandes capitales o ciudades medias con atractivo turístico. Esto, unido a la llegada de las aerolíneas low cost y las plataformas digitales de alquiler, ha provocado un aumento en la importancia del turismo de bajo coste y la proliferación de las escapadas urbanas. El turismo urbano vive un boom a escala global y en los próximos años todo parece indicar que no va a parar a pesar de los problemas de sobreturismo que está llevando a muchas ciudades a tomar medidas, como es el caso de Venecia. “La hipersegmentación de la economía de nichos está propiciando el auge del turismo gastronómico y otros segmentos de ocio donde priman las actividades temáticas y experiencias“, afirma el formador de CESAE Luis Gómez Encinas. Aunque el consumo turístico de masas convencional de sol y playa está perdiendo fuelle, seguirá existiendo. Este cambio se debe a los nuevos hábitos de los turistas y la implantación de una nueva cultura del viaje vacacional.

La robotización del sector es otra de las tendencias sociales que afectará al sector turístico en las próximas décadas. Además, este es uno de los sectores más afectados por la automatización de muchas tareas. Gómez Encinas cuenta que el viajero turístico se va ir adaptando progresivamente a este entorno en vertiginosa trasformación. “La industria turística, dominada por grandes corporaciones tecnológicas, está volcando sus recursos en recopilar enormes volúmenes de datos, a través de equipos multidisciplinares de ingenieros, lingüistas y neuropsicología”, explica. Con esto, y según el formador, quieren perfeccionar sus bots con el objetivo de capacitarlos para “analizar sentimientos”, lo cual se traduce en atención al cliente, reservas y todo tipo de servicios turísticos”. Aunque nos encontramos en la era digital, factores como la confianza, el trato personal y las opiniones de los clientes, continuarán teniendo un peso decisivo en la búsqueda y contratación de viajes turísticos. Así será el turismo en los próximos años. @mundiario

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