Toca pagar más por el dinero y no pedirle más al BCE, pero también habrá que reducir el déficit

Banco Central Europeo. / Mundiario
Banco Central Europeo. / Mundiario

El BCE tuvo que reunirse de urgencia ante la escalada de las primas de riesgo. En España, el mero anuncio de la subida de tipos llevó el rendimiento del bono por encima del 3% por primera vez desde 2014.

Toca pagar más por el dinero y no pedirle más al BCE, pero también habrá que reducir el déficit

Los tipos de interés que se aplican a la liquidez de los bancos van a subir –un poco menos o un poco más, pero van a subir fijo– y los Estados europeos, entre ellos España, deberán vender su deuda pública en los mercados financieros. El Banco Central Europeo (BCE) pasa página, tras una etapa en la que aceptaba toda la deuda y no cobraba intereses a los bancos.

El cambio que se avecina en la economía, aunque se aplicará poco a poco, es de los que marcan época y lleva consigo un encarecimiento de los costes financieros tanto para el Estado como para el sector privado. De hecho, el BCE ya tuvo que reunirse de urgencia ante la escalada de las primas de riesgo para adoptar medidas correctoras. En España, el mero anuncio de la subida de tipos llevó el rendimiento del bono por encima del 3% por primera vez desde 2014.

El reajuste no se acabará ahí, ya que habrá que ir haciendo una reducción del déficit público. Nunca es un buen momento para afrontar retos así –especialmente en España–, pero ahora menos, dada la crisis energética y de suministros, unida a una inflación desatada.

En definitiva, España se encuentra en un momento delicado, como sus socios europeos, pero su capacidad de resistencia es menor. O se industrializa o no saldrá adelante. El recurso de la deuda pública es limitado.

Hay inflación en EE UU y en Alemania, también crisis energética, pero tienen recursos que España no tiene 

Jorge Dezcallar, que fue director del CNI y embajador en plazas importantes, entre ellas Washington, suele decir algo que explica desde la diplomacia el gran problema de España: su falta de peso, que es algo derivado de su economía. Lo cuenta a su manera, sin ofender a nadie, poniéndolo en boca de Estados Unidos, pero se le entiende bien: los americanos no se fijan en España, en Europa solo miran a Alemania, el Reino Unido y a Francia. No es casualidad que lo hagan con las tres grandes economías –industrializadas– del continente europeo; ahora ya no se puede decir de la Unión Europea, porque Londres optó por el Brexit.

El autor del libro Abrazar el mundo también pone en boca de toda una referente de la diplomacia americana, Hillary Clinton, los mimbres básicos de un país: tener solidez económica e instituciones fuertes y saber a dónde se quiere ir. Bastarían esas contadas ideas para determinar qué es lo que hay que cambiar en España, pero ¿se está haciendo? Los resultados y las previsiones indican que no, con un rasgo nuevo. Si España pierde la oportunidad de modernizar y cambiar su modelo económico, para industrializarse y ser un país grande, verá pasar el tren de los fondos Next Generation con más pena que gloria.

España no es Alemania ni Francia

Las grandes potencias europeas pueden hacer con esos fondos prácticamente lo que les dé la gana, incluso modernizar sus museos, pero España no. Alemania y Francia, aunque no son California desde el punto de vista tecnológico, están industrializadas y atesoran mucha riqueza. España no.

Desaprovechar los fondos europeos, no industrializar España, sería un pecado capital. Y hay quien está comprando muchas rifas para la pedrea, pero no para el premio Gordo.

En el mundo de hoy hay países grandes, como Estados Unidos, que demuestran que pueden levantar en pocos años nuevos imperios empresariales como Google, Amazon, Facebook, Tesla o Apple, casi sin despeinarse, y desde el sector privado, pero también hay estados del tamaño de España que lo hacen, sin que aquí se haga lo mismo: basta ver el modelo de Corea del Sur, un país agrícola hace 50 años que hoy gestiona multinacionales industriales que hacen que su economía mire sobre el hombro a España.

La deuda hipoteca el futuro de los jóvenes

Lamentablemente, el debate político español elude estos asuntos, también los que suscita con buen criterio Jorge Dezcallar. Para ver lo equivocados que estamos basta ver cualquier día la prensa internacional: de lo que se habla –y grita– en España, solo se habla aquí. 

Está muy bien hablar de derechos, claro que sí, pero para que los derechos sean reales y se disfruten con calidad deben tener un soporte económico. Felipe González no hubiera podido universalizar la sanidad ni mejorar la educación si no se hubiera hecho una gran reforma fiscal y no se hubiera modernizado la economía, a veces con reconversiones dolorosas.

Hoy da la impresión de que ya está todo hecho y de que basta con repartirlo mejor, y no es verdad. Muchas cosas se hacen solo con más deuda, lo cual no tiene ningún mérito, sino más bien todo lo contrario, ya que se hipoteca el futuro de los jóvenes. 

Cuando en España algunos se sienten tan guais que miran con desdén a Estados Unidos, que ya es decir, se olvidan de algo tan elemental como que un americano medio multiplica por tres la renta de un español. Pero en un país a la deriva, como es la España de hoy, se puede decir (y hacer) de todo. @J_L_Gomez


Evolución de precios del petroleo.
Evolución de precios del petróleo.

AL ALZA

La inflación 

Los precios se han disparado en medio mundo, pero con España a la cabeza. Un 8,7% en mayo es un dato preocupante, especialmente para los consumidores de alimentos –todos los ciudadanos– y carburantes. El llamado mecanismo ibérico puede rebajar el precio de la luz, al darle un tratamiento especial al gas, pero costará contener las subidas en la alimentación. Hablamos, y nunca mejor dicho, de las cosas de comer. Hay gobiernos a los que la inflación se los llevó por delante.

A LA BAJA

El paro 

Aunque el Banco de España no quiere cantar victoria hasta que las cosas se asienten, hay que reconocerle al Gobierno que su reforma laboral está dando buenos resultados. ¿Problema? Lo será el crecimiento, que irá a menos. No solo menos de lo previsto para este año, que puede cerrarse con un 4,1%, sino también a menos en 2023, con una previsión del 2,8% por parte del Banco de España. Así, pues, el paro podría estabilizarse en el entorno del 13%, tanto este año como el que viene. @mundiario


PROTAGONISTAS

Christine Lagarde. / RR SS
Christine Lagarde. / RR SS

Christine Lagarde

Presidenta del BCE

Convocó una reunión extraordinaria de su consejo de gobierno para este miércoles 15 de junio ante la escalada de las primas de riesgo de los países del sur de Europa, entre ellos España, tras el anuncio de subida de tipos de interés del pasado jueves. “El Consejo de Gobierno tendrá una reunión ad hoc este miércoles para discutir las actuales condiciones de los mercados”, anunció una portavoz del BCE. La clave: el mero anuncio de la subida de tipos llevó el rendimiento del bono por encima del 4,5% en Grecia, del 4% en Italia, y del 3% en España y Portugal. El BCE permitirá reinvertir "con flexibilidad" los vencimientos de deuda del extinto programa para combatir la pandemia (PEPP, en sus siglas en inglés), con destino a los países que más acusen los ataques de los mercados, y se pondrá en marcha un nuevo mecanismo anticrisis.

Pedro Sánchez

Presidente del Gobierno

Si Argelia fuese un país como tantos otros con los que España comercia, un cabreo suyo no derribaría las columnas de la economía, pero siendo el gran proveedor de gas, el cuento no es el mismo. Un Presidente con mayúsculas se supone que lo sabe.

Nadia Calviño

Vicepresidenta del Gobierno

Nadie duda de su buen manejo de las cuentas del Estado ni de la confianza que inspira en Bruselas. Su asignatura pendiente es demostrar que puede ser la gran ministra capaz de dotar España de un nuevo modelo económico, de base industrial.

María Jesús Montero

Ministra de Hacienda

El Banco de España no prevé buenos datos, ni este año ni el que viene. El déficit se cerrará en 2022 por encima del 4,5% y la tendencia será similar en 2023. Al no esperarse una reducción de calado –podría ser de una décima– la deuda seguirá disparada. @mundiario

 

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