Tiempos para invertir más en I+D+i, promover la industria y elevar el tamaño de las empresas

La incorporación de innovación tecnológica en las empresas es insuficiente. / RR SS.
Se impone la incorporación de innovación tecnológica en las empresas. / Mundiario

A falta de suficiente inversión extranjera, comunidades como Galicia ya pueden ir buscándose la vida con sus propios recursos ahora que hay dinero barato en la banca. Su esperanza: salir fuera, internacionalizarse. Toca moverse.

Tiempos para invertir más en I+D+i, promover la industria y elevar el tamaño de las empresas

Un pequeño país como Galicia, envejecido y con pocos nacimientos, tiene un mercado interno con el que difícilmente puede salir adelante si no se internacionaliza. Pero para ello necesita al menos tres cosas: invertir más en I+D+i, incrementar su base industrial y elevar el tamaño de sus empresas, a día de hoy muy pequeño, aunque con excepciones llamativas, como acostumbra subrayar el catedrático Fernando González Laxe.

En torno a estas ideas se debatió la semana pasada a fondo en la isla de A Toxa, en el marco del Foro Económico de Galicia, una plataforma de transferencia de conocimiento desde la Universidad y la empresa a centros de decisión pública como el Parlamento. Como observa La Región, el catedrático Santiago Lago, desde la dirección, y el empresario Emilio Pérez Nieto, como presidente, han logrado desarrollar un equipo de profesores, empresarios y periodistas de economía cada vez más consolidado.

Un espaldarazo importante para el Foro llega ahora de la mano de Abanca, cuyo consejero delegado, Francisco Botas, simbolizó con su presencia el compromiso adquirido. Botas pronunció una conferencia en la que dio muestras de su perfil de financiero humilde pero seguro, en la que coincidió con muchas tesis de los académicos. Cauto en algunos frentes que parece reservar a su patrón, Juan Carlos Escotet, el joven ejecutivo de Abanca suele frecuentar Frankfurt y Bruselas, dado que el Banco Central Europeo (BCE) y las autoridades comunitarias miran cada vez más con culpa a sus bancos. Galicia se ha mantenido poco menos que de milagro con una entidad financiera que anda por el puesto 40 entre las 120 más importantes de Europa, que es el número de bancos que pasan la ITV en Frankfurt, sede del BCE.

Si algo hay ahora es dinero barato. Por eso parece un buen momento para que las empresas crezcan y se musculen, no sólo pensando en el escuálido mercado interno, sino en su internacionalización. Hay un economista gallego, Xoán López Facal, que es un auténtico entusiasta de este tipo de propuestas, con una buena hoja de servicios desde la antigua Sodiga -una sociedad de desarrollo industrial sin duda con más luces que sombras-, y con la mirada puesta en la lusofonía económica. Pero si alguien tiró a dar en este frente fue el empresario Víctor Nogueira. “En Galicia –vino a decir- no entra inversión para nuevos centros de producción, sino para comprar empresas en marcha.”

Del mismo modo que Galicia tiene ahora dinero barato esperando en las ventanillas de los bancos, puede complicársele la vida con otro tipo de dinero: el de la financiación autonómica. Todo se debe a los riesgos que entraña  para algunas comunidades la renegociación de la financiación autonómica, tesis que fue secundada por los profesores Xoaquín Fernández Leiceaga y Santiago Lago. Las comunidades que no son contribuyentes netas podrían cifrar sus aspiraciones en quedarse como están, ante la presión de otras autonomías como Cataluña. Ambos expertos consideran difícil, casi imposible, el encaje de un nuevo cupo similar al vasco en Cataluña y ponen un ejemplo de las consecuencias: para una comunidad como Galicia tendría un coste anual de entre 570 y 700 millones de euros. También participó en el debate la exconselleira de Hacienda Elena Muñoz, partidaria de la defensa de criterios como la dispersión y el envejecimiento, dos factores que inciden en el mayor coste en servicios públicos como la educación y la atención sanitaria. @J_L_Gomez

La nueva oficina de empresas está situada en la sede institucional de Abanca en Vigo. / Mundiario
Oficina de empresas de Abanca. / Mundiario
El protagonismo de Abanca
A pesar de operaciones tan importantes (1.003 millones de euros) como la compra de Novagalicia, la actual Abanca, por parte de capital venezolano, en general la inversión extranjera en Galicia es modesta, como corroboran los estudios de Xan López Facal. Es más, la inversión de Galicia en el exterior es cinco veces superior a los fondos que capta, según datos referidos al período 2004-2015, en el que Galicia invirtió en otros países unos 10.800 millones de euros, mientras que recibió 2.260 millones.
La entidad financiera que dirige Francisco Botas y que capitanea Juan Carlos Escotet cerró el primer trimestre de 2016 con un beneficio neto de 77 millones de euros. Por Abanca pasa el 41% de los depósitos de Galicia (más de 29.000 millones de euros) y el 31% del crédito (unos 25.000 millones). En 2015 su beneficio neto superó los 330 millones. Tanto sus resultados como sus ingresos, cada vez más diversificados con seguros y otros productos financieros, dan la impresión de que Abanca consolida su modelo de negocio.

 

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