El temerario plan de Brexit de Boris Johnson condena a la libra esterlina

Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido.
Boris Johnson, primer ministro del Reino Unido.
El primer ministro sostiene sus intenciones y con eso la divisa de la isla llega a su valor más bajo desde 2016.
El temerario plan de Brexit de Boris Johnson condena a la libra esterlina

La libra esterlina se ha desmoronado en los mecados a raíz de la decisión de Boris Johnson de forzar el Brexit a finales de octubre o sin acuerdo. La divisa retrocedió notablemente en la sesión de este martes, por lo que en lo que va de mandato de Johnson como primer ministro ha perdido 2,4 en su valor en relación al dólar, lo que representa la mayor caída desde octubre de 2016. En cuanto a valores absolutos, la libra está a 1,21 por dólar, su cota más baja desde septiembre de 2017. El Gobierno del Reino Unido no ha querido hacer ningún comentario al respecto. Johnson mantiene el tipo e insiste en que la isla debe salir a toda costa de la Unión Europea.

La temeraria apuesta de Johnson de sacar al Reino Unido del club continental a como de lugar para el 31 de octubre ha provocado una ola de críticas y arrastrado serias consecuencias en el mercado de bonos de deuda de Irlanda, que tiene a día de hoy su peor registro en relación a los alemanes.

Downing Street avisó el lunes a Bruselas que Johnson no se reunirá con emisarios de la UE si ésta no renuncia antes a la cláusula de salvaguarda para la frontera irlandesa, manzana de discordia del acuerdo que firmó el anterior Gobierno liderado por Theresa May. El ahora primer ministro no está por la labor de permitir que se vuelva a tener una frontera dura entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte, pues la primera pertenece a la UE y la segunda es aún británica.

El extravagante jefe de Londres sostuvo este martes una conversación con Leo Varadkar, primer ministro irlandés, en la que éste le dijo que prefería una salida con un acuerdo. "Pero este debe abolir el backstop", comunicó Johnson.

Como sea, Johnson la está pasando mal a raíz de las fricciones territoriales en el Reino Unido, tal y como sucedió el lunes cuando visitó Escocia, nación que votó casi en unidad no a la salida de la UE y a la que no le hace ninguna gracia que no haya aún acuerdo alguno. Johnson intenta calmar la tormenta despertada por las amenazas de independencia de Escocia. Para ello, anunció una inversión de 300 millones de libras para el país, así como a Gales e Irlanda del Norte.

De paso, su mayoría parlamentaria en el Congreso está en peligro de quedar en solamente un puesto el 1 de agosto, cuando se celebren las elecciones parciales que los conservadores podrían perder estrepitosamente. @mundiario

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