Taxonomía de inversiones sostenibles: ser verde o no

Energía nuclear. / Foro Nuclear
Energía nuclear en España. / Foro Nuclear
La propuesta de que las inversiones en energía nuclear o gas natural puedan considerarse como sostenibles genera rechazo porque parece ponerlas en el mismo nivel que otras fuentes de energía con menores problemas de sostenibilidad.
Taxonomía de inversiones sostenibles: ser verde o no

La Comisión  Europea filtraba a hurtadillas el  pasado 1 de enero una propuesta para la denominada Taxonomía de Inversiones Sostenibles. El Reglamento UE de Taxonomía aprobado  en 2020 tiene como  fin principal clasificar y estandarizar a nivel europeo  qué  se considera una inversión  sostenible o  no con el fin de marcar  el camino a las instituciones financieras y guiar a  los inversores. Con esa norma  además , se pretende dirigir el flujo de inversión a activos  que nos  permitan avanzar  en la lucha contra el cambio climático  y de paso evitar dirigir  el dinero hacia otros productos  pretendidamente ecológicos , lo que comúnmente  se conoce como greeenwhasing, en este caso de  tipo financiero. Por tanto, la Taxonomía  a priori es una acertada propuesta.

En el reglamento se estableció  que esta clasificación tenía que ser viva y  adaptarse a las realidades cambiantes, por lo  que se dejaba a la Comisión Europea la facultad   de desarrollar los  criterios técnicos que concretaran qué actividades económicas se pueden considerar sostenibles . Y así, en junio, en una de sus primeras propuestas (denominadas técnicamente “actos delegados”) establecía, por  ejemplo, los criterios por los que las energías renovables pasaban a considerarse sostenibles.

Pero  aparte de otros elementos polémicos, se optaba por aquel entonces por no entrar  a clasificar a la energía nuclear o el  gas ante  la necesidad de una mejor evaluación y por  ser, sin duda, una decisión polémica. Con razón la propuesta conocida hace unos días ha generado  polémica y rechazo, pues sin hacerlo de manera completa, abre la puerta a la consideración como sostenibles de inversiones en gas fósil o energía nuclear aunque con ciertas restricciones y por un tiempo limitado. Ahora ese “acto delegado”, una vez presentado en firme,  tendrá  que recibir el visto bueno del Consejo de la UE, donde podrían darse minorías de bloqueo y del Parlamento Europeo, donde también son esperables encendidos debates. Es importante explicar que en este proceso ambas instituciones  no pueden modificar la propuesta de la  Comisión Europea, o la aceptan o la rechazan.

La decisión propuesta de que  las inversiones en energía nuclear o gas natural puedan considerarse como sostenibles, más allá de los debates sobre nucleares sí o no o del papel del gas  como  un elemento clave para sustituir la quema de carbón mientras se avanza  en despliegue de energías renovables, genera rechazo porque parece ponerlas en el mismo nivel que otras fuentes de energía con menores problemas de sostenibilidad y porque puede hacer que el flujo inversor que se podría dirigir a fuentes de energía renovables se dirija ahora a otras no exentas de riesgos ambientales, un efecto de bloqueo en inversiones verdaderamente verdes.

Los Verdes, que ostentan en Alemania la decisiva cartera de Economía y Protección del Clima, ya han manifestado su clara oposición a la consideración de la energía nuclear como “verde”

La posibilidad de que esta propuesta se abra camino  es incierta y el debate se espera apasionante, pues si bien ha generado rechazo ,que comparto como co-legislador, en varios estados miembros con posiciones firmes como la de España o Austria, grupos políticos, ONGs e industrias  va a introducir también  muchos elementos políticos de división y debates siempre latentes como la conveniencia o no de la energía nuclear. Será también interesante  observar la evolución de la posición del gobierno de coalición alemán donde Los Verdes, que ostentan la decisiva cartera de Economía y Protección del Clima, ya han manifestado su clara oposición a la consideración de la energía nuclear como “verde” pero ha sido tibio en su respuesta hacia el gas, un combustible fósil tradicionalmente en el punto de mira de todos los partidos ecologistas europeos.

Por otro lado, esta propuesta realizada  por la Comisión Europea entronca tangencialmente con la preocupación  por los altos precios de la energía ,pues la consideración del gas fósil como sostenible para  generación eléctrica puede provocar que se estimulen inversiones en nuevas centrales de ciclo combinado aumentando la dependencia europea en una fuente de  energía fósil importada que  marca en gran medida los precios del mercado  mayorista de  electricidad, con el telón de fondo  del conflicto Rusia - Ucrania.  Sin duda un motivo más para abrir la discusión aún pendiente de la reforma del sistema europeo de fijación de precios mayoristas de la electricidad que tanto reclaman España y  otros países del Sur y Este de la  UE. @mundiario

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