Con el sistema del IPC el megavatio estaría en 50 euros, pero con el marginal pasó de 38 a 106

Ignacio Sánchez Galán. / Iberdrola
Ignacio Sánchez Galán. / Iberdrola

¿Precio marginal o media ponderada? Con el sistema marginal el megavatio llegó a 106 euros en un año. Con un sistema como el usado para calcular el IPC estaría en menos de la mitad.

Con el sistema del IPC el megavatio estaría en 50 euros, pero con el marginal pasó de 38 a 106

¿Se imaginan ustedes que la inflación se fijase según el crecimiento de precios del producto que más se encarece?, ¿y que todos los demás productos pudiesen subir por tal motivo al mismo ritmo? … pues esto es lo que sucede con el sistema europeo de fijación de precios mayoristas de la electricidad que rige en España.

Un truco de los oligopolios eléctricos para saquear el bolsillo de los consumidores que se denomina elegantemente “sistema marginalista”. Sobre las falsas virtudes de este truco para incentivar el despliegue de las fuentes energéticas menos contaminantes otros analistas han razonado con argumentos de peso.

Yo me voy a centrar aquí en una breve reflexión-simulación de cómo varía el precio mayorista de hacerlo con ese truco, a hacerlo con el sistema (media ponderada) con el que, afortunadamente, se calcula el IPC (índice de precios al consumo) en España y en toda la Unión Europea.

LA ENERGÍA Y EL IPC

Calcular el impacto de una componente en el total de algo se resuelve en toda la UE con los índices de precios al consumo armonizados (IPC, INE 2017). Para ello se elabora una bolsa de 479 productos que definen el gasto familiar estándar. Productos que se agregan en 12 agrupaciones a las que se les asigna un peso en el total de acuerdo con su importancia en dicho gasto.

Así, alimentos y bebidas casi suponen 20 euros de cada cien gastados mientras que los gastos médicos apenas llegan a 4 de cada 100. Lógicamente un encarecimiento de los precios de ambos grupos en la misma cuantía no se trasladará al total de la misma forma. Afectará con mucha mayor intensidad (cinco veces más) si suben los alimentos que las medicinas.

Esta es la lógica que explica que en estos días (ver aquí) mientras algunas componentes del consumo anotan crecimientos espectaculares de sus precios el índice total agregado sube, pero no tanto.  

Así los productos energéticos y combustibles ven crecer sus precios en torno a un 20 % anual en julio de 2021 en España, mientras el IPC total apenas llega a subir el 3 %. La explicación es obvia: el resto de bienes y servicios que determinan el gasto familiar de los españoles (que sin duda es más mayoritario) apenas se incrementó un 0,8 %.

Una parte, por importante que sea, no puede determinar sin más el comportamiento del todo. Parece sensato. Sin embargo, ¿qué sucede con los precios de la electricidad?

EL GAS Y EL PRECIO DE LA LUZ

Igual que sucede con los grupos de gasto que conforman el consumo familiar, en la producción de electricidad en España hay una decena de tecnologías que la generan: los ciclos combinados (con hidrocarburos y gas natural) por el 15%, la eólica por el 23%, la nuclear por el 22%, la hidráulica por el 13% o la solar por el 10% y otras de menor importancia.

Solo la primera de las tecnologías citadas está viéndose afectada por un encarecimiento intenso de  los precios como consecuencia de la situación de los mercados globales y la irrupción de China en los mismos.

Sin embargo la evolución de los precios desde agosto de 2020 (38 euros MWh) a agosto (106 euros)  en el sistema eléctrico peninsular según Red Eléctrica Española y con la forma de cálculo marginalista actual supone que el precio de la electricidad se ha casi triplicado en un año (un aumento del 280%).

¿Qué parte de este incremento podría imputarse al encarecimiento de los hidrocarburos y del gas en un sistema que tuviese en cuenta la aportación media ponderada de cada tencología a la generación en España?.

De los precios del gas natural sabemos que ha pasado de 18 euros a 60 euros. Sin duda es un encarecimiento impresionante que aconsejaría tomar buena nota de la volatilidad de esta   energía en los mercados globales y anclar más el sistema en fuentes propias y renovables.

Pero si este incremento de costes (de más del trescientos por cien) se trasladase al precio de la electricidad de acuerdo con su peso en la producción (de un 15%) el impacto del encarecimiento del gas con un sistema ponderado sería de una subida del 34 % en el precio de la electricidad … ¡pero no del 280 % como está sucediendo con el llamado sistema marginalista¡.

Y entonces en vez de pasar de 38 euros hace un año a los 106 euros actuales, tendríamos que haber pasado como mucho a un precio del Mwh de 50 euros.

CONCLUSIÓN

De manera que del 280 % de encarecimiento de la electricidad en el sistema marginalista actual solo un 34 % es atribuíble al encarecimiento espectacular del gas natural. El resto es en buena medida derivado de hacer que el total baile según lo hace una parte. Algo que para establecer las variaciones de precios al consumo sería visto como una barbaridad. Pero es así como los grandes grupos de presión eléctrica asaltan los bolsillos de los consumidores en España y en toda la Unión Europea.

En suma: la media ponderada está bien para afinar el IPC en toda Europa y sus consecuencias sociales (revalorizaciones de rentas, pensiones, etc.) pero no para los precios de la electricidad. Para eso se inventó el atraco marginalista: el todo baila al son de una pequeña parte. @mundiario

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