El sector energético se hunde en Cuba y la isla se alista para lo peor

Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba.
Miguel Díaz-Canel, presidente de Cuba.
La escasez de petróleo merma prácticamente todas las actividades cotidianas mientras el Gobierno intenta mantener los ánimos pese a la anormalidad de la situación.
El sector energético se hunde en Cuba y la isla se alista para lo peor

El futuro de Cuba está en entredicho y la isla empieza a sentir la angustia de algo incorregible e inevitable. Con la situación empeorando a paos lentos, el petróleo se ha quedado en mínimos y el desabastecimiento de combustible ha llevado a la isla a ralentizar su estilo de vida. De acuerdo a El País las colas en las gasolineras de La Habana y la provincia han hecho a sus conductores pasar hasta seis horas esperando a su turno. Si bien el asunto ha mejorado livianamente en estas semanas, la población no termina de creérsela.

El 11 de septiembre recién pasado, Miguel Díaz-Canel, presidente del país, compareció en televisión para explicar los problemas que pasaba la república a raíz del déficit de suministro de diésel, cuya mayoría proviene de Venezuela. Díaz-Canel explicó también que Cuba esperaba no más de dos barcos de petróleo en lo que quedaba de septiembre, algo que tildó de "situación coyuntural" que con el paso de las semanas se normalizaría pero que tendría que forazar el reciclaje de algunas medidas del Periodo Especial. La principal razón de esta crisis, prosiguió, no era en sí la ineficiencia de la economía local, sino más bien el aumento en las medidas promovidas por Estados Unidos, que persigue y sanciona a todos los barcos que llevan crudo al país, complicando así las operaciones de abastecimiento. Se trata de una "persecución enfermiza", explicó, considerando que en la práctica es "un bloqueo naval" que pretende asfixiar el sector energético de la isla y llevar la situación a un punto que arranque "concesiones políticas" de parte de La Habana.

A raíz de la ausencia de diésel, el transporte público ha debido recortar sus rutas y frecuencias, dejando obvias consecuencias entre la población. En las estaciones, los agentes de policía hacen lo que pueden para evitar que esto empeore y han echado mano de los vehículos estatales para transportar personas. De igual forma, muchos centros estatales y fábricas se han visto obligadas a reducir sus respectivas jornadas laborales. Otros han acortado la semana de trabajo e incluso se han suspendido clases en colegios y universidades. De igual forma, hay empresas que han paralizado por completo sus operaciones.

Así, el transporte de personas y cargas entre provincias se ha reducido casi en su totalidad y, a fin de ahorrar todo lo posible, se ha prohibido usar aire acondicionado en tiendas y dependencias oficiales aun a costa de sofocar a los clientes y visitantes. En el campo, Díaz-Canel y su equipo han pedido usar animales para movilizarse y realizar sus labores diarias.

Muchos proveedores extranjeros de mercancías ya advirtieron de que de momento se ralentizará la extracción de contenedores del puerto. De igual forma, el traslado desde los almacenes, ya que no hay petróleo para echar a andar camiones. De igual forma, si cae la distribución, la escasez de artículos y alimentos en las tiendas se precipita. Eso tomando en cuenta que ya de por sí estaban desabastecidas. No hay mantequilla y de vez en cuando los consumidores se topan con la sorpresa de que no hay o jabón, o harina o algún otro vívere elemental.

La crisis no ha llegado todavía a los niveles del Periodo Especial, cuando se sufrían apagones de hasta 14 horas al día, pero las dificultades hacen que las personas pasen de inquietarse a enfadarse. Los cubanos han echado mano de las redes sociales y el Internet en general para alistarse del terremoto que les espera. Hay grupos de WhatsApp en donde las personas comparten información de en dónde hay combustible.

Los medios de comunicación oficiales ya hablaban el fin de semana de que todo volvería "a la normalidad". "Habíamos abandonado cosas que aplicamos en el Período Especial, y nos acomodamos a lo que teníamos después. Pero hay medidas que deberán quedarse para siempre, aunque tengamos chorros de combustible”, explicaban. @mundiario


 

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