La revisión de los planes estratégicos se impone en todas las empresas ante otra era

Sala de reuniones de una empresa. / Pixabay
Sala de reuniones de una empresa. / Pixabay
Como dirían los viejos profesores, estamos ante un nuevo Renacimiento o cambio de era. Cada vez es más difícil prever los ejes sobre los que va a discurrir la economía en el corto y en el medio plazo. En el horizonte se atisban tres modelos, que MUNDIARIO desmenuza.
La revisión de los planes estratégicos se impone en todas las empresas ante otra era

El impacto económico derivado de la pandemia provocada por la Covid-19 ha empezado a condicionar no solo el día a día; sino el próximo devenir de las empresas y de las corporaciones industriales. Se empieza a ver cómo se corrigen, se adaptan, se supeditan y se redirigen las grandes decisiones y los proyectos de futuro. Al ser muy elevada la incertidumbre y la volatilidad económica, algunas empresas han decidido anticipar decisiones; otras han realizado provisiones de fondos; unas terceras han apostado por aplazar decisiones, y, finalmente, otro grupo adoptó la decisión de retrasar y dejar para otro momento las reordenaciones internas. En suma, la gran mayoría afronta un proceso de actualización permanente y constante, a la luz de los nuevos acontecimientos y en función de sus propios condicionamientos.

¿Por qué reorientar las estrategias? La principal razón es que caminamos hacia una nueva realidad, a un nuevo escenario que modifica las reglas básicas del anterior. Y que, además, se modifica diariamente. Como dirían los viejos profesores, estamos ante un nuevo Renacimiento o cambio de era. Cada vez es más difícil prever los ejes sobre los que va a discurrir la economía en el corto y en el medio plazo. En el plano teórico, se discute, a través de fórmulas y algoritmos, si la salida a esta crisis será en forma de V, de U, o de L. Esto es, caída y recuperación rápida e intensa; recuperación un poco más lenta y alargada en el tiempo, o si la reactivación va a ser más prolongada, exigiendo más paciencia, respectivamente.

Los analistas financieros estiman que los horizontes temporales se cifran en tres opciones: menos de seis meses; entre seis y doce meses, y más de un año. Los optimistas ya hablan que la economía se contraerá rápidamente en este semestre en torno a un 1,7% del PIB; para luego proceder a una pronta recuperación, sin que en los promedios anuales se puedan visualizar grandes cambios.

¿Qué se atisba en el horizonte? A mi juicio, las empresas a lo largo de estos días, han optado por tres modelos.

> El primer modelo viene definido por los procesos de des-inversión. En este sentido, se contempla un frenazo en el desarrollo de los proyectos programados con anterioridad, eliminándolos de la cartera de estrategias; frenando las ampliaciones de capital; suprimiendo el reparto de dividendos; solicitando liquidez o formalizando la concesión de préstamos para hacer frente a una paralización total o parcial de la actividad y de los servicios prestados.

> El segundo modelo es aquél que viene definido por la aplicación de los ERTES, incluyendo tanto una paralización temporal o de índole parcial, que va a afectar tanto a las microempresas como a las PYMES y grandes corporaciones, pudiendo llegar a desembocar, posteriormente, en un cierre definitivo.

> Y, finalmente, el tercer modelo es aquel que apunta a las compras de empresas o a la toma de participación de las mismas, ya sean de la misma actividad (eliminación de competidores y rivales), ya sea diferente, con el objetivo de ganar el control de las mismas de cara a una realización de beneficios en la fase de reactivación económica..

Esta perturbación obliga a todos. Pero a las empresas les conmina a repensar su futuro. Afecta a todos los sectores y actividades e impone la exigencia de tomar decisiones en el corto plazo. Tales consideraciones suponen una reconsideración de las estrategias, tanto para el corto como para el medio plazo. Por eso, el aviso de que estamos entrando (si no lo hemos hecho hace poco) en un nuevo tiempo que, como bien se apunta en los manuales antiguos, exige mucho rigor, más análisis y, fundamentalmente, visión de largo alcance. @mundiario

  

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