La reunión clave del Gobierno con los sindicatos sobre los ERTE culmina sin acuerdo

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La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, saluda al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, en la reunión con las patronales y los empresarios / ABC.
El Ejecutivo y los sindicatos llevan varias semanas negociando una nueva prórroga de los expedientes de regulación de empleo. La falta de consenso es la constante. 
La reunión clave del Gobierno con los sindicatos sobre los ERTE culmina sin acuerdo

La falta de consenso político y social en España ya es, lamentablemente, una constante. La austeridad en la unidad partidista y administrativa dentro del Gobierno, el Congreso y el propio Estado en su conjunto, es hoy una utopía en un país aquejado por una crisis de mala gestión fiscal, gasto público superfluo e inacción en la toma de decisiones para reformar y reorganizar las cuentas públicas en pro de evitar una crisis económica mucho más grave que la que ya toca a las puertas del país con la recesión derivada de la pandemia de coronavirus.

Y es que la posibilidad de un acuerdo para la continuidad de los ERTE se ve cada vez más lejos. Las empresas no están dispuestas a seguir cubriendo remuneraciones y salarios que afectan sus flujos de caja, mientras que la clase trabajadora presiona para impedir su exclusión del sistema socioeconómico. Pero los sindicatos, los empresarios y el Gobierno han finalizado su reunión de este miércoles sin acuerdo y sin fecha para volver a la mesa de negociación, según apuntan fuentes de las conversaciones, reseñó El País.

Los cuatro agentes sociales (UGT, CC OO, CEOE y Cepyme) se han presentado esta tarde con una propuesta conjunta que consiste básicamente en prorrogar hasta el 30 de septiembre la regulación actual, que permite a las empresas decidir si salen parcialmente del ERTE o continúan acogidas a él totalmente. Esto implica que, ante la falta de acuerdo, la mayoría de las empresas podrían estar en contra de la permanencia del mecanismo de la regulación temporal de empleo por los costos que acarrea el pago de salarios sin actividad laboral por parte de los empleados colocados en confinamiento ante la crisis sanitaria.

El Ministerio de Trabajo ha rechazado esta última opción. El departamento de Yolanda Díaz argumenta que pronto decae el estado de alarma y sus restricciones; y que no tiene sentido que siga abierta la opción del paro completo. Es decir, el Gobierno admite que la restricción se levantará totalmente en poco tiempo para reactivar por completo la vida económica del país y que, por lo tanto, no es necesario que las compañías insistan en paralizar toda su plantilla de capital humano y mano de obra.

El Ejecutivo y los sindicatos llevan varias semanas negociando una nueva prórroga de los expedientes de regulación de empleo. Aunque el Gobierno considera que no es necesaria la radicalización de los ERTE debido a que “pronto” se levantará el estado de alarma, los sindicatos exigen que los trabajadores sigan gozando del beneficio porque el miedo al contagio y la retracción social que ha causado la pandemia no han desaparecido en su totalidad.

La propuesta que hizo el lunes el Ejecutivo a los agentes sociales –una extensión hasta septiembre en aquellos sectores afectados por las restricciones a la movilidad y menores exenciones de cotizaciones- fue rechazada por la patronal entonces. Los grupos patronales aspiran a que los ERTE se extiendan sin que se vean perjudicados sus ingresos por mayores deducciones en impuestos y aportes a la Seguridad Social.

Entonces las partes se comprometieron a volver a la mesa de negociación este miércoles con una nueva propuesta sobre del Ejecutivo.

Pero esa nueva oferta no ha llegado antes del comienzo de la reunión. Los dos sindicatos (UGT y CC OO) y los empresarios (CEOE y Cepyme) se han presentado con una propuesta para el Ejecutivo: prorrogar el esquema actual tres meses más, es decir, hasta septiembre, con el objetivo de darles tiempo a las empresas para que logren recomponer sus flujos de caja y contar así con suficiente liquidez presupuestaria para pagar salarios y demás pasivos laborales acumulados.

Este esquema permite que las empresas decidan cuándo empiezan a salir del ERTE y en qué medida. Por lo pronto, mientras se mantiene ese mecanismo, sus beneficios continúan vigentes: la retribución de los empleados la asume el erario público y tienen una amplia exoneración de cotizaciones sobre los empleados afectados. Cuando empiezan a retomar la actividad, el sueldo de los trabajadores que se reincorporan ya corre por cuenta de la empresa y se reduce la exoneración de cuotas a la Seguridad Social para jubilaciones y pensiones. @mundiario

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