Entre los retos que la sociedad española tiene ante si, ¿cuál elegiría usted?

Les daré mi opinión, en espera de la suya.

Entre los retos que la sociedad española tiene ante si, ¿cuál elegiría usted?

Somos muy dados a seguir el principio del ilustre economista John Maynard Keynes, que, traducido de forma castiza, viene a decir que, a largo plazo, todos calvos; por ello, juan español es más partidario de reconocimientos y títulos en vida que de alabanzas a largo plazo en forma lazos, cruces, banderas y otros símbolos sobre el ataúd. En suma, vivir al día,  y que quienes vengan detrás se ocupen de nuestro largo plazo de hoy, que será su corto plazo.

Con esta actitud egoísta,  de zanahoria ante el jumento, nos desentendemos de retos como: educación, sistema judicial, rearme de valores, régimen de pensiones, desigualdad social, organización territorial, demografía y endeudamiento nacional, por ejemplo.

Si tuviera que elegir entre estos desafíos, me inclinaría por la situación demográfica y sus consecuencias.

La evolución de la población es un dato objetivo y predecible, tanto en si mismo como en cuanto a sus consecuencias  de todo tipo; que presenta un futuro negativo para Europa (tasa de fecundidad entre 1,8-1,9) y para España (tasa  de fecundidad 1,3). Consecuencia: fuerte crecimiento incremento de la población con más de 65 años de edad.

Sus consecuencias serán muy variadas, algunas ya se aprecian: cambio radical en la demanda de servicios públicos y colectivos; sistema de pensiones insostenible, dada la desproporción entre la previsible población activa cotizante y la pensionista, el aumento de la esperanza de vida y, por lo tanto, el mayor gasto en pensiones; desajustes laborales en determinados sectores; despoblamiento de las zonas rurales.

Los bustos parlantes hablan del problema, sólo de vez en cuando, pero medidas prácticas y eficaces a largo plazo, pocas, por no decir ninguna.

Entre las soluciones posibles se encuentra el fomento de la natalidad, a través de incentivos a los jóvenes: facilidades para la conciliación de las vidas laboral y familiar; modificaciones en los horarios laborales, colegiales, comerciales, etc.;guarderías infantiles gratuitas desde los primeros meses de vida; gratuidad de libros y material escolar; ventajas fiscales en ciertos artículos de consumo infantil y/o en el IRPF.

Otra solución consistiría en facilitar la llegada organizada de jóvenes extranjeros; sin embargo, admito que esta solución carece de popularidad y, a largo plazo, produciría consecuencias importantes en los ámbitos cultural y de costumbres.

Dada la situación, la salida no es ni fácil ni inmediata, pero lo que no se puede hacer es recurrir al  lance taurino del  don Tancredo.

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