Una reforma laboral, por sí sola, no arreglará nada

Trabajadores de la construcción. / Pixabay
Trabajadores de la construcción. / Pixabay
Sería más eficaz sentarse a hablar entre sindicatos, empresas, autónomos y Gobierno para construir un estatuto nuevo desde cero
Una reforma laboral, por sí sola, no arreglará nada

Decía José Luis Gómez en un artículo titulado La salida de España pasa por industrializarse y dotarse de un nuevo modelo económico que la Unión Europea nos exigirá reformas profundas en el apartado pensiones y en el apartado laboral para dejar de ser deficitarios de manera perenne. Comparto esta reflexión si bien considero que una reforma laboral, por sí sola, no arreglará nada, ya que llevamos varias y el problema persiste. Sería más eficaz sentarse a hablar entre sindicatos, empresas, autónomos y Gobierno para construir un estatuto nuevo desde cero (incluyo a los autónomos porque siempre son los grandes olvidados y con las crisis aumenta el número de autoempleados que no dejan de ser un trabajador más). 

Mirando al futuro más inmediato estamos en pleno inicio de una revolución industrial en su versión 4.0 y estamos hablando de poner parches a acuerdos que tienen su origen en la segunda mitad del siglo XX y que, sin dejar de ser válidos, son mejorables para todas las partes implicadas y deben adaptarse a los nuevos tiempos. Los trabajadores necesitan conservar una parte sustancial de sus derechos, las empresas poder redimensionar sus plantillas cuando les vienen mal dadas sin descapitalizarse (y no cuando sus beneficios bajan del 20% al 19%), los autónomos poder cotizar por sus ingresos netos reales y tener las protecciones de un trabajador más en caso de baja, entre otras. Obviamente cada uno va a querer jugar el partido en su cancha pero precisamente el acuerdo es más necesario que nunca para afrontar una verdadera revolución del empleo en este país y despejar el futuro de muchas generaciones.

Nos enfrentamos a la desaparición de muchos puestos de trabajo y no por la crisis actual, si no por la propia evolución de la tecnología y la automatización de procesos que hoy desempeñan personas. Plantearse una reducción de la jornada laboral de las 40h a las 35 o a las 30 para redistribuir el trabajo debería de estar en el debate, pero para no repercutir el 100% de esa bajada de horas en una bajada salarial hay que encontrar fórmulas de entendimiento y empezar a premiar las buenas prácticas empresariales (pero las de verdad, no las de reducir el consumo de folios y tener un office con una cafetera de cápsulas).

Posibles incentivos fiscales 

En países de nuestro entorno de la UE se premia a las empresas que pagan por encima de la media salarial del sector con una reducción en su impuesto de sociedades porque sus trabajadores ganan más y gastan más (más recaudación por IVA y más recaudación para la hucha de las pensiones) a las empresas pequeñas se las ayuda a crecer si no reparten dividendos, si reinvierten lo que tienen en crecer y en pagar mejor a sus empleados se les exime de pagar el impuesto de sociedades y son recetas que funcionan ya que esos países tienen salarios más altos que España y más empresas medianas que España en porcentaje. 

Por el lado de los trabajadores, se puede facilitar mucho la entrada de talento y de jóvenes al mercado laboral dejando de devaluar el mercado laboral con prácticas no remuneradas y estableciendo unos baremos salariales de obligado cumplimiento en los que la gente cobre en función de sus estudios y su experiencia laboral (todavía recuerdo las quejas de algunos empresarios en tiempo pre-pandemia acerca de la falta de personal cualificado y no es un problema de falta de personal cualificado si no de personal cualificado que quiera trabajar por el SMI en lugar de cobrar por su formación real) y aún encima queremos que la gente tenga hijos porque el futuro de las pensiones pinta negro pero cobrando 900€ y con los alquileres a 900€, claro que sí guapi.

Autónomos y pymes

La mayor dificultad de contratación se encuentra en autónomos y pymes que son, por norma general, los que más esfuerzo tienen que hacer para contratar (y no digamos para despedir) en cuanto a cotizaciones sociales en función del patrimonio del que disponen, pero resulta que a las grandes empresas se les pone alfombra roja en forma de becarios, contratos de formación, exenciones y poder prescindir de excedente laboral con una pequeña bajada de beneficios. Si hay impuestos progresivos ¿por qué las cotizaciones no? Precisamente unas cotizaciones progresivas ayudarían a reducir una parte del desempleo y a recaudar más por IVA (lo que a su vez repercutiría en poder usar impuestos para rellenar la hucha de las pensiones).

Las pensiones, por su parte, no pueden sufrir recortes porque la gente ha cotizado por ellas y muchas pensiones son el sustento de muchas familias. Si la receta es subir impuestos, bajar salarios y bajar pensiones se establece un problema de consumo y ese problema conlleva reducción de ingresos por IVA e IRPF y vuelta a empezar. Dado que yo he desarrollado mi carrera en el sector del comercio voy a poner un ejemplo: en el comercio, cuando quieres deshacerte de un stock, rebajas los precios pero la línea entre hacer una oferta y devaluar un producto es muy fina y, a veces, un precio muy bajo espanta al comprador, el cual se piensa que si es tan barato es que es muy malo. Yo no tengo conocimientos importantes sobre macroeconomía para analizar las variables sobre la legislación fiscal pero sí tengo experiencia laboral y comercial y la conclusión es que para ganar dinero hay que hacerlo a costa de los clientes (estimular la economía para ingresar más IVA, más cotizaciones e irpf, etc) y no de los trabajadores ( recortes de sueldos y pensiones) porque llega un punto en el que no puedes ingresar más sin subir los precios y si los clientes solo te compran por ser el más barato, dado que has bajado la calidad de los servicios que prestabas, te vas a encontrar con que no tienes clientes y sin clientes no hay ingresos y entones te toca llamar a los hombres de negro para que hagan la administración concursal y vendan la mitad de los locales que tienes, el mobiliario…

La reforma de las pensiones

El sistema de pensiones hay que reformarlo con fecha de ahora pero de cara al futuro, por ejemplo estableciendo una cotización mínima para obtener una pensión mínima y dejando la opción de complementar la cotización para aumentar la pensión y garantizarse un poder adquisitivo en un futuro o bien estableciendo planes privados complementarios (nunca privatizar las pensiones pues sería un error muy grave) y una reforma tributaria que simplifique los trámites es irrenunciable, probablemente acompañada de la posibilidad de desgravarse parte de los gastos cotidianos para ayudar a aflorar una parte sustancial de la economía sumergida al requerir facturas (lo que también incrementaría los ingresos por cotizaciones y por IVA) También habría que reformar la administración para simplificar los trámites y utilizar el mismo software para todo el estado en lugar de tener cada administración independizada de la de al lado, eso produciría una mejora de procesos y de atención al ciudadano y reduciría costes, lo cual es muy necesario.

Es un debate muy interesante porque se trata de nuestro futuro pero el tiempo para debatir y alcanzar una solución se reduce a una velocidad de vértigo y, mientras tanto, seguimos con el “y tú más” cuando lo primordial ahora sería el: “venid aquí a remar y cuando lleguemos a tierra ya hablaremos”. @mundiario

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