La reforma laboral ha empoderado a la empresa y desprotegido a los trabajadores

Gente.
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Han pasado cinco años desde su aprobación y ya hay más elementos de juicio para el análisis con los que poder sacar las conclusiones sobre su impacto en el mercado laboral.

La reforma laboral ha empoderado a la empresa y desprotegido a los trabajadores

La reforma laboral que ha empoderado a la empresa y desprotegido a los trabajadores, según los expertos en materia laboral. Han pasado cinco años desde su aprobación y ya hay más elementos de juicio para el análisis con los que poder sacar las conclusiones sobre su impacto en el mercado laboral. Para los expertos, la reforma laboral ha provocado cambios muy evidentes en el tejido social y el empleo. El dato que más se ha resaltado en los titulares de los medios de comunicación es la considerable rebaja de la indemnización por año trabajado. “Ese datos ha sido lo más evidente. La rebaja de las indemnizaciones de 45 a 33 días en el despido es lo que más conoce la gente. Pero hay otras cuestiones destacables. Por ejemplo, en la reforma laboral actual no se ha recuperado la nulidad del despido acausal, es decir, la fórmula del te despido porque sí. Esta situación ya desapareció en los años 90”, recuerda Matías Movillaabogado laboralista en Vigo y profesor asociado del Área del Derecho de Trabajo y Seguridad Social en la Universidad de Vigo.

“El despido acausal, anteriormente, era nulo y se obligaba al infractor a la readmisión. Pero desde el año 94 ha sido suprimido”, explica Movilla. Estos cambios comenzaron a ser un indicador de que la calidad en el empleo comenzaba a perder peso. Y con el paso del tiempo no se ha fortalecido la contratación de los trabajadores, al contrario. Las distintas leyes han despojado a los trabajadores de la fortaleza y la importancia de suscribir un contrato de trabajo. Ahora un trabajador es más vulnerable que antes de la reforma del 2012. Pero la reforma también ha golpeado sibilinamente a los trabajadores que actualmente trabajan y que se consideran fijos en una empresa. Porque la ley ha dado más poder a las empresas para protegerse ante los trabajadores. “Ha habido una flexibilización en lo que es el devenir del contrato de trabajo que ha empoderado de manera significativa al empresario”, advierte Movilla. El abogado, en base a la experiencia de los casos que ha tenido que llevar a los juzgados en los últimos años, concluye que “se ha dejado al trabajador en una situación mucho más inestable que antes. Y esta es una conclusión sólo con relación a la modificación de la ley. La reforma laboral también ha posibilitado una serie de modificaciones de las condiciones de trabajo como la rebaja en el sueldo o los descuelgues salariales por causas objetivas que afectan al propio salario. Eso no se daba antes”, denuncia.

Otros derechos que se han visto notablemente afectados en los contratos de trabajo, que incluso estaban suscritos cuando se aprobó la ley de reforma laboral de 2012, trascienden más allá del día a día en el trabajo. “Por ejemplo, ahora se pueden variar las condiciones geográficas del trabajador u otras específicas de las condiciones laborales. Todas estas modificaciones han venido a establecer un ámbito de desprotección general del trabajador. Además, esta situación de desprotección se ha agravado porque el trabajador se encuentra en un estado temeroso ante la pérdida de su empleo. ¿Qué consecuencia se da cuando el trabajador se encuentra en este estado? Que soporta mucho más las flagrantes y manifiestas ilegalidades sin reclamar”, indica el letrado laboralista. Por tanto, la ley ha dado mayores ventajas a los empresarios que se han encontrado con una ley que “permite una mayor flexibilización para poder variar las condiciones de trabajo de sus trabajadores”.

La reforma laboral incrementó "efectos perversos" causando inseguridad jurídica en los trabajadores que acudían a los juzgados y que el paso del tiempo ha ido matizándose

Esta flexibilización también causa inseguridad jurídica, ya que los tribunales sociales desde 2012 se han convertido en una auténtica lotería o cuando menos una caja de sorpresas. “Hablar de inseguridad jurídica es muy difícil de explicar al ciudadano. Porque no se trata de inseguridad jurídica como se puede percibir en la calle, sino de independencia del poder judicial. El juez tiene armas para poder determinar la conclusión en un fallo, independientemente cual es su criterio en un determinado supuesto. También hay que pensar que no todos los supuestos son iguales y se puede justificar una toma de posición u otra diferente, en casos similares. Lo que ocurre es que es cierto que hay un exceso de discrepancia judicial en una misma plaza, en donde los jueces deberían ponerse de acuerdo en términos similares”. Esta es la principal causa que conduce a las sorpresas en los tribunales ya que un mismo caso puede ser considerado por una sala en un sentido favorable y en el juzgado de al lado significarse en sentido contrario, pese a repetirse las circunstancias.

Esta sensación en la que las demandas presentadas en los juzgados sociales se convertían en una papeleta quinielística se va matizando en los últimos meses, aunque ha sido una consecuencia directa de la reforma laboral. La reforma dio lugar en un primer momento a dar luz verde a efectos ideológicos “perversos”, en opinión de Matías Movilla. Dichos efectos estaban en el espíritu de la ley aprobada. “Poco a poco se están matizando. La reforma se ha planteado desde un absoluto neoliberalismo, en el que el empoderamiento del empresario es brutal. Las sentencia judiciales se han ido matizando poco a poco, aunque hay que reconocer que a veces han tardado demasiado tiempo. Los jueces, en los últimos meses, han intentado mitigar los excesos”, reconoce.

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