El rechazo alemán a una política más expansiva en la eurozona, una mala noticia para España

Angela Merkel. / Anamaría Tudorica
Angela Merkel. / Anamaría Tudorica

Los ministros de Finanzas del Eurogrupo rechazaron la propuesta de la Comisión Europea de aumentar el gasto público un 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en el conjunto de la eurozona, ante la firme oposición de Alemania y Holanda.

El rechazo alemán a una política más expansiva en la eurozona, una mala noticia para España

Tras años de una impopular política de austeridad, que impulsó el sentimiento antieuropeo en la Unión Europea (UE), el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, había propuesto a mediados de noviembre un mayor gasto a los países de la zona euro con más margen de maniobra. Pero los ministros de Finanzas del Eurogrupo rechazaron la propuesta de la Comisión Europea que preside Jean-Claude Juncker de aumentar el gasto público un 0,5% del Producto Interno Bruto (PIB) en el conjunto de la eurozona, ante la firme oposición de Alemania y Holanda.

Una vez más, la canciller Angela Merkel frustra las expectativas de que cambie una política de austeridad que está arrastrando a la economía europea a una tasa de crecimiento irrisorio, baja creación de empleo e inflación peligrosamente próxima a la deflación. El euro sigue en manos del "fundamentalismo del déficit" público y de "la penitencia contra el gasto", advierte el diario El País, por lo que el rechazo del Plan Moscovici ratifica el poder de Berlín en Europea, condena a la UE al bajo crecimiento y deja a España en mal lugar.

Los ministros de Finanzas de la zona euro no lograron ponerse de acuerdo, durante la reunión, sobre el objetivo de la Comisión”, admitió en rueda de prensa Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, al término de una reunión consagrada a la política fiscal. Holanda y Alemania ya habían rechazado días atrás la propuesta de la Comisión Europea, al considerar que “corresponde a cada Estado decidir qué hace con su margen presupuestario”, en palabras de Dijsselbloem, también ministro de Finanzas holandés. En juego estaban unas inversiones de unos 50.000 millones de euros.

Además de Francia, Italia y Portugal, partidarios de la expansión fiscal, la propuesta del ejecutivo europeo recibió un “apoyo verbal” de Luxemburgo, Malta, Irlanda y España, indican fuentes diplomáticas. "La decisión del Eurogrupo de rechazar, a instancias de Alemania, Holanda y países satélites, el modesto plan de estímulo fiscal propuesto por el comisario Pierre Moscovici es una pésima noticia para la economía global, para la europea y también para la española", interpreta un editorial de El País.

La defensa política de la austeridad presupuestaria, amparada además por los países que disponen de superávit presupuestario para optar por estímulos inversores públicos, ratifica la idea de que los países centrales del área están utilizando la ortodoxia del déficit en su propio beneficio, atrayendo masivamente flujos financieros desde los países del sur para así consolidar sus propias opciones de crecimiento.

Como advierte el diario de Prisa, Bruselas ha sido ostentosamente desautorizada por Berlín, lo cual también supone el rechazo a una política defendida por Jean-Claude Juncker pero también por el FMI, la OCDE, el BCE y casi todas las instituciones económicas en un momento delicado para la Unión Europea, con un referéndum fracasado en Italia, un problema bancario grave e irresuelto en ese país, con la incertidumbre acumulada tras el Brexit, la agresiva economía de Donald Trump y la recuperación del precio del crudo.

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