Rajoy debe elegir entre los intereses de su tierra o los de su ministro de Economía

El ministro español de Economía, Luis de Guindos.
El ministro español de Economía, Luis de Guindos.

De Guindos, sin que la Oposición se quiera dar por enterada, está a punto de consumar un agravio a la competencia financiera y a Galicia. Son las últimas horas de NCG.

Rajoy debe elegir entre los intereses de su tierra o los de su ministro de Economía

Un escándalo a la vista de todo el mundo. Luis de Guindos, sin que la Oposición se quiera dar por enterada, está a punto de consumar un agravio a la competencia financiera y a Galicia. Son las últimas horas de Novagalicia Banco.

 

Este lunes puede conocerse el futuro de Novagalicia (NCG), un banco con 60.000 millones de activos, el grueso del sistema financiero de Galicia. El Estado lleva metidos unos 10.000 millones en esta entidad líder en Galicia, que está malvendiendo. Sin haber explicado las razones de la decisión, sin haber dado a conocer los criterios de la subasta y sin tener en cuenta que los contribuyentes van a perder casi todo el dinero que pusieron para rescatar la mencionada entidad. Pudiera parecer una mala pesadilla de ficción pero, por desgracia, es la pura realidad, como subrayó este domingo el diario La Región.

¿Le ordenaron en Bruselas al ministro Luis de Guindos que privatizara NCG justo ahora? No. Le dieron mucho más plazo, que no ha querido agotar, por alguna razón que él sabrá pero que no quiere compartir con los ciudadanos.

¿Estableció al menos De Guindos unos criterios objetivos para la subasta de NCG y, sobre todo, los hizo públicos, para garantizar el principio de transparencia? No. Cambió las normas sobre la marcha y de modo tan zafio que algún inversor extranjero se preguntó si España es un país bananero.

¿Recuperará el Estado el dinero que puso en NCG? No. Perderá la mayor parte. Es decir, los contribuyentes españoles, por la gracia de De Guindos, dilapidarán los recursos que no tienen, mientras que si la privatización se pospusiera el valor de la entidad sería mayor, al tiempo que el Estado iría percibiendo dividendos mientras fuese de su propiedad. De hecho, el banco que preside José María Castellano ya está ganando dinero, una vez saneado.

¿Es mucho o poco 10.000 millones en un país como España? Veamos algunos datos comparativos para comprender la dimensión de una noticia que se pretende que pase inadvertida: 1) es el 1% del PIB español, 2) es el 17% del déficit público previsto para 2014, 3) es la mitad de todo lo que se recauda en España por el impuesto de Sociedades, y 4) es más que todo el presupuesto de la Xunta en un año.

¿Y a quién beneficia todo esto? No se sabe –todavía- en qué beneficia a De Guindos, pero ya se intuye en que va a beneficiar al elegido por esta verdadera Lotería de Navidad: se llevará puesto para toda la vida el grueso del mercado financiero de Galicia -5% de la economía española- y, de aperitivo, un crédito fiscal de miles de millones de euros. El Estado no sólo no recuperará el dinero invertido en una nacionalización –tampoco en esto España se parece a EE UU-, sino que dejará de ingresar impuestos del adjudicatario de la subasta si, como todo parece indicar, es un gran banco español.

¿Por qué está la clave en el crédito fiscal? Porque un crédito fiscal es un derecho a pagar menos impuestos en el futuro, de modo que si ese derecho está en manos de un banco que gane mucho dinero terminará ahorrándose casi 2.300 millones. Un negocio redondo a la medida de Santander, BBVA o Caixabank, lo que supone un agravio para los otros competidores, es decir, Banesco y los fondos Guggenheim, Wilbur Ross, JC Flowers, OakTree y Anchorage.

De Guindos –él sabrá a cuenta de qué- está dejando fuera a los fondos y al único banco que garantizarían la continuidad de la entidad –los tres grandes españoles se limitarán a absorberla-, y no está buscando el menor coste para el contribuyente. A estas alturas, sólo Mariano Rajoy puede pararle los pies a De Guindos, empeñado en llevarse por delante Novagalicia. Y la Oposición –si es que existe-, o bien no se entera de este nuevo escándalo financiero o bien está en el ajo.

En resumidas cuentas, Mariano Rajoy debe elegir entre los intereses de su tierra o los de su ministro de Economía; por ahora no confesados... @J_L_Gomez

Comentarios