La publicidad nos llena de sensaciones pero también nos acerca a miles de lugares

Cabo Ortegal. / Turgalicia
Cabo Ortegal. / Turgalicia

Cabo Ortegal se convierte en The best bank of the world gracias a la increíble belleza de su paisaje y una gran campaña de Ikea, destaca este experto.

La publicidad nos llena de sensaciones pero también nos acerca a miles de lugares

Cabo Ortegal se convierte en The best bank of the world gracias a la increíble belleza de su paisaje y una gran campaña de Ikea.

Sobre la belleza se ha escrito mucho, son muchos los códigos que influencian sobre la belleza, elegancia y estilo. Ava Gardner decía: “en cierto modo llegue a odiar mi belleza muy a menudo. Ahora que el tiempo se la ha llevado me proporciona casi un alivio. No me importa envejecer, pero me asusta ser olvidada y volver al anonimato”.

Nadie quiere ser olvidado, nada ni nadie quiere pasar en silencio el viaje de la vida, ni persona ni objeto.

La publicidad, la comunicación; aquella que atraviesa en 20 segundos la piel de un niño, anciano, hombre, mujer... Aquella que perdura en nuestro paisaje, la que nos mueve, la que nos habla con su silencio es capaz de convertir un objeto en un icono, un símbolo en una bandera o incluso inmortalizar la vida de una persona.

Quiero dar un paseo por las tierras altas de Galicia, donde el sonido de Irlanda rebota entre los acantilados donde los mares se encuentran. Atlántico y Cantábrico busca su corriente, su sonido pule la piedra de un acantilado que hermana con Escocia.

Presumo con palabras de su esplendor, de su olor, de su brisa. Son las tierras altas de Galicia; espíritu celta, misterio, embrujo.  Tierras labradas con manos robustas, miradas con historia y palabras con respeto.

Tierras donde la mano tiene peso y la palabra poder. En esta tierra donde un cántaro de leche es la medida que Doña Benigna considere y jamás será menos que el día anterior.

 Donde se sortean duros inviernos al calor de la lumbre despidiendo el hoy y esperando el mañana; sin importar quién eres ni de dónde vienes. Si estás aquí eres de aquí.

Caminamos en silencio entre laderas y acantilados donde descubrimos rincones para quedarse, donde el mundo quiere detenerse para volver atrás.  El paso seguro bordea el paisaje entre el tronar de la mar furiosa golpeando la piedra. Donde los oriundos conocemos pero no contamos y no es por proteger, ni por guardar, es porque somos de aquí.

El valor del paisaje está en nuestra cultura, en la permanencia, es su respeto.

He pintado esta introducción con el verde de los bosques, el azul del océano, la bruma sobre la mar y el olor a montaña. El paisaje supera la mano del hombre, aunque la mano del hombre tiene la virtud de poner en valor el paisaje.

Hemos llegado hasta el banco más hermoso del mundo que siempre se encontró donde hoy esta, esa ladera siempre fue el mirador de los  Aguillones que escoltan el cabo Ortegal.

Pasto de ganado, descanso del labriego y paisaje imborrable. 

Hasta que un día alguien tuvo la visión de bautizar ese mirador como The best bank in The World. Se dice que fue bautizado por un joven británico indignado con la banca. Lo escribió a bolígrafo, creando un eje de comunicación sobre un objeto. Lo identifico, y no creo que se imaginase hasta donde llegaría el banco.

Hasta aquí todo es una visión romántica, un banco fabricado con unos tablones y una estructura de metal, muy bien situado y con un mensaje muy claro y directo, está posicionado.

La revista Fugas entrevistó a Borja Quizá, barítono ortegano sentado en el famoso banco. Creo recordar que fue en el 2007. La redacción de la entrevista es publicada por un importante medio aunque su difusión nada tiene que ver con lo que vino después.

Después vino la multinacional del mueble, Ikea con un enfoque desenfadado convirtió en banco en un icono publicitario para el entorno. Hace pocos años disfrutabas de la vistas y descansabas en un banco, hoy lo haces en el banco más hermoso del mundo; los visitantes los buscan, se fotografían, se besan, se ríen, cantan o bailan. Disfrutan del objeto que una marca supo poner en valor.

 Desde este momento se termina su anonimato  para cruzar el mundo, deja de ser un banco para ser The best bank in The World. Este  es el poder de la comunicación para convertirse en publicidad. Esta que se apropia y a la vez pone en valor un rincón que muchos de nosotros vimos pero no vendimos.

 Es excelente comprobar como un enfoque adecuado no sólo es capaz de vender tu producto sino además descubrir al mundo.

Son muchos los ejemplos que podemos encontrar en la publicidad como aquel pueblo de la sierra de Ronda en Málaga que se transformó en su día para una campaña publicitaria de Sony Pictures. Sus habitantes pintaron de azul sus 175 casas, incluido cementerio e iglesia. Esa transformación impacto tanto en la economía local que los vecinos hoy mantiene en pueblo pintado de ese color. Esta campaña de promoción le habría costado al pueblo más de 800.000 euros y tengo serias dudas de que el montante lograse el retorno. Desde ese día el turismo se ha convertido en la mayor industria local.

La publicidad nos llena de sensaciones comerciales pero también nos acerca  a miles de rincones, lugares. Posicionando  en un entorno aspiracional y es capaz de convertir un objeto en un icono. Una mano, una idea, un acierto te convierte en una marca y crea un producto. 

Promoción y publicidad conviven en la historia del banco mas hermoso del mundo. Las campañas con alma no tienen límites, la narrativa es la base para la creación estilo. Miremos bien, observemos , veamos más allá; sólo de esa manera escucharemos las palabras del silencio, sentiremos el respeto en su mano firme y la seguridad en sus pasos. La base para la construcción de una marca.

Sin las palabras qué nos queda, sin las palabras no somos nada.

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