La prevención como arma frente al cambio climático exige adoptar medidas

Imagen de ARO.
Imagen de ARO.

Inundaciones pluviales, fluviales y costeras son los tipos de inundaciones más frecuentes. Todas ellas pueden ser súbitas o lentas. La Alerta Hidrometeorológica se abre paso.

La prevención como arma frente al cambio climático exige adoptar medidas

Inundaciones pluviales, fluviales y costeras son los tipos de inundaciones más frecuentes. Todas ellas pueden ser súbitas o lentas. La Alerta Hidrometeorológica se abre paso.

 

El diseño de los “artefactos artificiales” que conocemos como ciudades se ha centrado casi exclusivamente en la parte ingenieril ignorando los procesos ecológicos y la realidad física del territorio. En las últimas décadas se han cometido muchas atrocidades: se han canalizado ríos, se han allanado montañas, se ha edificado a pié de costa y en zonas inundables… y es evidente que en la actualidad estamos pagando las consecuencias.

Las recientes inundaciones en el Reino Unido, las continuas ciclogénesis explosivas que están azotando el noroeste de España, las terribles olas de frio en Estados Unidos… son algunos ejemplos de cómo la naturaleza se rebela cada vez con más fuerza.

Sólo en Galicia se han cuantificado provisionalmente en más de un millón de euros los daños causados por el embate del mar mientras que un nuevo estudio científico alerta de que los desperfectos causados por el cambio climático se pueden multiplicar hasta en 10 veces a finales de este siglo.

Con este pronóstico y teniendo en cuenta que está previsto que hasta 2050 el nivel del mar suba 15 cm por el deshielo de los Polos (las playas españolas retrocederán una media de 15 metros por la subida del nivel del mar) es evidente que no podemos ignorar el gran problema que se presentará en nuestro país a lo largo de los próximos años del siglo XXI.

El urbanismo desenfrenado y la mala planificación de las últimas décadas han dejado un triste legado cargado de múltiples problemáticas. ¿No parece por tanto “urgente” que desde el urbanismo y desde la arquitectura actual se intenten rectificar o por lo menos paliar los errores cometidos?

Mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación

Según la Directiva 2007/60/CE del Parlamento Europeo los Estados miembros realizarán, respecto a cada demarcación hidrográfica una evaluación preliminar del riesgo de inundación y prepararán mapas de peligrosidad y de riesgo de inundación.

Por otro lado, el Decreto 903/2010 de evaluación y gestión de riesgos de inundación en España dice, en un apartado, que las distintas Administraciones públicas elaborarán programas de medidas y desarrollarán actuaciones derivadas de ellos. Dentro de las “Medidas de ordenación territorial y urbanismo” se contempla, entre otras cosas, limitar los usos del suelo para zonas inundables y definir los criterios constructivos exigibles a las edificaciones  situadas en lugares anegadizos. Deberán adoptarse también las medidas necesarias para adaptar el planeamiento, incluyendo la posibilidad de retirar construcciones o instalaciones existentes que supongan un grave riesgo mediante la expropiación.

Inundaciones pluviales, fluviales y costeras son los tipos de inundaciones más frecuentes. Todas ellas pueden ser súbitas o lentas. En la actualidad han cobrado mucho protagonismo los sistemas de Alerta Hidrometeorológica.

Las inundaciones pluviales son las derivadas de las precipitaciones y se presentan cuando el terreno se ha saturado. Para evitar futuras inundaciones pluviales, Aguas de Valencia ha ejecutado recientemente en el Ayuntamiento de Bétera nuevas infraestructuras para lograr la correcta evacuación de las aguas.

El desbordamiento del agua de los ríos es lo que se denomina inundación fluvial. El pasado mes de febrero, el Gobierno Vasco, mediante la Agencia Vasca del Agua (URA), ha efectuado trabajos de prevención de inundaciones en la cuenca del río Oiartzun. Parte de los trabajos realizados se han centrado en la tala de árboles que podían suponer un riesgo potencial de obstrucción de la libre circulación del caudal.

Las zonas costeras acogen a más del 50% de la población mundial y se espera que para 2025 tres cuartas partes de la población resida en la costa. Pesca, transporte marítimo, medioambiente, industria y turismo compiten por este espacio vital. En el siglo XXI la protección contra el ascenso del nivel del mar va a representar un gran reto para la gestión costera.

Frente a la construcción de diques y rompeolas, por lo general bastante costosa y a lo mejor insuficiente, un grupo de arquitectos estadounidenses (Adam Yarinsky y Stephen Cassell del estudio ARO) ha propuesto crear humedales en las zonas de costa que permitan que el agua pueda entrar sin dificultad en diferentes espacios de la ciudad. Pantanos costeros y lagos podrían conformar esta “arquitectura blanda” que incluiría un sistema de entrada y de salida de agua subterráneo.

En un país como Holanda, para muchas familias, la subida del nivel del mar ha dejado de ser un problema ya que sus viviendas se basan en el concepto arquitectónico de las “casas-barco”. Estas casas pueden cambiarse de lugar cuando lo necesitan y pueden costar lo mismo que una casa en tierra.

 

Invertir en proyectos de prevención
En estos momentos de austeridad económica y viendo el balance monetario de los daños causados por las inundaciones en España parece fundamental invertir en “proyectos de prevención”. La prevención es el único instrumento que tenemos a nuestro alcance para luchar contra las inclemencias meteorológicas y la mejor inversión a largo plazo.
Como recoge recientemente un texto de la UNESCO: “aunque el hombre no puede luchar contra el desencadenamiento de las fuerzas de la naturaleza sí puede crear instrumentos de prevención”.

 

Comentarios