La preocupación de fondo del sector pesquero con el Reino Unido está en el medio y largo plazo

Boris Johnson. / RR SS
Boris Johnson. / RR SS
En distintos puertos de Galicia se especula con la posibilidad del desguace de buques a medio y largo plazo y la creación de sociedades mixtas que eviten la paralización de uno de los sectores más activos de Galicia.
La preocupación de fondo del sector pesquero con el Reino Unido está en el medio y largo plazo

El Reino Unido, como es conocido, recuperará la soberanía de sus aguas el 1 de enero de 2021, 40 años después de haberlas compartido con los demás Estados miembros de la Unión Europea. Desde ese momento, Londres será quien decida qué países van a poder pescar en esas aguas de aquí a cinco años y medio. Hasta junio de 2026 está garantizado el acuerdo de acceso a aguas y mercado. En esos 66 meses de vigencia, la flota comunitaria pescará un 25% menos de lo habitual, pero el reparto de pérdidas no será, en teoría, igualitario. Es decir: no todos los países perderán la misma capacidad de pesca; o dicho de otro modo: algunos países perderán más que otros y España, según se desprende del texto hasta ahora conocido, no será de los más perjudicados. A partir del año 2026, ambas partes (Unión Europea y Reino Unido) negociarán año a año los 119 stocks que comparten. La sostenibilidad de los mismos será la que marque la pauta a seguir sobre el estado de las poblaciones y los británicos se reservan el derecho de adoptar medidas de gestión y limitaciones del esfuerzo pesquero.

El acuerdo suscrito entre la UE y el Reino Unido elimina la aplicación de aranceles para la venta de productos pesqueros en ambos territorios. La Administración española mantiene un permanente contacto con la Comisión Europea (CE) para agilizar los trámites de emisión de las autorizaciones para pescar en aguas británicas.

Representantes de la flota española de Gran Sol se han reunido hoy por videoconferencia con el director general de Ordenación Pesquera y Agricultura, Ignacio Gandarias, para tratar de las condiciones que se van a aplicar al ejercicio de la actividad pesquera a partir del 1 de enero próximo, tras la signatura del Acuerdo de Comercio y Cooperación alcanzado entre las partes.

El listado de buques interesados en pescar en aquellas aguas se halla en poder de la Comisión desde el pasado 17 de diciembre (cuando el acuerdo no existía oficialmente) y las autorizaciones correspondientes ya están preparadas pendientes exclusivamente de su remisión a las asociaciones una vez se reciba la conformidad del Reino Unido. Estas licencias resultan indispensables para entrar o faenar  en aguas británicas desde el próximo 1 de enero. Y si bien se eliminan los aranceles de venta en ambos territorios, los desembarques que realicen los buques españoles en puertos británicos necesitarán seguir las normas en materia de Sanidad Exterior, parta lo que deberán obtener un certificado sanitario de las autoridades británicas para su posterior transporte  a cualquier Estado miembro de la UE.

Por su parte los barcos británicos deberán remitir, con antelación al desembarque en puertos españoles, el certificado de capturas emitidos por las autoridades del Reino Unido. Para unos y otros, un farragoso trabajo administrativo que su pertenencia a la UE obviaba.

El Consejo de Ministros de España ha incorporado a la lista de puertos donde estarán permitidas  las operaciones de desembarque y transbordo de productos de la pesca, así como la prestación de servicios portuarios para buques de terceros países, los puertos gallegos de Celeiro y Burela que, hasta ahora, carecen del reconocimiento de puerto de control fronterizo.

El sector pesquero español, ligeramente aliviado por el conocimiento de los recortes de las capturas que se aplicarán en aguas del Reino Unido, se muestra preocupado por las consecuencias que se puedan derivar para los intereses de los pescadores a medio y largo plazo.

Al quedar las islas Malvinas fuera del Brexit, la flota congeladora de Vigo deberá hacer frente a aranceles del 18%. En distintos puertos de la comunidad gallega se especula con la posibilidad del desguace de buques a medio y largo plazo y la creación de sociedades mixtas que eviten la paralización de uno de los sectores más activos de Galicia, si bien ronda en la memoria de muchos de los armadores el famoso pleito hispano-británico de la Merchan Shipping Act que finalizó con una sentencia contraria a los intereses del Reino Unido e indemnizaciones económicas para los armadores gallegos de buques de bandera británica. ¿Se repetirá la historia de 1995? @mundiario

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