Polémica en 'La Voz de Galicia' y MUNDIARIO por la venta de Barreras a México

Vista parcial del astillero Hijos de J. Barreras, en Vigo.
Vista parcial del astillero Hijos de J. Barreras, en Vigo.
Un debate interesante: Xosé Luís Barreiro Rivas y Germán Castro enfocan, cada uno con su perspectiva, la controvertida venta del principal astillero de Vigo a la empresa paraestatal mexicana Pemex.
Polémica en 'La Voz de Galicia' y MUNDIARIO por la venta de Barreras a México

La venta del astillero de Vigo Hijos de J. Barreras a la mexicana Pemex suscita polémica en Galicia, al menos en dos frentes: el de quienes no comprenden el estado de felicidad que desata la venta de una empresa privada española a una paraestatal de México y el de quienes ven la operación con recelo, por si perjudica al sector naval de Ferrol, tan deprimido o más que el de Vigo. Vayamos por partes.

El columnista del diario La Voz de Galicia Xosé Luís Barreiro Rivas sostiene que "en Galicia lo mismo podemos estar totalmente deprimidos por el riesgo de perder una empresa como las cajas de ahorros o Pescanova, que absolutamente eufóricos por el hecho de que nos birlen otra empresa como el astillero Barreras, sin que nadie acierte a entender por qué una cosa es una desgracia y la otra una lotería con bote, o por qué en un caso hay que malgastar la pasta de todos al borde mismo del fraude, para salvar la galleguidad y el centro de decisión en Galicia, y por qué en el otro caso se vende como un éxito heroico el mandar la titularidad y el centro de dirección a México D. F., la sede de Pemex, que es lo mismo que decir a las quimbambas".

Xosé Luís Barreiro Rivas pone más ejemplos: "La cosa ya viene de viejo, porque mientras estamos seguros de que el grupo PSA Citroën -que fabrica coches en Vigo, tiene su domicilio fiscal en Madrid y su centro de decisión en París- es gallega hasta los tuétanos, la simple posibilidad de que un banco con sede en Barcelona o Madrid se lleve nuestras instituciones financieras y pague parte de su rescate nos pone los pelos de punta, nos plantea el asco de lo foráneo, nos hace pensar que Galicia ya no es viable, y nos hace llorar las desgracias, como hacía el santo Job, sobre una montaña de estiércol. ¡Incomprensible!"

Barreiro concluye con una pregunta: "¿será que yo soy un paleto irredento, que no sabe nada de economía y no entiende la forma de razonar de los yuppies, o será que la Xunta tiene un trastorno bipolar y pasa del cielo al infierno sin hacer estación en el purgatorio?" En su opinión, Barreras y Pescanova son empresas gallegas, vecinas de la misma ría. "Pero una -que está al borde de la más absoluta ruina- nos produce escalofríos patrióticos y apela a nuestros bolsillos para salvarle su ya insalvable galleguidad, y la otra, que sigue siendo competitiva a falta de trámites que ni el Gobierno ni la Xunta saben enfocar, se va para México, prácticamente regalada, en medio de grandes tracas y alharacas y a ritmo de pasodoble. Por eso pienso que la Xunta tiene que enseñarnos cuanto antes su certificado médico, no vaya a ser que estemos pasando esta terrible crisis bajo la dirección de un órgano colegiado con trastorno bipolar".

Por su parte, el periodista Germán Castro, columnista de MUNDIARIO, escribe en este medio que "la operación de Pemex tiene la nota agridulce de beneficiar a los astilleros vigueses mientras que los ferrolanos (¿qué va a pasar con los floteles?) no contemplan ni barcos ni dique flotante". Germán Castro constata que en las gradas de los astilleros ferrolanos crece actualmente la hierba. Lo explica así: "En Ferrol, la antigua Bazán, dedicada en las últimas décadas al área de construcciones navales militares, atraviesa el peor momento de su historia y la antigua Astano es una caricatura de lo que realmente fue: uno de los astilleros en los que se lanzaban al mar los petroleros más grandes del mundo".

El veto de la Unión Europea para la construcción de buques para la marina civil no pierde vigor hasta el 2015. "A ver qué pasa cuando esto suceda", comenta también Germán Castro, columnista fundacional de MUNDIARIO.

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