El petróleo vuelve a acercarse al cero ante el congestionamiento de los depósitos

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Cuevas de sal en Luisiana, EE UU, donde el Gobierno de Trump guarda casi 600 millones de barriles de petróleo, colocándolas casi al tope de su capacidad / BBC.
El West Texas Intermediate (y de referencia en buena parte del mercado junto al europeo Brent) ha perdido más de la cuarta parte de su valor en una sola sesión y ha cerrado en poco más de 12 dólares.
El petróleo vuelve a acercarse al cero ante el congestionamiento de los depósitos

El planeta sigue inmovilizado. Aviones en tierra, coches parqueados en garajes, poca o nula fluidez de los sistemas de transporte público y buques estacionados en alta mar o anclados en puerto. Así transcurre el proceso de desglobalización que tiene lugar en esta crisis bautizada como la ‘Gran Reclusión’, llamada así por el FMI, debido al impacto tan similar o hasta mayor que la Gran Recesión de 1929. Y mientras la economía mundial se adentra progresivamente en una espiral de contracción que promediará un -3% al final de 2020, el principal recurso natural que mueve al mundo por su uso esencial en cadenas de suministro global, comercio exterior, transporte de mercancías y en transporte de materias primas, que son las actividades que sostienen la estructura económica mundial, se desploma en su valor nuevamente a niveles cercanos a la peligrosa frontera de los cero dólares.

Y es que en algunos depósitos petroleros de Estados Unidos empieza a colapsar la capacidad de almacenamiento de crudo. La incidencia de esa situación en el precio del ‘oro negro’ es absoluta debido a que los inversores no estarán dispuestos a poseer ni a vender crudo que no tiene demanda y que podrían perder por no tener un lugar dónde guardarlo mientras el mercado se estabiliza y la economía mundial se recupera de esta crisis.  

Pero es muy alta la expectativa de que muchos de estos almacenes privados lleguen al límite de su capacidad en unas pocas semanas (entre dos y cuatro, según fuentes consultadas por El País) ante la avalancha de crudo extraído y no consumido, los mercados petroleros occidentales sufren este lunes otra sacudida en lo que va de crisis del coronavirus. El mercado sigue saturado de oferta y la demanda se posiciona como ese segmento lógico y vital de la industria que hoy no existe debido al estado de confinamiento y aislamiento social en que se encuentra sumida casi toda la humanidad.

La caída es notablemente menor que la registrada justo una semana atrás, cuando el barril Texas sorprendía a todos los agentes del mercado entrando en terreno negativo por primera vez en siglo y medio de historia: los inversores pagaban a quien se comprometiese a quedarse con el crudo que será entregado en mayo. Los contratos ya expiraron y no buscan salida de capitales hacia otro escenario que no sea el de almacenar el crudo en depósitos que ya están al tope de su capacidad.

Pero es notable, muy notable: el petróleo de referencia en el país norteamericano, el West Texas Intermediate (y de referencia en buena parte del mercado junto al europeo Brent) ha perdido más de la cuarta parte de su valor en una sola sesión y ha cerrado en poco más de 12 dólares, mientras el Brent —el más común en Europa— ha cerrado con una caída del 7% y deja atrás la barrera de los 20 dólares, su nivel más bajo en casi dos décadas.

Con una demanda que ha caído en 30% y una capacidad de inyección de 90 millones de barriles diarios, hoy estancados por la crisis mundial, se estiman pérdidas de 720 millones de dólares al bajar las ganancias promedio de 1.800 millones a 1.080 millones de dólares por esa caída del precio a 12 dólares por barril.

Ese desplome implica que los capitales de ese mercado ya no se anclan con los rendimientos de los tenedores de fondos e inversores en Wall Street o en las Bolsas europeas. Ahora, la esperanza se vislumbra muy lejana en el negocio petrolero, pues se ha quedado aislado y con un nivel de oferta que ha llegado a su techo, sin demanda y capitales que se alejan cada vez más a medida que se devalúan los contratos a futuro por las contracciones y alta volatilidad en los precios, que están a mucho camino todavía de su nivel de equilibrio (50 – 70 dólares por barril). @mundiario

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