Paul Krugman refleja el estupor demócrata ante la elección de Donald Trump

Donald Trump. / Mundiario
Donald Trump. / Mundiario

"Pensábamos que nuestros compatriotas no votarían, al final, por un candidato tan manifiestamente no cualificado para el cargo, con un comportamiento tan demente, tan ridículo que da escalofríos", escribe el premio Nobel.

Paul Krugman refleja el estupor demócrata ante la elección de Donald Trump

El economista Paul Krugman, premio Nobel, profesor en Princeton y columnista del New York Times, refleja el estupor demócrata ante la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América. "Personas como yo, y probablemente como la mayoría de los lectores del New York Times, realmente no entendemos el país en el que vivimos", admite Krugman.

"Pensábamos que nuestros compatriotas no votarían, al final, por un candidato tan manifiestamente no cualificado para el cargo, con un comportamiento tan demente, tan ridículo que da escalofríos. Pensamos que la nación, aunque lejos de superar los prejuicios raciales y la misoginia, se había convertido en un país mucho más abierto y tolerante con el tiempo. Pensamos que la gran mayoría de americanos valoraban las normas democráticas y el imperio de la ley", escribe Krugman en The New York Times.

Paul Krugman.
Paul Krugman.

 

"Ha quedado claro que estábamos equivocados. Ha quedado claro que hay un gran número de personas –blancos que viven principalmente en áreas rurales– que no comparten nuestra idea de lo que es América. Para ellos, se trata de sangre y estiércol, de patriarcado tradicional y jerarquía racial. Y hay mucha otra gente que puede no compartir esos valores antidemocráticos, pero que estaban dispuestos a votar por cualquiera que llevase la etiqueta de republicano", opina el famoso economista.

"No sé cómo hemos llegado hasta aquí. ¿Es América un estado y una sociedad fallida? La verdad, parece posible. Creo que tendremos que recogernos a nosotros mismos e intentar encontrar un camino hacia delante, pero esta ha sido una noche de revelaciones terribles y no creo que sea auto-indulgente sentirse absolutamente desesperanzado", concluye Paul Krugman.

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