La pandemia aumentó la desigualdad, alerta el Foro Económico Mundial

Un grupo de líderes mundiales a nivel financiero y político reunidos en el Foro Económico Mundial de Davos, imagen del 2020. / CNN
Un grupo de líderes mundiales a nivel financiero y político reunidos en el Foro Económico Mundial de Davos, imagen del 2020. / CNN
Los expertos de esa cumbre internacional aseguran que el dominio de las grandes tecnológicas y el trabajo a distancia profundizarán la desigualdad económica en todo el mundo.
La pandemia aumentó la desigualdad, alerta el Foro Económico Mundial

Los viejos problemas de la humanidad persisten. Si en la historia moderna ha habido una crisis que desnudó los profundos problemas estructurales que las democracias, los organismos internacionales y los Gobiernos no han logrado resolver, pues solo se queda en discursos, es la pandemia de covid-19; la tercera más grave de la historia y la que también desencadenó la cuarta peor recesión económica mundial de los últimos 150 años. Aunque haya vacunas, la recuperación todavía está lejos, y no solo la sanitaria, sino también la social, esa que es impulsada por la mejora del bienestar económico. No hay remedio que los políticos ni la ONU hayan creado para eso.

Y bien lo dijo el lunes el presidente de China, Xi Jinping: “Después de la pandemia, el mundo no va a volver a ser como era”, advirtió durante su alocución en el Foro Económico Mundial (WEF, en sus siglas en inglés), realizado en la fría ciudad de Davos, Suiza, que congrega a cientos de grandes empresarios y líderes políticos del mundo. 

Precisamente, si antes de esta pandemia había desigualdad, cuando llegue la era post-covid, ese flagelo social estará mucho más acentuado e instalado en la compleja esfera de intereses que es el sistema capitalista global moderno; con una decena o veintena de países que acumula el 40% de la riqueza mundial y más de un centenar de naciones que se reparten del 1% al 5% de los ingresos globales. La misma proporción podría reflejarse en la logística de distribución internacional de las vacunas contra el coronavirus, un escenario advertido por la propia Organización Mundial de la Salud (OMS).

“La crisis provocada por la covid-19 va a acelerar las desigualdades económicas con la posición de dominio de las grandes tecnológicas y el trabajo a distancia”, según subrayan los economistas de Davos. Esa es la primera conclusión a la que llegaron los expertos que debatieron en un panel junto a empresarios y líderes políticos sobre hacia dónde va la humanidad en términos del sistema por y para el cual vive: la economía mundial.  


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Los desequilibrios económicos mundiales

Con un promedio de apenas el 40% de la población mundial económicamente activa que tiene los recursos para trabajar desde sus hogares sin salir a exponerse al contagio por covid-19, así como la digitalización del trabajo y del dinero, el 50% o 60% de la población del planeta que no tiene acceso a ese tipo de condiciones laborales o aquellos estratos sociales que no tienen acceso ni siquiera a electricidad o Internet en comunidades pobres de América Latina, África y el Medio Oriente, la desigualdad global gana terreno como un serio problema estructural que concentra el bienestar material, el consumo, los ingresos, el progreso e incluso la buena alimentación en un sector de la sociedad mundial. 

“Se trata de unas tendencias que van a dar paso a una nueva era en términos de política fiscal, monetaria y de competencia así como a una mayor presencia del sector público en la economía”. Son las principales conclusiones del informe de perspectivas de los economistas jefes consultados por el WEF, publicado este lunes.

En este sentido, mientras más personas se vayan incorporando a la nueva dinámica del trabajo a distancia como sistema laboral y económico para las futuras generaciones, los Gobiernos tendrán que destinar más fondos públicos al financiamiento proyectos de innovación y educación para los ciudadanos que nunca han tenido participación en ese sistema de desarrollo, lo cual también obliga a las autoridades nacionales a diseñar nuevas políticas de cobro de impuestos y a invertir en la digitalización del conocimiento, de la educación, del trabajo e incluso del dinero como los factores clave de la nueva era post-globalización y post-pandemia. 

Arsenales financieros sin precedentes

En un comunicado conjunto y varias videoconferencias, los economistas del Foro de Davos se declararon “impresionados por la velocidad y la escala de la respuesta fiscal a la pandemia, con aproximadamente 10 billones de dólares desembolsados por los Gobiernos del G20 en medidas de estímulo y de emergencia”. Efectivamente, el 12% del producto interno bruto mundial (10 billones de 87 billones de dólares) han movilizado los países más desarrollados del mundo para ayudar a sus poblaciones con subsidios que mantengan activo el consumo esencial ante la ola de desempleo, parálisis social y miedo al contagio derivada de la pandemia.

“Sin embargo, según vaya cogiendo ritmo la campaña de vacunación, la segunda mitad de 2021 sería el momento para ir transitando del gasto de emergencia a programas con objetivos concretos de crecimiento”, apuntan. La élite del análisis de la economía mundial, agrupada en ese foro, es consciente de que la humanidad no puede pasar años dependiendo de los gastos públicos de los Gobiernos, sino que es necesario el diseño de nuevas estrategias, según la realidad y las condiciones de cada país, para estimular la recuperación del crecimiento a través de nuevas formas de educación, trabajo, inversión, ahorro y cooperación.

“Todavía tenemos que cruzar el puente de la recuperación, pero el camino se está retrasando, no ha descarrilado”, dijo este martes la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde. Por lo tanto, la recuperación económica global va más lento de lo esperado, pero sigue su curso hacia una nueva era de distribución equilibrada de los ingresos, del gasto público, del empleo y de las oportunidades en las sociedades que sepan adaptarse a la nueva realidad. 

“En ese contexto la política fiscal tiene que jugar un papel dominante para apoyar los sectores afectados por la pandemia y la política monetaria debe garantizar que las condiciones de financiación siguen siendo favorables”, ha insistido la presidenta del BCE, una de los organismos financieros más grandes del mundo. 

En conclusión, con una buena administración de los recursos públicos, los Gobiernos y los organismos multilaterales podrán garantizar una recuperación económica global equitativa que se vea reflejada en empleos, subsidios, créditos e inversiones sostenibles para todos los países del mundo. @mundiario

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