Oliver Hart y Bengt Holmström, Nobel de Economía por su aportación a la teoría de los contratos

Oliver Hart y Bengt Holmström. / nobelprize.org
Oliver Hart y Bengt Holmström. / nobelprize.org

Los contratos son una forma increíblemente poderosa de pensar sobre partes de la economía. Son fundamentales para la idea de que el comercio es un ‘quid pro quo’ y de que hay dos lados en una transacción.

Oliver Hart y Bengt Holmström, Nobel de Economía por su aportación a la teoría de los contratos

Después de que en  2015 la academia sueca premiase la aportación de Angus Stewart Deaton, un crítico con las políticas de austeridad imperantes en Europa y a favor de diseñar instrumentos encaminados a aumentar el bienestar y a reducir  la pobreza, se ha fallado un nuevo galardón. Este año, el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel reconoce a los economistas Oliver Hart (1948, Londres) y Bengt Holmström (1949, Helsinki) por sus avances en el mundo de los contratos. Su mérito se basa en  las herramientas teóricas creadas para comprender y ligar el binomio marco institucional contractual y el rendimiento de la economía, así como también los riesgos de diseño que entrañan.

Un contrato puede definirse de manera genérica como un acuerdo de voluntades entre las partes, instrumento que crea o transmite derechos y obligaciones entre quienes lo suscriben. Si bien es cierto que opera en todos los ámbitos de la vida, es consustancial en el campo económico. Así lo definió el economista británico reconocido por la Academia al afirmar que “los contratos son una forma increíblemente poderosa de pensar sobre partes de la economía. Son fundamentales para la idea de que el comercio es un ‘quid pro quo’ y de que hay dos lados en una transacción”. Conscientes de esto, sus estudios se han basado en la búsqueda de la eficiencia contractual pensando en todas las partes involucradas, en aras a alcanzar un óptimo de Pareto, donde todos ganan.

Las aplicaciones prácticas de los estudios de Holström y Hart abarcan cuestiones diversas porque ¿quién no se ha preguntado alguna vez por qué las compañías de seguros no reintegran todo el valor del bien asegurado?, o ¿por qué las grandes compañías no remuneran a sus ejecutivos sólo en función de la rentabilidad de sus títulos?, o ¿cómo articular el trabajo en equipo para evitar los comportamientos free-rider?..., muchas de estas respuestas las aportan este dúo finlandés-británico. Es evidente que si las compañías reintegrasen todo el valor de los bienes asegurados, el propietario no tendría cuidado; al igual que si los ejecutivos vinculasen todos sus resultados a los dividendos, probablemente, se verían mermados los derechos de los accionistas. Las investigaciones de los señalados por la academia sueca este año han avanzado también en el ámbito del sector público, tratando de buscar el equilibrio entre la eficiencia y la equidad en la prestación de los servicios,  hasta el punto de que sus conclusiones han decantado un cambio en la forma de gestionar las prisiones o la educación en los EE UU.  Y, en el terreno de la concepción contractual entre el Estado y los ciudadanos, abordan cuestiones ligadas a la última crisis económica, abonando el campo fértil de la investigación en áreas de la teoría de contratos sobre quiebras y rescates por parte del sector público.

Hart aporta respuestas en el  ámbito de la teoría contractual incompleta. Holmoström ha trabajado más  la optimización de los contratos a través de los incentivos para maximizar beneficios, diseñando un  contrato óptimo que combina riesgos e incentivos

La aplicación práctica de sus trabajos es, pues,  innegable y amplia. Hart aporta respuestas en el  ámbito de la teoría contractual incompleta. Holmoström ha trabajado más  la optimización de los contratos a través de los incentivos para maximizar beneficios, diseñando un  contrato óptimo que combina riesgos e incentivos.  Ha formalizado, por ejemplo, por qué los jóvenes trabajan más al inicio de su carrera, cuando las expectativas están muy altas, o también concluye, después de su paso por Nokia, que un mix bien calculado entre burocracia y pequeños incentivos económicos son necesarios para organizar el trabajo en equipo. Juntos, se complementan y últimamente, el estudio de la crisis financiera les ha llevado a afirmar que los mercados de capitales funcionan gracias a la confianza más que a la capacidad de información, como se creía hasta el momento.

Entonces, las retribuciones ligadas al rendimiento y a los objetivos, las deducciones y los copagos en los seguros o la conveniencia o no de la privatización de actividades propias del sector púbico están detrás de la diligencia de sus trabajos. Según la academia son clave porque “los contratos ayudan a ser cooperativos y a tener confianza”, de tal manera que contribuyen a que la economía funcione con las reglas de juego más claras.

 

Comentarios