Algunos empresarios españoles aprovechan la crisis para explotar a sus empleados

Jóvenes.
Jóvenes, bajo la sombra del desempleo.

Dada la precaria situación laboral de España, ciertos empresarios abusan de la coyuntura, confundiendo trabajadores con esclavos. Se supone que la Administración estará vigilante.

Algunos empresarios españoles aprovechan la crisis para explotar a sus empleados

La semana pasada, un conocido portal de internet de búsqueda de empleo publicó una oferta de repartidor de bollos, en la que se exigían recién licenciados en Administración y Dirección de Empresas y con carné de conducir con una antigüedad de dos años. El sueldo oscilaba entre los 12.000 y 15.000 euros brutos al año y la jornada laboral comenzaba a las 4 de la mañana para poder entregar los bollos. Tras la sorpresa popular, que acabó por volverse irritación ante semejante anuncio, la empresa finalmente decidió retirar ese requerimiento. Su dirección justificaba ese requerimiento por la posibilidad de promoción. Cabe destacar que antes de retirarlo se habían inscrito en la oferta más de 600 solicitantes...


Otro claro ejemplo es el de mi amiga Dulcinea del Toboso —nombre ficticio— que trabajaba en una ONG de renombre internacional. Estaba supliendo una baja por enfermedad, y cuando llegó el mes de agosto, dicha ONG decidió despedirla para ahorrarse así su sueldo durante las vacaciones, con la promesa de contratarla de nuevo en septiembre. Pero no fue así, llegada la fecha, le propusieron incorporarse de manera voluntaria a su puesto, a lo que ella tuvo que negarse y aceptar el trabajo de saladora de puercos, donde dicen que tuvo la mejor mano en toda la Mancha (Don Quijote, Primera parte, capítulo IX), puesto que tenía que hacer frente a la hipoteca y a que sus hijos tenían la desagradable costumbre de comer todos los días... ¡e incluso tres veces! Hay gente que malcría a sus hijos de forma descarada.


Son solo unas muestras de la situación del mercado laboral. Las podríamos contar por miríadas. Ante la carestía de empleos, la gente ha de aceptar cualquier trabajo. Esto es perfectamente comprensible. Todos tenemos muchos gastos. Lo que no es admisible bajo ningún concepto es que los empresarios quieran confundir trabajadores con materia prima que puede utilizarse hasta agotarla. Hasta exprimirla, es decir, quieren esclavos. El día que descubran que el trabajador es el mayor activo de la empresa quizá la cosa cambie. No se puede despreciar a la gente. Es muy respetable el trabajo de repartidor de bollos, pero quizá no sea necesario tener una licenciatura para ejercerlo. Que luego no se quejen nuestros políticos por la fuga de cerebros, aunque haya quien no lo vea negativo o lo llame "movilidad exterior".


Piensen. Sean buenos.

 

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