Los 38 países más ricos proyectan que la economía mundial se recuperará lentamente tras la pandemia
La humanidad está en una fase histórica de su existencia. El único sistema de subsistencia, interrelación y convivencia pública que ha garantizado su actividad y dinámica durante siglos; la economía, ahora se encuentra en jaque debido al inesperado ‘cisne verde’ de una pandemia que la población mundial no se esperaba, pero que la élite global, presuntamente, ya veía venir, sin ánimos de alimentar las ruidosas teorías de la conspiración.
Y es que el coronavirus ha puesto a la economía mundial en la cuerda floja y las redes de seguridad extendidas por muchos gobiernos no impedirán el shock. Más allá de los espectaculares paquetes de liquidez y estímulos fiscales para no detener el consumo, los Estados no podrán evitar, ni siquiera uniéndose una hipotética coalición económica mundial, que la pirámide se agriete. Según las últimas perspectivas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el mejor de los casos, que es que el virus siga contenido en los próximos meses, la economía mundial sufrirá una caída de 6% este 2020, que podría llegar a -7,6% si se produce una segunda ola de contagios antes de que acabe el año que requiera un nuevo confinamiento mundial, tal como ocurrió en el inicio de la pandemia con el progresivo aislamiento impuesto por decenas de gobiernos sobre 3.800 millones de personas en todo el planeta.
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Esta es, según la OCDE, “la recesión más profunda en tiempos de paz del último siglo”. Actualmente, nuestra civilización no está en guerra armada y la utópica Tercera Guerra Mundial solo se ha quedado en teorías de ciencia ficción, pero la guerra biológica con un agresivo y letal organismo microscópico es el detonante de una alteración en el orden establecido a nivel mundial y en el orden mismo de la vida socioeconómica de la humanidad postmoderna.
En 2021, la economía global volverá a cifras positivas, pero “la recuperación será lenta y la crisis tendrá efectos de larga duración que afectarán de manera desproporcionada a las personas más vulnerables”, advierte el organismo con sede en París, Francia.
“Estamos en medio de una crisis sanitaria, económica y social global, quizás la más global y, sencillamente, la más grave que ninguno de nosotros hemos vivido jamás”, dijo al presentar el informe este miércoles en París el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría.
Y aunque el planeta está avanzado en términos de ciencia, tecnología y medicina para evitar que se produzcan 20 millones de muertes en todo el mundo como ocurrió con aquella gripe española de 1918, cuya pandemia causó la mayor profilaxis humana jamás vista en la historia, la pandemia de coronavirus en 2020 ha puesto a prueba y bajo absoluta presión a los modernos sistemas de salud de los países más desarrollados del globo, que son los miembros de la OCDE, los del G-20 y los del G-7.
Para cuando acabe 2021, “la pérdida de ingresos excederá a la de cualquier otra recesión de los últimos 100 años fuera de los períodos de guerra, con consecuencias nefastas para las personas, las empresas y los gobiernos”, alerta también la economista jefe de la OCDE, Laurence Boone, en el prefacio de las nuevas perspectivas económicas mundiales, en las que describe un “camino sobre la cuerda floja hacia la recuperación global que no se logrará del todo mientras no se halle una vacuna contra el coronavirus”.
El panorama es claro y evidente, la humanidad nunca antes había vivido una austeridad económica tan profunda en la cual los intercambios de la entretejida red económica social, nacional y mundial hayan sufrido una escasez de dinero, bienes, insumos básicos y servicios esenciales de magnitudes apocalípticas en detrimento del sistema de vida socioeconómica que le da sustento, esencia y dinámica a la civilización del siglo XXI. @mundiario
