Nace la red Gas no es solución, que rechaza al desarrollo de este combustible fósil

Planta de gas de Reganosa, en Mugardos (A Coruña).
Planta de gas de Reganosa, en Mugardos (A Coruña).

La red Gas no es solución apuesta por una transición energética renovable, transparente, democrática y ecofeminista.

Nace la red Gas no es solución, que rechaza al desarrollo de este combustible fósil

Colectivos ciudadanos que luchan contra el desarrollo de infraestructuras de gas en el terreno, organizaciones ecologistas, formaciones políticas y personas de la academia firman el manifiesto constituyente de la red Gas no es solución, una alianza informal de actores que se oponen al desarrollo del gas en el modelo energético desde distintos aspectos, que incluyen la lucha contra el cambio climático, la promoción de las energías renovables, la denuncia de la financiarización y la deuda en el sector energético, el transporte sostenible, la democratización de la energía o la defensa del territorio. La red se ha presentado al público con un vídeo que muestra la diversidad de sus componentes y argumentos.

La red Gas no es solución advierte contra la fuerte campaña de promoción del gas que en los últimos tiempos se observa desde distintas instancias económicas y políticas, según informa Ecologistas en Acción. "El gas es un combustible fósil y como tal debe abandonarse para poder cumplir con los objetivos de París. Es parte del problema y no de la solución. La combustión de hidrocarburos es la principal causa del cambio climático global, por lo que es preciso que estos recursos contaminantes permanezcan bajo tierra", indica dicha organización. Sin embargo, desde la Unión Europea la ha otorgado en los últimos años un papel fundamental a este combustible colocándolo en el centro del futuro energético, promocionando un importante número de proyectos de interconexión gasistas como gasoductos y terminales de regasificación. "Las empresas de transporte y distribución como Enagás o Gas Natural Fenosa, y otras empresas en el sector de la movilidad, como Seat y Repsol están haciendo una campaña de lavado de imagen del gas presentándolo como un combustible limpio y no contaminante", reprocha Ecologistas en Acción.

La red nace para hacer frente a este discurso y visibilizar los impactos y amenazas que el gas representa. Proyectos como el almacén de gas de Doñana, las nuevas regasificadoras en Canarias y Huelva, la distribución de aire propanado en Gran Canaria, el gasoducto MidCat en Cataluña, las aún latentes amenazas de la fractura hidráulica (fracking) en distintos puntos del territorio, la herencia que han dejado proyectos como el de Reganosa en Ferrol, la fallida planta de El Musel en Gijón o el almacén Castor frente a las costas de Castellón y su deuda ilegítima costeada por la ciudadanía, son algunas de las luchas que se ven representadas en esta red.

El desarrollo de infraestructuras de gas en los últimos años ha sobredimensionado el sector energético y ha generado endeudamiento sin responder a una necesidad real de la población. También ha encarecido las facturas y ha acentuado la pobreza energética. Este desarrollo ha respondido a intereses de empresas privadas y no al interés público. En tiempos más recientes se ha asistido a un escandaloso impulso del gas en el transporte, promoviendo la sustitución de un combustible fósil por otro. 2Por si fuera poco, ha generado conflictos geopolíticos entre países y dentro de los propios países productores, debidos principalmente a disputas territoriales y de precios. La red Gas no es solución nace para denunciar esta deriva y enfrentarla a partir de ahora", comenta Ecologistas en Acción.

Gas no es solución actúa como un paraguas de lucha contra el gas y está abierta a nuevas adhesiones. La red estará vigilante frente al papel que tanto el nuevo gobierno de Pedro Sánchez como el resto de administraciones otorguen al gas en sus planes presentes y futuros, y denunciará cualquier intento de colocar este combustible fósil como una pieza clave de la transición energética.

La red Gas no es solución apuesta por una transición energética renovable, transparente, democrática y ecofeminista. @mundiario

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