Un modelo de desarrollo económico basado en la inversión en I+D+i

I+D+i
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El 1,20% del PIB a investigación, según datos del Eurostat, parece insuficiente para el desarrollo de la economía española.

Un modelo de desarrollo económico basado en la inversión en I+D+i

El evolucionismo económico es un movimiento de pensamiento muy de actualidad que sitúa el énfasis en la tecnología y el conocimiento, como modelo de desarrollo económico y de las redes empresariales, un sistema que aporta mayor valor añadido en la cadena de los procesos.

El cambio tecnológico y la propuesta firme de basar en el conocimiento toda la teoría económica, supone un proceso de avance, desarrollo y adaptación. Esta transformación se podría entender como un símil de la teoría evolucionista de Darwin, un modo de evolucionar hasta una economía más competitiva, acumulativa en investigación e innovación, un proceso al que la empresa, y por tanto la economía, ha de adaptarse paulatinamente para no quedarse rezagado, para no morir.

La introducción de nuevos procesos tecnológicos, la utilización de los nuevos sistemas de comunicación o procesamiento de datos, el avance en conocimiento e innovación, suponen un modo de reducir la incertidumbre económica y empresarial.

La introducción de nuevos procesos tecnológicos, la utilización de los nuevos sistemas de comunicación o procesamiento de datos, el avance en conocimiento e innovación, suponen un modo de reducir la incertidumbre económica y empresarial.

Es también además una evolución que conlleva un cierto sacrificio, algunos lo denominan gasto o coste, otros preferimos denominarlo inversión. Es el caso de la I+D+i y el papel tan importante que juega para el desarrollo del tejido empresarial de una región, o de una economía nacional en términos macroeconómicos. Centros de Investigación, Universidades, Investigación Empresarial, son algunas de las herramientas para el empleo
de todo ese conocimiento en pro de un salto, no sólo cuantitativo, sino también cualitativo en tanto que se mejora la calidad y productividad de los procesos.

La inversión en I+D+i se ha visto afectada en gran medida con la crisis, ya que parece prioritaria este tipo de inversión sólo en época de bonanza económica. El año 2009, posiblemente en el momento en el que más presente se hizo la crisis en nuestra economía, España dedicaba un 1,35% del PIB a estos menesteres, una cantidad muy inferior a los estados de características similares, aunque hasta entonces, España había llevado una evolución positiva. A partir de ahí, se vio reducida esta partida hasta en torno el 1,20% en 2014 según datos del Banco Mundial y del Eurostat.
Por otro lado, los países de nuestro entorno siguen evolucionando favorablemente en un porcentaje mayor, situación que nos deja de manera notable por debajo de la media europea (EU-28) de 2,03% para 2014. Todo ello nos desbanca hasta la 33ª posición del ranking de Índice de Competitividad para 2016 elaborado por el Foro Económico Mundial, muy por detrás de países de características similares y al nivel de economías de dudable solidez.

En los proyectos y programas de I+D+i se ve la necesidad de una mayor colaboración público-privada. Si hablábamos de carencias en fondos públicos destinados a este objetivo, la inversión privada es muy inferior, deja mucho más que desear.

Centros de Investigación, Universidades, Investigación Empresarial, son algunas de las herramientas para el empleo
de todo ese conocimiento en pro de un salto, no sólo cuantitativo, sino también cualitativo en tanto que se mejora la calidad y productividad de los procesos
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En resumen, las ventajas competitivas como resultado de la inversión en I+D+i son indudables, las necesidades de unos mayores esfuerzos quedan patentes en nuestra economía, como medio para generar conocimiento, valor añadido y competencia. La colaboración ha de ser mayor entre empresas privadas y entes públicos, para la creación conjunta de las mejores condiciones para la promoción de un desarrollo que se hace necesario.

En las comunidades de País Vasco, Navarra, Madrid y Cataluña se destina un mayor porcentaje en términos comparativos a la investigación y el desarrollo, mientras Baleares, Canarias y Castilla-La Mancha se encuentran en el otro extremo, según datos del Informe de Actividades en I+D del INE. Proyectos en colaboración que impulsen un efecto arrastre a las demás regiones, junto con un mayor esfuerzo cuantitativo para esta propuesta, situarían a España en niveles similares a las economías de nuestro entorno y serviría para promover el desarrollo económico basado en avances tecnológicos y conocimientos fundamentalmente, lo que marca la diferencia, conocimientos que se ven en muchas ocasiones obligados a emprender un camino más allá de las fronteras de nuestro país.

La implantación de un modelo económico basado en estos pilares básicos para la productividad y competitividad, aceleraría el proceso de recuperación económica español, además de fomentar y sustentar un tejido empresarial de mayor calidad, que premie el conocimiento y cree empleo.

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