México y la UE se unen contra Trump y firmarán un nuevo acuerdo comercial

Ildefonso Guajardo, ministro de Economía de México. / Facebook.
Ildefonso Guajardo, ministro de Economía de México. / Facebook.

Representantes de ambas partes negocian la creación de un nuevo tratado comercial con el que puedan hacer frente al vacío que dejará Estados Unidos con su nuevo proceder proteccionista.

México y la UE se unen contra Trump y firmarán un nuevo acuerdo comercial

Donald Trump ha dejado claro que no está dispuesto a retractarse en su intención de cambiar, e incluso cancelar, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, por sus siglas en inglés) y parece ir decidido a hacer lo mismo con el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TTIP, por sus siglas en inglés). El rompimiento, o cuando menos la modificación, de ambos ha llevado a México y la Unión Europea a apurar sus negociaciones para posibles tratados de libre comercio como alternativa a la apisonadora de Washington.

El ministro de Economía de México, Ildefonso Guarjado y la jefa de Comercio de la UE, Cecilia Malmström, han acordado este miércoles retomar el diálogo en dos reuniones distintas. La primera será el 3 y 7 de abril, mientras que la segunda está agendada para el 26 y 29 de junio. En los más de dos meses entre ambas reuniones, los diplomáticos se reunirán en la Ciudad de México con la intención de "hacer un balance de los pregresos e impulsar los avances en las negociaciones". De acuerdo a Bruselas, la idea es apresurar el calendario de negociación, aunque evitaron pronunciar el nombre de Trump, quien es evidentemente el que ha desatado estos acercamientos a raíz de sus intenciones y políticas proteccionistas. 

Eso sí, las negociaciones entre ambas partes estaban planificadas desde el año pasado, cuando empezaron a aflorar las consecuencias del TTIP (que es básicamente libre comercio entre Estados Unidos y Europa) traería al trato bilateral entre México y la UE. Las aspiraciones proteccionistas de Trump han llevado a los comisionados europeos a expandir sus horizontes y buscar nuevos socios, y para ejemplo de ello han elegido a México. Según asegura El País, la llegada de Trump ha alborotado los ánimos en Bruselas, pues "nadie ve la nueva política comercial provocada por las tentaciones proteccionistas de Trump como una oportunidad, sino más bien como una incomodidad y con preocupación por la importancia de las relaciones transatlánticas", cita el diario a sus fuentes.

Pero los dos representantes envueltos en las negociaciones han evitado hacer alguna referencia abierta a ese sentimiento de inseguridad que ha llegado con el espectro de Trump. Al contrario, públicamente han asegurado que la idea es llevar las relaciones comerciales bilaterales a la altura que demanda la era actual. "Seremos capaces de estimular el crecimiento, mejorar la competitividad de nuestras empresas y ofrecer más opciones a los consumidores al tiempo que creamos empleo", asegura la UE.

Durante su campaña presidencial, Trump advirtió que deportaría a 11 millones de inmigrantes indocumentados, siendo la mitad de ellos de origen mexicano. Aparte de eso, ya no solo advirtió sino ordenó la construcción de un muro fronterizo entre su país y su vecino del sur. Ha obligado a varias compañías de la industria automotriz a retirar sus fábricas o sus proyectos de México. Encima de todo, no parece estar dispuesto a recapacitar sobre sus amenazas al Nafta. La avalancha ha hecho a México sacar su músculo y presumir de sus acuerdos comerciales con hasta 44 países que juntan casi dos tercios del PIB global, así como acercarse a Bruselas ante la reticencia y malas intenciones de Washington.

El tratado de libre intercambio entre el país norteamericano y el club continental ha estado en vigor desde hace 17 años, aunque en aquella época la coyuntura distaba mucho de la actual. "Con este proceso de modernización se pretende que el acuerdo esté al nivel de otros ambiciosos acuerdos comerciales que la UE y México han negociado recientemente", aseguran los dos bandos. Los encargados de las negociaciones se reunieron por última vez en la Ciudad de México en noviembre, cuando habían transcurrido tan sólo dos semanas desde las elecciones de Estados Unidos, y los delegados europeos pusieron sobre la mesa seis prioridades que debía cubrir el nuevo pacto: reglas de origen, contratación pública, medidas sanitarias y fitosanitarias, energía y materias primas, propiedad intelectual y pymes.

De acuerdo a las estadísticas que maneja la UE, entre 2005 y 2015, el tránsito por año del comercio de mercancías entre los dos pasó de unos 26.000 a 53.000 millones de euros (en dólares, 28.000 a 57.000). A partir de 2000, cuando entró en vigor el tratado, el comercio bilateral de bienes ha credido hasta en un 180% y las inversiones de Europa en México son tres veces mayores que las de antes, lo que ha convertido a Bruselas en el sesgundo máximo padrino monetario de la economía mexicana.

Aparte de lo anterior, con un 5% Europa es el bloque económico que más productos mexicanos compra. Eso sí, el primero (precisamente Estados Unidos), adquiere un 73%. Este nuevo inicio de diálogos entre ambos es parte de la estrategia apurada que ha impulsado el Gobierno de Enrique Peña Nieto, quien debe encontrar nuevos socios comerciales en el mundo antes de que Trump lo devore por completo. Pese a que los especialistas en temas sociales avisan de que la diversificación de la matriz exportadora de un país es posible únicamente a largo plazo, todos coinciden en que México tiene que buscar vida más allá de su vecino inmediato. @hmorales_gt

 

Comentarios