México y Canadá se niegan a incluir una fecha de expiración en el TLCAN

Ildefonso Guajardo, ministro de Economía de México. / Facebook.
Ildefonso Guajardo, ministro de Economía de México. / Facebook.

Los dos socios del tratado dan un revés a Estados Unidos, que recién propuso que el acuerdo quedara sin efecto en un plazo de cinco años.

México y Canadá se niegan a incluir una fecha de expiración en el TLCAN

La última ocurrencia de Donald Trump para el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (incluir una cláusula de expiración automática para el mismo) ha dejado muy molestos a los dos socios estadounidenses en este acuerdo, es decir Canadá y México. Ambos han salido en tromba y de la mano para reprender la nueva idea con la que la Casa Blanca, de forma indirecta, informó que no tiene intención de mantener el pacto. "No me parece que el tratado deba tener una cláusula de extinción", dijo Ildefonso Guajardo, titular de la Secretaría de Economía de México, quien fue secundado por el responsable de Comercio Internacional de Canadá, Francois-Phillipe Champagne. "Puedo asegurar que no aceptaremos cualquier tratado: tiene que ser bueno para Canadá y para México", dijo el canadiense. Así, los encargados de renegociar el documento con Washington D.C. han roto el silencio que habían mantenido los dos países, pues ni Enrique Peña Nieto ni Justin Trudeau, presidente de México y Primer Ministro de Canadá, respectivamente, habían dicho palabra respecto al tema.

"Estados Unidos viene (a las rondas de renegociación) on una propuesta de blanco o negro. Y lo que tenemos que hacer es negociar algo que tenga sentido; trabajar una escala de grises y presentar propuestas", explicó Guajardo a la televisora mexicana Televisa. "El mismo sector privado estadounidense ha criticado al Gobierno y a la delegación de EE UU porque sus propuestas lastimarían a su propia economía", añadió. Champagne, por su parte, recordó la necesidad de que el nuevo pacto sirva para dar "estabilidad y certidumbre para las inversiones", lo cual es "esencial" para las cadenas de suministro y que, evidentemente, no se lograría forzando al acuerdo a quedar anulado en el próximo lustro, como propone Trump. La mayoría de especialistas en comercio internacional consultados son de igual forma críticos con esta propuesta. Si llega a ser incluida en el acuerdo resultante de estas renegociaciones, lo cual se ve prácticamente imposible vistas las posturas de Guajardo y Champagne, sería un hecho inaudito en los acuerdos de libre comercio de todo el mundo.

"Siempre supimos que esta iba a ser una renegociación difícil", reconoció Champagne, quien se encuentra en México como parte del séquito que ha acompañado a Trudeau en su visita oficial. "Tenemos que tener una mirada de largo plazo: solo estamos en la cuarta ronda. Es el tratado de libre comercio más exitoso que hay y no es solo un acuerdo de compraventa, sino de cadenas de producción integradas", agregó. Así, los dos países colaboran el uno con el otro "de manera estrecha, constructiva, con propuestas: trabajamos muy bien juntos". El desafío pasa a ser por lo tanto pensar "como país y no como región", de lo cual Estados Unidos no parece ni enterado. El funcionario canadiense también recordó a su ocurrente vecino que Canadá es nada menos que "su cliente más importante", puesto que les compra "más que China y Japón juntos".

Al ser interrogado sobre la posibilidad de que se sustituya el contrato comercial con uno bilateral entre Estados Unidos y Canadá, Champagne tan solo dijo que hoy por hoy hay un acuerdo trilateral y ha defendido que su país espera que sean "las tres partes" las que negocien y mantengan el mismo. "Si se viene abajo el tratado hay opciones, pero para nosotros lo primordial ahora es defender el TLC", dijo.

Las consecuencias de una posible ruptura

De todas formas, si al final de cuentas el acuerdo termina eliminándose, Guajardo no considera que la economía de su país se vería afectada en el corto plazo, puesto que la mayoría de exportaciones no estarían conectadas a aranceles, o de estarlo los mismos serían muy bajos. "Lo que tenemos que hacer es limitar el impacto abriéndonos al mercado exportados: hay formas de adaptarse", explicó. si al final el acuerdo queda expuesto a una fecha predefinida de expiración, las actividades comerciales entre México y Canadá pasarían a ser jurisdicción de la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo cual es un plus para los mexicanos.

"El TLC no es que se vaya a venir abajo: aunque EE UU se saliera, el tratado seguiría regulando el comercio entre Canadá y México. Eso es algo muy importante", explicó el funcionario mexicno mientras admitía que, de cualquier forma, las negociaciones se encuentran en un punto muy delicado. "Desde el principio dijimos que sería una montaña rusa, con días buenos y días malos. Sabemos que cualquiera de las partes puede presentar las propuestas que considere, porque así son estas negociaciones. Pero depende de los demás darle curso a esas propuestas. A fin de cuentas, lo que necesitamos es un tratado que funcione en beneficio de todos", zanjó.

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