Los mercados mundiales, excepto Wall Street, cierran en rojo por las tensiones EE UU-China

markets
Panel indicador de la Bolsa de Londres en negativo / Infobae.
Los números rojos han vuelto a pintar los principales índices financieros del mundo ante el miedo a una nueva guerra comercial entre China y Estados Unidos.
Los mercados mundiales, excepto Wall Street, cierran en rojo por las tensiones EE UU-China

La economía mundial ya no solo recibe los golpes traumáticos de la parálisis de la actividad comercial y empresarial por el confinamiento de 3.800 millones de personas en todo el mundo y las pérdidas de horas de trabajo equivalentes a 300 millones de empleos y 10.000 millones de dólares en salarios que no serán pagados, tomando en cuenta que alrededor del mundo se destruirán 25 millones de empleos, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Ahora recibe un shock que se agrega a la recesión global causada por la Gran Reclusión de 2020, y es el continuo e incesante pulso geopolítico, diplomático, económico y comercial entre las dos potencias más grandes del mundo: Estados Unidos y China.

Las dos economías más poderosas del planeta han entrado en un nuevo período de hostilidades que amenaza con socavar, una vez más, la estabilidad del comercio global, que de por sí ya se encuentra prácticamente suspendido por el cierre de las rutas internacionales y transcontinentales de exportación debido a la pandemia.

El reflejo de esa dinámica de tensiones y permanente conflictividad por la responsabilidad política y sanitaria que Washington le achaca a Pekín por el brote de la pandemia de Covid-19, se proyecta en los mercados financieros, es decir, en las Bolsas de Valores, que son el principal factor de control, administración y monopolización de los flujos de capital que retroalimentan el sistema económico mundial desde los más altos hasta los más bajos niveles.

Lo parqués financieros han experimentado jornadas de cuantiosas pérdidas y retracciones ante la salida e inyección volátil de capitales, lo que atiza la inestabilidad de un mercado que registra más secuencias de bajas accionarias que de alzas. Y es que tras el impacto del coronavirus—, y ante los buenos datos sobre la evolución de la pandemia con el aplanamiento de las curvas de contagios en Italia, España y Alemania, los planes de desescalada de los Gobiernos y la valiente reacción de los bancos centrales, lo normal es que las Bolsas prosiguiesen su remontada esta semana.

Sin embargo, el panorama sigue siendo opaco. Por más que los gobiernos apuestan por una liberación de sus economías y por desbloquear ciertos sectores que ya comenzaron a reactivarse para regenerar los flujos de capital perdidos, inversiones e inventarios no liquidados, los mercados ahora apuntan más hacia la evolución del nuevo episodio conflictivo entre EE UU y China que a la misma política de estímulos fiscales e inyección de liquidez ilimitada de varios bancos centrales alrededor del mundo.

Los números rojos han vuelto a pintar los principales índices financieros del mundo ante el miedo a una nueva guerra comercial entre China y Estados Unidos. Si ambos gigantes deciden aplicarse nuevas medidas de retaliación con incrementos desmedidos de aranceles, los costos de las mercancías que muchas empresas importan y exportan entre esos mercados, que son los más importantes del mundo y los que más capital generan, aumentarán exponencialmente y eso ocasionaría pérdidas en los stocks financieros de las compañías que cotizan en las bolsas europeas y en Wall Street.

Los medios estatales del país asiático han revelado este viernes que siguen las conversaciones, e incluso se intensifican, para desarrollar la fase uno del acuerdo comercial entre China y EE UU. No obstante, un acuerdo de esa naturaleza parece estar muy lejos en medio de un escenario de tensiones diplomáticas que podrían convertir a EE UU en un país mucho más proteccionista en detrimento de su papel de liderazgo global, pues al ser el epicentro de la pandemia de coronavirus, Washington se mantiene enfocado en resolver la crisis interna, que escala sin tregua, en lugar de expandir el dominio comercial y económico de EE UU en el mundo. Como consecuencia, el optimismo ha regresado a las Bolsas, que han registrado subidas moderadas, mientras la prima de riesgo se relaja.

A medida que la percepción de riesgo disminuye, también lo hacen las primas de riesgo y eso motiva a los inversores a colocar más capitales por la tendencia a la multiplicación más rápida de rendimientos a corto plazo.

El Ibex ha crecido un 0,78% este viernes hasta alcanzar los 6,783,1 puntos. El selectivo español consolida el umbral de los 6.700, pero no ha podido evitar cerrar la semana con pérdidas del 2,01%. Eso representa una caída de al menos 150 millones de euros en la jornada.

Las empresas españolas Inditex, Repsol y Telefónica han lastrado la sesión, mientras que la constructora Ferrovial ha liderado las ganancias, por encima del 5%, tras presentar sus cuentas a última hora del día anterior. La temporada de resultados —que ha perjudicado al índice en algunos momentos durante los últimos días— da una tregua. Al registrarse rendimientos positivos en las acciones es inversiones de esas empresas por los aumentos de la demanda de servicios de telecomunicaciones y energías, la red empresarial transnacional española se posiciona en verde.

Los principales parqués internacionales también han registrado subidas moderadas, si bien en Europa no han sido tan importantes como en Japón, donde la Bolsa de Tokio se ha anotado un 2,21%, lo que demuestra la tendencia relativamente estable de Asia, donde sus mercados emergentes son los únicos que crecerán este año, un 1%, en medio de la crisis económica mundial, según las proyecciones del FMI en abril.

Londres y Fráncfort han liderado el crecimiento de los selectivos continentales, todos con ganancias superiores al 1%. Es decir, repuntes de 50 millones de euros o más. Aunque la economía británica se ha desacelerado por su estado de suspenso comercial y diplomática con la UE tras el Brexit, se mantiene expectante por el impacto que tendrá el hecho de que ahora sea el país europeo con más muertes por coronavirus.

El optimismo ante el retorno de las conversaciones entre las dos grandes potencias ha impulsado la sesión, pero las dudas sobre un posible rebrote aún tardarán en desaparecer, y los principales índices han cerrado la semana con pérdidas. La percepción y el temor latente de que se produzca una nueva ola de infecciones no permite que los parqués de Alemania y Reino Unido ganen más terreno.

Pero sin duda, esta semana también ha estado marcada por los datos de paro en Estados Unidos. Y es que, si la primera economía del mundo no demanda mano de obra interna y extranjera, los rendimientos de las compañías exportadoras de esa mano de obra caen por las asociaciones entre el mercado estadounidense y el europeo.

Si este jueves se comunicó un nuevo aumento de tres millones de demandantes del subsidio de desempleo, hoy viernes se ha conocido que el país perdió más de 20 millones de puestos de trabajo en abril, con una tasa de paro que ya roza el 15%, la más alta desde la Gran Depresión. Pese a todo, Wall Street abre en positivo, con una subida superior al 1%. Se encuentra a la espera de que un nuevo ciclo de estímulo de la Reserva Federal reanime el golpeado mercado laboral del país más rico del mundo. @mundiario

Comentarios