Los mercados cierran en rojo ante el miedo global a un rebrote que anestesie la economía

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Un agente bursátil observa las caídas de los índices accionarios de los mercados globales / Forbes.
El miedo a un rebrote regresa y los parqués europeos han registrado pérdidas moderadas. El Ibex ha liderado los recortes, con una caída del 1,63%, y desecha los 6.700 puntos.
Los mercados cierran en rojo ante el miedo global a un rebrote que anestesie la economía

Los mercados se han estancado en una senda de volatilidad que no se veía desde la Gran Depresión de 1929 y la crisis financiera mundial de 2008. Hoy por hoy, las Bolsas son el reflejo claro y evidente de que la economía global pasa por un momento crítico en el que, dentro de poco tiempo, podría estar tocando el punto más bajo de su curva de recesión hasta quedarse en un limbo de estabilidad negativa para trazar una curva en U prolongada hasta que la pandemia comience a atenuarse y se tome el segundo extremo de la curva al alza para iniciar un proceso progresivo de recuperación por focos, mercados y zonas estratégicas del planeta.

Tras haber cerrado una semana de altas y bajas, los mercados siguen desconfiando de la administración de muchos bancos centrales y gobiernos al alrededor del mundo, no solo de la crisis económica, sino también de la gestión de una crisis sanitaria que, si genera una nueva ola de contagios a nivel mundial, podría asestarle el golpe de gracia a un PIB global que perderá el 3% de su valor, pero con un escenario de esa naturaleza tan devastadora, podría contraerse hasta un -4%.

Parecía que este lunes las Bolsas se iban a tomar un respiro e iniciarían la segunda semana de mayo con números verdes, pero no ha sido así. Tras la avalancha de resultados empresariales y cifras macroeconómicas que marcó la semana pasada, los principales selectivos se sacudieron la presión y abrieron al alza, impulsados por los planes de desconfinamiento en varios países.

Hoy hubo pérdidas, pero, aunque no fueron tan voluminosas, sí generan preocupación por la tendencia negativa de que el levantamiento de las medidas de confinamiento reactive la economía de una forma tímida y regresiva por el temor social a un rebrote que retrotraiga todo el avance financiero y de control epidemiológico que Occidente ha tenido en estos dos meses de pandemia después de que empezó a aplanarse la curva de contagios en China; el origen del coronavirus.

Entonces se conoció el dato de la producción industrial en Italia y asomó el rojo, que se iría profundizando a lo largo de la sesión por las noticias sobre nuevos contagios que llegaban desde Corea del Sur, uno de los Estados que hasta ahora ha sido capaz de controlar la pandemia. De hecho, esa nación asiática es uno de los mercados emergentes más importantes del mundo que podría ser clave en el foco de las exportaciones europeas y estadounidenses a medida que se reactivan las grandes economías occidentales, pero si Corea del Sur o China no demandan ni cotizan como antes, entonces la globalización del comercio y la expansión económica de las potencias mundiales se frenan, lo que tiene incidencia directa en los mercados financieros de EE UU, Europa y América Latina.

El miedo a un rebrote regresa y los parqués europeos han registrado pérdidas moderadas. El Ibex ha liderado los recortes, con una caída del 1,63%, y desecha los 6.700 puntos. Al menos la prima de riesgo se relaja, lo que impulsa una posible fase recuperación empresarial en el sector privado de España.

Los principales selectivos se han zafado, aparentemente, de los retrocesos que les hicieron cerrar a la baja la semana pasada: el miedo a una nueva guerra comercial entre China y Estados Unidos —ambas potencias han retomado las conversaciones, aunque el New York Times publica que el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional preparan un informe para acusar a Pekín de robar información sobre la vacuna para el coronavirus— y el aluvión de resultados.

Una vez más, la pugna geopolítica y el pulso por la hegemonía de un mundo en crisis y en reducción, motivan a los grandes financistas, tenedores y controladores de los flujos financieros globales a resguardar sus patrimonios antes de que una eventual implosión de una guerra diplomática de más alto nivel entre EE UU y China afecte las cadenas de suministro global aún más de lo que ya están por la pandemia.

Pero ni eso ha sido suficiente ante el shock monumental en el sector secundario de uno de los países más industrializados de Europa. La producción manufacturera en Italia se desplomó un 28,4% en marzo con respecto al mes anterior, la mayor caída desde que comenzó la serie hace tres décadas. El miedo al virus ha hecho el resto. Entonces, el sistema de vida en Italia y en los principales países europeos se ha condicionado en un nuevo clima de retracción de la actividad económica y la actividad social por el instinto de supervivencia colectivo frente a un no descartado escenario de un rebrote de la Covid-19.

El Ibex, que ha llegado a subir por encima del 1% en la apertura hasta conseguir los 6.800 puntos, ha cerrado con una bajada del 1,63% y unos escuetos 6.672,2. El índice español ha borrado en un día las ganancias de las últimas dos sesiones.

Al otro lado del Atlántico, Wall Street cierra con pérdidas del 0,45% para un total de 24.221,99 puntos tras el alto grado de conflictividad política que hay entre el Gobierno de Donald Trump y los estados norteamericanos con gobernadores demócratas que se oponen a la relajación del confinamiento para reactivar la economía, una prioridad vital para el jefe de la Casa Blanca, que busca en la recuperación y el crecimiento aunque sea leve de la primera economía del mundo su principal punto a favor para lograr la reelección en noviembre. @mundiario

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