El 80% de los comercios españoles no se reactivó por prever elevados gastos y cero ventas
La desescalada no es tan viable y efectiva como el Gobierno la pinta. Su diseño no previó que el déficit es un factor contra el que las pequeñas y medianas empresas deben luchar para evitar irse a la quiebra en una situación donde, por más que Pedro Sánchez quiera reactivar la economía, no hay una dinámica normal y el consumo no se encuentra en un estado convencional.
Y es que la actividad comercial ha pasado prácticamente desapercibida en su reapertura, y más del 80 % del pequeño comercio ha optado por no reabrir, tras permanecer cerrado desde el pasado 14 de marzo cuando se decretó el estado de alarma por el coronavirus por sus pésimas proyecciones de altos gastos y cero ventas.
Los comercios españoles no ven rentable volver a trabajar en medio del confinamiento. Y aunque se esté relajando y aplicando medidas de flexibilización, el desempleo bajó el consumo y eso se traduce en una caída de la demanda, que a su vez repercute en las ventas y la cadena sigue su curso sin parar hasta llevar el impacto al déficit de los negocios: muchos gastos y nada de ganancias.
Es decir, más del 80% de los comercios en España invierten en mercancías e inventarios que no pueden vender debido a que, simplemente, la prioridad del consumo de la población no se enfoca en ese sector, sino en el de alimentación y medicación por el impacto social y sanitario de la pandemia. Este fenómeno es causado por el estricto carácter social y humano de esta crisis económica, que no se originó en las burbujas financieras de Wall Street, en Estados Unidos.
Después de que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicara este domingo las condiciones que deben cumplir los comercios para su reapertura, solamente un 20 %, según la organización de autónomos ATA, y del 15 % según ha señalado el presidente de la Confederación Española del Comercio (CEC), Pedro Campo, han abierto hoy sus puertas.
Esto puede traducirse en pérdidas aproximadas de unos 1.500 millones de euros en ventas que no se darán por la timidez con la que el sector se ha reincorporado a una vida económica que el Gobierno quiere hacer ver normal, pero la realidad es mucho más grande y tajante que los planes de la administración de Pedro Sánchez.
Dentro de los sectores del comercio, han sido las peluquerías y centros de estética, considerados servicio esencial, las que en mayor medida han cubierto las aperturas, con un 50 % de las mismas activas siempre, eso sí, con cita previa, como exige el Gobierno en esta etapa 0.
Además de los salones de estética y peluquerías, los centros de fisioterapia, ferreterías, ópticas y centros de reparación son principalmente los sectores que hoy podían retomar la actividad. @mundiario
