Maduro y Guaidó continúan su pulso mientras Venezuela sigue derrumbándose

Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. / @presidencialven
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela. / @presidencialven
Ninguno de los dos líderes políticos son capaces de llegar a un acuerdo para salvar a un país que ya no da más de sí mismo.
Maduro y Guaidó continúan su pulso mientras Venezuela sigue derrumbándose

Venezuela sigue hundiéndose cada vez más en la crisis económica mientras Juan Guaidó y Nicolás Maduro siguen en su duelo de espadas. La Asamblea General de la ONU la semana pasada desnudó por completo la degradante situación política en la república bolivariana. De igual forma la parálisis en que se ha quedado estancada. Con la oposición haciendo campaña para hundir al chavismo a base de sanciones de otros países, las huestes de Nicolás Maduro se alinean con las de Vladimir Putin y echan toda la sal posible en las heridas opositoras. Entremedias, intentan sacar adelante un acuerdo en el que ninguno tenga que hacer más concesiones que el otro.

Desde el lado de Guaidó creen que el heredero de Hugo Chávez realmente no tiene ninguna intención de alcanzar ningún acuerdo con ellos y que si ha llegado hasta aquí en esas pseudo negociaciones es porque es una forma de maquillar su imagen y ganar tiempo. Eso sí, de puertas para afuera se busca convencer de que de verdad están comprometidos con la causa. Si la oposición ha detectado algo de soberbia a la hora de tomar decisiones y la voluntad de darle rápido una salida a todo esto, en el Palacio de Miraflores piensan que el proceso no ha hecho sino empezar.

Se cumplen ya casi 10 meses desde que Guaidó se autoproclamó presidente del país pero la maniobra no ha desparalizado absolutamente nada, si algo ha hecho ha sido empeorarla pese a contar con el reconocimiento de más de 50 países repartidos en el mundo. Sus apoyos son conocidos de memoria, con Estados Unidos y Colombia como jefes de este pelotón de refuerzos. A otra basta mayoría de países que reconocieron a Guaidó no les ha quedado más salida que sentarse a la mesa con Maduro también. Total, nadie quiere jugar pulsos con Putin.

La oposición despachó a un séquito a Nueva York para la Asamblea General de la ONU, aunque el gran discurso del país lo dio Delcy Rodríguez, chavista y embajadora del país ante el organismo internacional. Las balas se le van agotando lentamente a la oposición y no les va quedando más que la de la condena al régimen de Maduro. Impotentes, una de las últimas municiones del cartucho es la reunión que sostendrá Michelle Bachelete, Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, con el canciller ruso Serguéi Lavrov, y buscar que les caigan migajas de la mesa.

Los hombres de Guaidó saben bien de que las sanciones son el mecanismo de presión que mejores resultados les puede dar. Dentro de los ejemplos más notables es que, pese a que la aplicación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) se invocó para una intervención militar, esta semana tuvo un revés. Los países participantes del tratado en cuestión dieron su palabra de, primero, perseguir, sancionar y extraditar a funcionarios del Gobierno chavista que tengan vínculos con el crimen organizado, pero no se comprometieron a enviar fuerzas armadas. Como sea, la idea es que Europa acceda a unirse al emprendimiento, pero Bruselas no ha dicho ni pío.

Maduro y los suyos, mientras tanto, han huido definitivamente a sus trincheras, donde les han recibido Rusia y Cuba y recurrir a lo que han bautizado como "geopolítica de guerrilla". Desde hace algunos meses la idea era desactivar la amenaza de la intervención militar, recuerda El País; consumado esto, se inició una estrategia de represión contra Guaidó y los suyos. A estas alturas la preocupación más grande pasa por terminar con las sanciones recibidas. Las más efectivas son las que afectan directamente a los testaferros de la élite chavista y a las petroleras, especialmente las que tienen actividades en Cuba. De igual forma, la industria local se encuentra congelada y el Gobierno no ha logran vender su petróleo, cuyas reservas se encuentran en sus máximos niveles de siempre. Así las cosas, esperan que Estados Unidos conceda una extensión de licencia a Chevron en el presente mes a fin de que pueda retomar operacioens en suelo venezolano.

Todo esto trae consecuencias directas en el país. Los emisarios de Maduro han lanzado varios mensajes a varias delegaciones, principalmente de Europa, de que ve con buenos ojos retomar las negociaciones con la oposición siempre y cuando Noruega ampare el proyecto. En la intimidad de sus aposentos reconocen que hay buena química con la oposición y creen que el gran detonante del último fallo en las negociaciones enBarbados fueron las fricciones que hay entre los líderes de los dos bandos. No obstante, Guaidó y su equipo aseguran que Maduro salió huyendo en cuanto le plantearon la empresa de iniciar un proceso de transición que terminaría con él y los suyos despojados del poder. @mundiario

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