Nicolás Maduro es alguien que siempre se las arregla para dar la nota. Cuando se cree que se le ha visto hacer de todo, el presidente de Venezuela siempre aparece con algo nuevo que hace olvidar lo que había hecho previamente. Ahora, el mandamás ha ordenado detener la circulación del billete de 100 bolívares, el de mayor valor y que, según el Banco Central de Venezuela, representa el 48% del dinero en efectivo que circula en la economía bolivariana. El presidente se ha amparado en el decreto de emenergencia económica para respaldar su decisión, que había sido insinuada previamente. Su idea es frenar el precipitado ascenso del valor del dólar de Estados Unidos en el mercado negro.
El Gobierno ha dejado claro que los billetes de 100 bolívares, con los que apenas se puede adquirir un dulce, han sido sacados del país "por mafias especuladoras". Es un golpe financiero, según se ha quejado el régimen. "En Cúcuta y Maicao (en la frontera entre Colombia y Venezuela) funciona un centro permanente de ataque al sistema bancario. Hay almacenes enteros de billetes de 100 -bolívares- en Cartagena y Bucaramanga", dijo el jefe de Estado durante el programa televisado En contacto con Maduro. Aparte, acusó a una compañía con nexos con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos de ser la responsable de la operación.
En el último mes, el bolívar se devaluó en un 59% y desató una nueva crisis sin precedentes al liquidar la posibilidad de cubrir con efectivo los gastos en los comercios y provocar un alza de precios que dejó en nada el poder de compra de la moneda local. Pese a que los académicos no hablan de hiperinflación, lo que sucede en Venezuela es un aumento prácticamente diario de los precios. El dólar es el bien más preciado entre los venezolanos, quienes están dispuestos a lo que sea con tal de defenderse de los precipitados precios. El Fondo Monetario Internacional ha vaticinado una inflación del 720% para el presente año.
Pese a que el Gobierno no lo explicó, hay varios analistas que creen que la medida pretende influir en el método con el que se estima el valor de los billetes verdes en el país caribeño. De acuerdo a páginas de internet que hacen estos cálculos en sus portadas, la fórmula es sencilla: cuántos bolívares por peso de Colombia y cuántos de esos pesos colombianos por dólar. Ese es precisamente el indicador que se ha convertido en el marcador para establecer los costos de reposición de los negocios en la república bolivariana.
Tras la publicación de la medida en la Gaceta Oficial, los venezolanos tendrán tres días para llevar esos billetes a las taquillas de la banca pública. Tras ese lapso, deberán ir a la sede del Banco Central de Venezuela para cambiarlos. Entretanto, el billete de mayor denominación pasará a ser el de 50 bolívares, una complicación más a las gestiones de la cotidianidad de un país que está a nada del colapso total. Ese billete de máxima denominación es poco más de un céntimo de euro al tipo de cambio paralelo. El ministro de Interior y la policía política se encargarán de un complejo operativo que supondrá largas filas de personas intentando cambiar su dinero.
El billete de 100 bolívares era el más usado en las transacciones y se había desvanecido en los últimos días. En la frontera y aquellos poblados sin la costumbre de manejar transacciones electrónicas se vendía por un precio más alto respecto de su valor. Eso solo ha sido posible porque el régimen venezolano se empeña en mantener un control de cambios, vigente desde hace 14 años y que ha creado subsidios de bienes esenciales. La caída de los precios del petróleo ha impedido que dichos subsidios lleguen a toda la población como en años anteriores.
Para el próximo 15 de diciembre entrará en circulación de forma paulatina el nuevo cono monetario (conjunto de monedas y billetes legales) anunciado la semana pasada por el banco central. El de menor valor será el de 500 bolívares y el de mayor de 20,000. Ese último es equivalente a tan sólo 5 dólares en la cotización de las bolsas del mercado negro. @hmorales_gt