En Madrid no hay playa pero el astillero Navantia ubica allí su sede central

Sede de Navantia en la madrileña calle de Velázquez
Sede de Navantia en la madrileña calle de Velázquez.

A diferencia de lo que sucede en el resto del mundo, los principales astilleros españoles no tienen su centro de decisión en la costa, sino a cientos de kilómetros.

En Madrid no hay playa pero el astillero Navantia ubica allí su sede central

Verano de 1989, recién llegado a Madrid para residir por motivos profesionales, escuchaba en las emisoras de radio una irónica canción del madrileño grupo “Los Refrescos”, titulada “Aquí no hay playa”. Una de sus estrofas rezaba “podéis tener el mando del imperio en vuestras manos…, pero al llegar agosto y el verano, aquí no hay playa”. Si llegase a ser creación de Siniestro Total u Os Resentidos, los freían.  Décadas antes decía Castelao que “en España no hay separatistas, y si alguna vez existieron fue por la acción instigadora de los separadores”. Y ello pese a que no había llegado el tiempo de los tres intentos consecutivos de organizar una olimpiada, de la autovía soterrada que circunvala la ciudad, de la sede municipal que costó más que la santiaguesa Cidade da Cultura o algo más de la mitad de Punta Langosteira. Por ello Madrid es el ayuntamiento más endeudado, nada menos que más de 6.000 millones de euros.

Quizás para compensar que no tenga ni un kilómetro de costa, debe ser la única capital del mundo que cuenta con la sede del principal astillero de su país. Presumen en su web de las “Oficinas Centrales situadas en Madrid que son la sede central de Navantia, cuyos centros de trabajo se reparten por toda la costa española” y que en “Madrid trabajan un número significativo de profesionales al servicio de toda la compañía. La plantilla se caracteriza por su alto porcentaje de titulados superiores, el 75%”. Permítanme la maldad de suponer que quizás esa ubicación explique que los submarinos de la clase S-80 se les hundan por sobrepeso, pues en Madrid lo más grande que habían sumergido era la autovía M30.

Tal disparate conceptual no lo han cometido los coreanos, líderes mundiales de la construcción naval, sus tres principales astilleros, Hyundai Heavy Industries, Daewoo Shipbuilding y Samsung Heavy Industries no se ubican en el interior. En Europa, el principal astillero polaco tiene su sede en la costera ciudad de Gdansk, los noruegos en Bergen, etc. Todos han sabido ver la importancia de contar con una potente industria naval generadora de empleo, tecnología y que contribuye a potenciar su balanza comercial y su competitividad.

Pero en el país de los despropósitos, donde nadie parece darse cuenta que vivimos en una península separada de los principales mercados por una cordillera con cotas próximas a los 4.000 metros,  los mismos que ignoran la importancia de una potente industria naval y del comercio marítimo, sitúan la central de Navantia en Madrid. El país de los casi 5.000 kilómetros de costas, tan solo en las provincias peninsulares, mira de espaldas al mar o invade sus costas con moles de un cemento tan duro como la cara de algunos.

En el momento en el que la capital peninsular del sector, Ferrol, agoniza, una decisión responsable sería la de trasladar allí la sede central de Navantia y desde allí coordinar y dirigir también los centros productivos en Cádiz y Cartagena. Nos resignamos a aceptar que en la capital de la Meseta se hayan centralizado aviones (Aena), trenes (Renfe), carreteras, etc., pero por el mar no debemos pasar. Madrid no es una ciudad marítima, no tiene sentido alguno mantener en sus actuales emplazamientos empresas, como Navantia, o entes, como Puertos del Estado. Pero el evidente centralismo, del que tan anestesiada está  la sociedad, no lo permitirá. Así nos va.

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