Costa Rica: Los costos de la carretera San José-San Ramón están claramente inflados

Vistas del centro de San José, en Costa Rica.
Vista del centro de San José, en Costa Rica.
Los costos de esta carretera de Costa Rica están al menos un 30% por encima de los verdaderos costos privados de atender el proyecto, tal y como está descrito en los documentos del CNC.
Costa Rica: Los costos de la carretera San José-San Ramón están claramente inflados

Una carretera es como una corriente sanguínea para el cuerpo social y económico de su alrededor. A lo largo de la carretera tenemos un ecosistema social y productivo que se integra e interconecta con el resto del sistema económico y social del país.

Es por eso que cualquier proyecto público de esta naturaleza debe evaluarse no solamente en términos de su rentabilidad económica, sino también en su impacto social y los efectos sobre ese ecosistema productivo en el que se articula.

He leído y escuchado a defensores y opositores al proyecto San José-San Ramón y quiero expresar lo que pienso y las conclusiones a las que he llegado, luego de haber leído la información pública publicada por el Consejo Nacional de Concesiones de Costa Rica.

Los costos de la carretera están claramente inflados y son al menos un 30% por encima de los verdaderos costos privados de atender el proyecto, tal y como está descrito en los documentos del CNC.

No existe fundamento técnico razonable que valide un crecimiento en costos de un 200% en una década. Desde mi punto de vista, un tercio del valor de la obra no debería de pasarse a tarifas.

El segundo componente es el financiamiento, asumiendo que los riesgos financieros y los costos de acceso al financiamiento son excesivamente elevados, más de un 40% superiores a la norma, por ejemplo, para proyectos de generación de electricidad.

Esto significa un sobreprecio a lo largo de los años de vida útil del proyecto que hace la carretera a San Ramón, el proyecto de infraestructura más cara por metro lineal del continente americano.

Ambos componentes, el de costos físicos y el mecanismo financiero, hacen que la obra de infraestructura aumente en alrededor de un 50% sus costos.

Es posible, desde mi parecer, para el Estado tener una revisión y un modelo financiero alterno para el proyecto, que permitiría tener la misma obra, con la mitad del valor de los peajes propuestos por el CNC.

Pagar la obra así de cara o pagarle al concesionario lo gastado y rescindir el contrato parecen ser las únicas salidas en este momento.

El error cometido y la negligencia administrativa de los entes públicos involucrados, en cuenta la Contraloría General de la República, el MOPT y los actores involucrados dentro del CNC le saldrían más baratos al país si rescinde el contrato que si lo siguen empujando tal y como está.

Por lo visto en Alajuela y las manifestaciones hechas por los actores sociales involucrados este proyecto no tiene sustento ni soporte político en la región tal y como está en este momento.

¿Seguirá el gobierno actual empujando contra corriente el barco que seguramente tarde o temprano se hundirá?

El arte de gobernar es saber escuchar las razones a tiempo y si bien, podemos equivocarnos como humanos, pareciera que la humildad de reconocer y corregir a tiempo el error en este proyecto, también mostraría el verdadero liderazgo que esperaríamos de una presidenta.

Para el país más vale la paz social y el progreso en democracia, que una carretera.

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