Contratos: ¿sirve para algo la letra pequeña que invade nuestras vidas?

Letra pequeña en un contrato.
Letra pequeña en un contrato.

¿Realmente la letra pequeña de los contratos sirve para algo? ¿A quién beneficia y perjudica realmente? ¿Forma parte de una burocracia inasumible que invade nuestras vidas?

Contratos: ¿sirve para algo la letra pequeña que invade nuestras vidas?

Una amiga mía me comentó: ¿qué letra pequeña, la que nunca leemos?

Me saltaron las alarmas y me propuse transmitiros lo mucho que nos jugamos diariamente con la letra pequeña. Hagamos una reflexión de solo tres segundos sobre la letra pequeña que nos encontramos a diario y nos daremos cuenta que regula nuestras vidas más a menudo de lo que parece.

Lo que yo me pregunto es ¿para qué sirve? ¿alguien se la lee? ¿alguien la entiende? ¿Cuál es el objetivo de tanta letra pequeña: informar, desinformar, dar negocio a las imprentas, complicar el proceso final de producción de un producto, proteger al vendedor y desproteger al consumidor o usuario?

¿O no? Como dice Mariano Rajoy

La letra pequeña nos invade.

La letra pequeña está en las medicinas, está en los productos alimenticios, está en los productos financieros que nos ofrecen las entidades bancarias, las financieras y las aseguradoras, están en las macroempresas que nos dan servicios básicos como sanidad (hospitales), luz, teléfono y agua, y también están en internet como en las páginas web (que muy pocos cumplen con la Protección de Datos y la LSSI), o como la que hay en todo proceso de compra vía ordenador o Smartphone.

En definitiva una maraña de información que como ciudadano creo sirve para muy poquito para el consumidor o usuario. En primer lugar, como decía mi amiga, porque no se lee  

¿Y por  qué? … como diría Mourinho

Muy sencillo, en primer lugar porque el tamaño es tan pequeño que se necesita una lupa para leerla  y en segundo lugar porque la información que recoge no la entiende ni el consumidor, y en muchas ocasiones, ni el propio vendedor. La letra pequeña está redactada en un leguaje  técnico por el que necesitaríamos la ayuda de un economista  especialista en la materia que nos tradujera al cristiano esa letra pequeña.

Si el objetivo es dejar constancia de la responsabilidad de los vendedores, quizás lo adecuado sea incidir en el control sobre los productos o servicios que venden, es decir, que la letra pequeña se la envíen a la administración que debe velar por los intereses del consumidor o usuario. Para eso pagamos impuestos ¿o no? Y así el consumidor estaría totalmente protegido

¿Sirve para algo la letra pequeña?

Lo que parece muy cierto es que la letra pequeña no sirve para nada, salvo para que el vendedor eluda una responsabilidad porque el consumidor o usuario firma que ha leído y acepta la letra pequeña. Si no firma se queda sin luz, sin agua, sin operarse, sin cuenta bancaria, sin ….es decir, se tiene que ir a una isla desierta a vivir. Y si preguntas al vendedor qué significa una clausula determinada,  te responde que no lo sabe, que la redacta el servicio jurídico de la empresa y que por ello está bien, ah! Y son inamovibles, in-modificables, y si te paras a leer el contrato, te lleva varios minutos que el vendedor no está dispuesto a esperar, y mucho menos a leerte. Así que con prisas te dicen, ¡ firma que está bien !

Concluyo con que la letra pequeña no tiene utilidad, protege a los grandes para culpabilizar a los pequeños que somos todos los consumidores y usuarios ¿para qué están las asociaciones de consumidores, para seguir el circo de quien legisla?

Precisamente leí recientemente una noticia de que una asociación denuncia 500 clausulas abusivas de contratos en 52 bancos. ¿realmente podemos admitir esta torre de babel?

Lo cierto es que cada día hay más letra pequeña en todos nuestros pasos diarios. Fíjate las veces que firmas un documento o compras un producto por el que te responsabiliza de que tomas algo, te pones algo, contratas algo, utilizas la sanidad, etc

¿Se puede vivir así?

Considero es la burbuja de la letra pequeña que nos crea una inseguridad jurídica abusiva por parte del sistema que te obliga a firmar documentos que ni vendedores ni compradores entienden

¿Les suena las preferentes?

Por tanto, como consumidor reclamo que el clausulado de un contrato tenga letra de tamaño 12 con un máximo de 10 cláusulas en un máximo de 1 cara de un folio Din4. Ese debe ser el objetivo de la administración que debe velar por los intereses de los ciudadanos.

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