La última cumbre europea redefinió un nuevo escenario para rescates en banca

Mariano Rajoy en una foto de familia del Consejo Europeo.
Mariano Rajoy en una foto de familia del Consejo Europeo.
Sobresale la ratio de apalancamiento, que en principio supone una medida basada en la medición del riesgo con el objetivo de contener el apalancamiento excesivo en el sistema bancario europeo.
La última cumbre europea redefinió un nuevo escenario para rescates en banca

La última cumbre europea ha redefinido con la directiva de los rescates bancarios un nuevo escenario para la banca. La nueva normativa hace recaer entre los accionistas y demás actores implicados el peso de los rescates, liberando al conjunto de la ciudadanía como hasta ahora del peso de tales rescates. Por este orden y siguiendo el ejemplo chipriota, el orden de prelación en todo rescate ha de seguir: primero a los accionistas, segundo a los poseedores de deuda subordinada y de bonos junior, seguidos de los titulares de deuda senior y al final los depósitos no garantizados, léase los de más de 100.000 euros. El sistema financiero español tiene en el pasivo, como media, entre bonistas y accionistas, un 33% del mismo, siendo así que en principio no tendría problemas de viabilidad.

Al plantear soluciones para estabilizar el sistema financiero nos debemos a las resoluciones del comité de supervisión bancario de Basilea, y a los acuerdos para establecer el marco de Basilea III, que tiene las directrices del nuevo ordenamiento bancario. Dentro de estas reformas y por el calado que estas van a dar al sistema, destaca para las élites el nuevo instrumento de análisis y diagnóstico que representa la ratio de apalancamiento, que en principio supone una medida basada en la medición del riesgo con el objetivo de contener el apalancamiento excesivo en el sistema bancario. A todas luces supone un elemento que no tiene dificultad de interpretación y que puede ayudar a simplificar tanto la información del estado de las entidades, a la vez que una mejora en la gestión del riesgo.

Este índice mide la relación entre los fondos propios y el apalancamiento, siendo fundamental mantener un capital mínimo sobre el total de activos que se considere medianamente seguro. Este índice parece que mide mejor las posibilidades de un posible “default”. Estaríamos pues ante un índice que valoraría de una manera bastante clara el riesgo de las entidades y sus posibles problemas derivados de una cartera de los mismo mal valorada. Todo esto nos pueden llevar a una mejor y más clara información. Son muchos los que se quejan de una excesiva regulación, que hasta ahora no ha conseguido despejar incógnitas, esperemos que este instrumento y otros ayuden a conseguirlo.

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