La jubilación a debate

La jubilación es una cifra para la que puedes empezar a prepararte. / RRSS
La jubilación es una cifra para la que puedes empezar a prepararte. / RRSS

La banca y los seguros (cogidos de la mano) son dos ejemplos perfectos para darnos cuenta de una realidad que sigue potenciándose con nuevas filosofías de trabajo y es tan sencillo, como que trabaje el cliente.  Eso sí, por su comodidad y rapidez, si es eso lo que Vd quiere.

La jubilación está de nuevo a debate, planteándose si los trabajadores debemos de continuar nuestro trabajo más allá del horizonte de los 67 años, o si es mejor la renovación de los puestos de trabajo por mano de obra más joven y que el relevo generacional se produzca.  Pero al parecer nadie ha caído o nadie ha querido ver que los puestos de trabajo son cada vez de menor número.

La banca y los seguros (cogidos de la mano) son dos ejemplos perfectos para darnos cuenta de una realidad que sigue potenciándose con nuevas filosofías de trabajo y es tan sencillo, como que trabaje el cliente.  Eso sí, por su comodidad y rapidez, si es eso lo que Vd quiere.

Hoy nos encontramos empleos de obras y servicios de días, contratos mercantiles que favorecen el auto empleo y todo visto desde el punto positivo del empleo

No hace falta retroceder décadas, que si se quiere no hay mas que echar mano de la memoria y recordar aquellas interminables mesas que prolongaban las sucursales bancarias. Una oficina con menos de cinco empleados no era oficina importante.  Aquellos que tengan algunos años recordarán las oficinas de los ya extintas oficinas bancarias  con ocho, diez, quince empleados por oficina.  Hoy oficinas principales son cubiertas con cinco y ya es un logro. Pero... ¿en qué basura se encuentran todos los que ya no existen? Con recordar hace cinco / siete años atrás nos acordaremos de empleados de toda la vida, que ya han pasado a la segunda actividad de cuidar nietos.

Pero hay empleos como los añorados de Telefónica, cuando era Telefónica, Sevillana de Electricidad, etc… Empleos de calidad, que son contados por aquellos que los conocieron y que nos recuerdan la fragilidad del mercado laboral existente, perjudicado por varias crisis y vapuleados por la última.

Hoy nos encontramos empleos de obras y servicios de días, contratos mercantiles que favorecen el auto empleo y todo visto desde el punto positivo del empleo. Nuevos puestos que incluso ni sabemos lo que significan porque la imaginación debe de ponerse al servicio de aquellos que lo necesitan.

Las nuevas tecnologías han hecho rentables económicamente a las empresas, sin necesitar ser de gran volumen, una pyme cualquiera ha reducido sus costos laborales, precisamente por la implantación de éstas, siendo prescindibles aquellos trabajadores que antaño se necesitaba.

Con estos mismos términos se habla siempre, costo económico en definitiva, pero ¿y el costo social? ¿Dónde queda? ¿Quién se lo replantea? ¿Todo va a ser nuevo empleo y auto empleo?

Por otro lado el futuro de las pensiones sabemos desde hace años que está en juego y que la pirámide poblacional invirtiéndose desde hace lustros.

Uno de los grandes inventos fue el Unit Linked que en sus orígenes fue en la mayor parte de los productos lanzados un auténtico fiasco y que hoy han atemperado su filosofía y que han hecho volcar los productos de jubilación de garantizados a estimados, siempre por las órdenes de la Comunidad Económica Europea que nos guía. Antes cuando teníamos que comunicar algo que no nos gustaba, algo perjudicial, decíamos que era Madrid la que daba la orden, como si Madrid fuese un ente  abstracto que enviaba órdenes y había que cumplirlas.

Hoy se nos solicita de buenas maneras que vayamos buscando un complemento a nuestra pensión en los productos financieros que se comercializan y desde luego son más que válidos y tienen específicamente esa misión, perfectamente útil, real y práctica. Pero no todo el mundo tiene esa mentalidad y no todo el mundo es capaz de ahorrar, por lo que es imperioso que la mentalidad cambie de manera radical. Invirtiendo pequeñas cantidades y si es posible, haciendo aportaciones extraordinarias de menor importe y en mayor número.  Porque la realidad se impone y al final el trabajador tiene que buscarse sus habichuelas, como antes se hacían con las lentejas o las quieres o las dejas, pero luego no te quejes.  Es más importante comenzar antes que las primas a aportar, aunque está claro que cuanto mayor sea ésta, mayor será el volumen a recoger.

Y es cierto que de alguna manera tendremos que complementar nuestras futuras pensiones con la “obligación” del ahorro a través de estos medios, que por cierto su fiscalidad sí cambió, y sus garantías también.  Pero para aquellos que su soldada le permita ese ahorro. También es cierto que desde unos años hasta ahora las primas mínimas a aportar también las propias compañías de seguros las han rebajado, para posibilitar e incentivar este tipo de productos. Aunque la mejor manera si queremos hacer un uso masivo de ello es la modificación de la fiscalidad, tal y como en otros países han planteado.

Es más desde hace años y para los pequeños inversores las propias entidades aseguradores lanzaron al mercado productos de inversión a corto y medio plazo, con intereses muy superiores a las entidades bancarias, que son en muchas ocasiones promocionados y utilizados por las redes propias. Incluso con opciones de renta para replantear este problema.

Aunque también es cierto que algo debe de cambiar en la forma del cálculo de la pensión final, comenzando con los autónomos

Aunque también es cierto que algo debe de cambiar en la forma del cálculo de la pensión final, comenzando con los autónomos. Pero ¿Quién le pone el cascabel al gato? ¿Quién se va a atrever en pensar en la población que está a las puertas de su pensión? Porque los que vienen por detrás, esos sí que van a tener que tener imaginación.

Y ahora nuevas reformas nos lanzan los globos sonda de equiparar las cotizaciones del régimen general a  los autónomos, pero sin mencionar los derechos que tiene un trabajador asalariado. 

Quizás sean muchos temas, muchos conceptos los aquí descritos, pero el autor simplemente quiere que el lector recapacite sobre todo ello, no dejándose llevar por aquellos quienes vienen a mejorar nuestro mercado laboral. @mundiario

               

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