La Costa Rica de 2050 no será viable con el actual del modelo energético

La presidenta de Costa Rica.
La presidenta de Costa Rica.
"En Costa Rica tenemos un sector energético que vive hoy más de lo que hizo en el pasado que de lo que hace en el presente, por lo que el futuro está sin duda, comprometido", destaca el autor.
La Costa Rica de 2050 no será viable con el actual del modelo energético

No es posible pensar la Costa Rica 2050 en las condiciones actuales del modelo energético costarricense. Somos una economía pequeña, abierta y ampliamente dependiente de los recursos energéticos importados. El precio promedio de la energía eléctrica ha subido sustantivamente en los últimos 6 años y no se mira una solución fácil que garantice sostener la inversión requerida en el desarrollo de nueva infraestructura energética. Todo lo anterior suma en un entorno institucional que tiende a ser cada vez más rígido y obsoleto en responder ante los requerimientos del cambio tecnológico y en especial, la incorporación de nuevas fuentes de energía renovables o de combustibles alternos, tales como el gas natural o las fuentes alternas de energía. Todo lo anterior resulta trascendental en los propósitos de ser una economía competitiva y baja en carbono.

Tenemos un sector energético que vive hoy más de lo que hizo en el pasado que de lo que hace en el presente, por lo que el futuro está sin duda, comprometido. Es cada vez más clara la urgente necesidad de establecer nuevas reglas y normas que permitan mejorar el funcionamiento del mercado en el sector eléctrico. Lamentablemente, la estructura centralista y poco flexible genera serias restricciones para el funcionamiento transparente del esquema de precios y costos, lo que lleva a tarifas más elevadas y sobre todo, restricciones para la penetración de fuentes alternas de energía.

Es imperativo tener acceso a combustibles fósiles de tercera generación como el gas natural o las ventajas que tendría la generación con residuos sólidos domiciliarios, dado el componente en firme de la energía requerida para los próximos años y la volatilidad generada en fuentes como el viento o la hidro ante los ciclos climáticos. El país no puede seguir ambivalente entre si decide o no hacer los proyectos, la generación térmica a gas natural y geotérmica deben ampliarse al mismo tiempo que se desarrollan proyectos de represa con regulación anual, de lo contrario el precio de la energía seguirá a la alza en forma continua y será poco lo que se pueda evitar con las mejoras regulatorias en el corto plazo.

Se requiere rediseñar el modelo central de gestión e involucrar de manera más efectiva los actores y gobiernos locales, las nuevas tecnologías de gestión de demanda requieren espacio tecnológico para su desarrollo y mayor descentralización en materia de gestión, de tal manera que los modelos regulatorios se ajusten a las distintas realidades locales y regionales, así como, al acceso de fuentes alternas de energía. El uso de opciones alternas de transporte, el fomento a la tecnología solar de calentamiento de agua y fotovoltaica, las oportunidades de control inteligente de la demanda y otros desarrollos en materia de incorporación de fuentes alternas son de gran importancia para bajar los costos, dependencia y por supuesto, la huella ecológica futura.

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