Kalanick renuncia finalmente a Uber tras las presiones de los accionistas

Travis Kalanick, jefe de Uber. / Twitter
Travis Kalanick, jefe de Uber. / Twitter

El fundador y hasta ahora CEO de la empresa abandona su puesto aunque mantendrá otra posición más discreta en el consejo de administración.

Kalanick renuncia finalmente a Uber tras las presiones de los accionistas

La presión de los accionistas lo tenía ya acorralado desde hace un par de semanas, pero su participación en la empresa hacía pensar que su caída era casi imposible. No obstante, Travis Kalanick finalmente ha dado un paso al costado de Uber, la aplicación para contratación de transporte privado de la que es fundador y hasta ahora CEO. Kalanick abandona su silla perseguido por polémicas y discrepancias con sus padrinos, según presentó este miércoles The New York Times.

"Amo Uber más que nada en el mundo y en este difícil momento en mi vida personal he aceptado la petición de los inversores de hacerme a un lado para que Uber pueda volver a crecer y no distraerse con otra pelea", escribió Kalanick en un comunicado remitido al prestigioso medio neoyorquino.

Uber meditaba desde hace algún tiempo dejar ir a Kalanick, quien no fue capaz de hacer frente a la crisis interna de la empresa, que acumuló renuncias de varios hombres importantes y denuncias de todo tipo, especialmente de acoso sexual en las mismas oficinas. Todo ello hizo temer a los accionistas de que sus títulos perdieran valor en el mercado.

Con todo, Kalanick mantendrá un puesto en el consejo de administración de su creación.

A sus 40 años, Kalanick ya había avisado la semana pasada que se tomaría un descanso de sus labores, el cual no especificó cuánto duraría, pero que su intención era centrarse en sí mismo para ser un líder "de categoría". Lo cierto es que Kalanick atraviesa también una crisis personal tras el fallecimiento de su madre en un accidente en un bote y la delicada situación en que quedó su padre tras el mismo incidente.

Pero probablemente el principal motivo de su salida es una investigación conducida por Eric Holder, exfiscal general de Estados Unidos. Holder investiga la cultura interna de la empresa a raíz de las constantes denuncias de acoso sexual y discriminación en los despachos e la misma.

Holder fue contratado a principios de año luego de que una ingeniera de software denunciara que la cúpula de esta compañía había pasado de prestar atención a las quejas que ella misma y otras colegas habían enfilado por casos de acoso y sexismo de parte de sus superiores.

A inicios de este mes, la aplicación dio de baja a 20 empleados como consecuencia de una segunda investigación de casos individuales de malas conductas asociadas al acoso sexual y psicológico, así como casos de discriminación.

Por si todo eso fuera poco, la empresa fundada en 2009 y con un valor bursátil de 68.000 millones de dólares, también tiene un frente abierto con un ogro: Google. La matriz del buscador, Alphabet, se querelló en su contra por robar información sobre vehículos autónomos.

Uber buscaba a la desesperada deshacerse de su máximo jefe, pues temían que entre sus escándalos legales, empresariales y sus problemas personales, terminiera convirtiéndose en otro Jack Dorsey, cofundador y jefe de Twitter, quien sigue sin encontrar una forma para levantar la alicaída red social. La situación, no obstante, no pasa solo por sacar del puesto a Kalanick, pues Uber nunca se ha recatado para saltarse leyes en los países en que opera. Su conflicto, por tanto, va más allá de un nombre o puesto específico.

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