Los jubilados europeos copian a Escandinavia para asegurar sus pensiones

Pensiones. / RR SS.
Pensiones. / RR SS.

La reforma de las pensiones es un tema controvertido en casi todos los países europeos. El nuevo gobierno tripartito alemán lo ha resuelto con la creación de la “Pensión en Acciones” que invertirá en Bolsa.

 

 

Los jubilados europeos copian a Escandinavia para asegurar sus pensiones

El Estado no es garantía de saber sacar el máximo partido ni rentabilidad a las pensiones de los jubilados que administran durante todo el periodo de cotización. Por eso cada vez se impone en Europa la convergencia de 3 pilares para la jubilación: por un lado la pensión estatal, la complementaria compartida con la empresa y la última, la inversión en los mercados volátiles internacionales de la Bolsa en un mundo global y ecodigital. 

El último ejemplo de este paso adoptado ha sido por parte del próximo gobierno tripartito alemán, formado por socialdemócratas (SPD), Verdes (Grünen) y Liberales capitaneado por el futuro canciller Olaf Scholz, que lleva en su plan de gobierno las denominadas “Pensión en Acciones” (Aktien-Rente). Siguiendo el modelo escandinavo, el nuevo ejecutivo germano se ha propuesto diversificar las fuentes de recaudación y garantizar a largo plazo la financiación de  las pensiones del estado a los trabajadores, que se han visto abocadas a una inyección de  los presupuestos federales de 100.000 millones de euros por falta de recursos propios. 

Si hasta ahora la Seguridad Social alemana a través de su entidad gestora DRV gestionaba las aportaciones de trabajadores y empresarios para hacer frente al pago de las pensiones oficiales, en un  contexto de crisis actual, caída de la natalidad desde hace decenios y los cada vez más altos gastos en prestaciones sociales, han hecho ver al nuevo tripartito en Berlín que las pensiones estatales deberían mejorar su rentabilidad.

Para ello, han previsto crear un fondo global administrado de forma mixta por una entidad “público-privada independiente” (tal y como reza literalmente) que invierta en acciones de empresas de todo el mundo que cotizan en Bolsa. Según los planes de Berlín, ya pactados en el seno de la coalición tricolor, el Estado federal inyectará el próximo año unos 10.000 millones de euros para configurar ese fondo alemán que invierta en acciones para el pago de las pensiones estatales y nutrirse de nuevos ingresos para atender los pagos.

La reforma de las pensiones germanas se ha pactado en pocas semanas desde las pasadas elecciones del 26 de septiembre y el inicio de las negociaciones para nombrar nuevo canciller a Scholz, aunque llevara años en discusión sin éxito en tiempos de la antecesora Angela Merkel. Otra de las medidas adoptadas en la misma reforma es que las pensiones estatales no sean inferiores al 48% del último sueldo promedio del trabajador antes de la edad de retiro (frente al 76% del salario medio de los españoles).  

LA LLEGADA DE MIGRANTES CUALIFICADOS ALIVIARÍA LAS ARCAS

Los pensionistas alemanes pasarán a ser indirectamente accionistas de los títulos invertidos por el nuevo equipo gestor mixto del Estado en los mercados bursátiles y no a depender exclusivamente como hasta ahora de la cuestionada gestión del Seguro Estatal de Jubilaciones que velaba por el pago de las prestaciones una vez adquirida la edad de retiro oficial a los 67 años. 

Conscientes de la gravedad del tema, el tripartito apuesta adicionalmente por la entrada en el país de migrantes altamente cualificados que contribuyan a fortalecer la competitividad de Alemania en la era ecodigital y a aliviar las cargas de cada vez menos contribuyentes para cada vez más jubilados con mayor esperanza de vida. 

Muchos de los trabajadores alemanes tienen el derecho adquirido de una renta complementaria  a través de los planes de pensiones de empresa, denominados “Pensión Riester”, en honor a su antiguo promotor ministro federal de Trabajo. Esta última modalidad adolece sin embargo, según sus críticos, de elevados gastos burocráticos, baja rentabilidad e insuficiente montante para complementar la pensión estatal, y que en algunos casos representa unos 30 euros al mes adicionales a la prestación oficial. 

EL MODELO NORUEGO DE PENSIONES CREA ESCUELA

De los cerca de 120 fondos soberanos más importantes existentes actualmente sólo unos escogidos se dedican a garantizar las pensiones estatales de sus nacionales. Entre ellos destaca los del Reino de Suecia y Noruega creado este último en el 2006. Este fondo considerado el mayor del mundo está compuesto por los recursos de la SS noruega, así como de un fondo estatal suscrito en el año 1967 para atender las pensiones y de otro procedente de los beneficios obtenidos por la venta de petróleo y gas del Mar del Norte.  

El fondo soberano que está siendo tomado como modelo ejemplar en medio mundo menos en España por ahora, gestiona las inversiones globales en Bolsa para los jubilados noruegos y cuyos activos ascienden ya al billón de euros, lo que representa un capital de unos 160.000 euros por habitante. Se compone fundamentalmente en un 75% de acciones en Bolsa de más de 9.000 empresas cotizadas en el mundo, o lo que es lo mismo, casi el 1,5% de todas las acciones en el mundo se encuentran en manos de los gestores de los pensionistas nórdicos.

Según los gestores escandinavos, hasta un máximo de un tres por ciento del rendimiento obtenido en Bolsa se transfiere a las arcas del Estado para cofinanciar otras partidas relevantes de la SS a los trabajadores, como el seguro de enfermedad (Sanidad) y el seguro de desempleo. De acuerdo a fuentes del ramo, los noruegos tienen por ley asegurada una pensión mínima vital de 1.600 euros brutos mensuales tras haber cotizado por lo menos 40 años a las arcas estatales aunque no siempre hayan estado en situación de activo laboral.  Aún cuando la edad establecida actualmente de jubilación en Noruega son los 67 años, se puede solicitar  a partir de los 62 años pero con recortes de la prestación mensual. Asimismo se complementa con un plan de pensión de empresas a la que están obligados a aportar por ley y a la que el patrón dota con hasta el dos por ciento del salario bruto del trabajador. El capital acumulado de este plan de pensión de empresa es gestionado por los financieros de la propia empresa.

El modelo noruego que pretende casi clonar el nuevo gobierno alemán en Berlín cuenta con algunas críticas como la super-patronal alemana BDV o el gremio de la industria de los seguros (GDV) que sostienen no ver las ventajas que el fondo de las Acciones para los Pensionistas sea gestionado por unos gestores que no velen siempre  por la máxima rentabilidad,  eludan el riesgo volátil de la Bolsa, encubran gastos de administración y de pagos a los beneficiarios. Estas críticas vienen en parte de un país mayoritariamente conservador con sus ahorros  a diferencia del resto del mundo anglosajón y reacios a jugar mayoritariamente en la Bolsa en favor de la renta fija, bonos del estado y la antigua cartilla de ahorros.

Y como botón de muestra a los temores de la novedad gubernamental con la figura de la “Pensión en Acciones” ponen la experiencia vivida con una iniciativa similar en Irlanda creada en 2001. En aquel fondo de Bolsa para pensionistas de entonces contaba con una aportación anual del Estado del uno por ciento del PIB irlandés que se empleaba para  garantizar los altos costes de las pensiones. La mayor parte del fondo de reserva para las pensiones irlandesas estaba invertido en acciones, pero con el estallido de la crisis financiera en el 2008/9 el gobierno de Dublín se vio obligado a echar mano del mismo para rescatar a la banca hasta prácticamente descapitalizar las reservas destinadas a los jubilados. 

La experiencia escandinava y ahora germana podrían contribuir a quitar hierro en las encendidas discusiones entre los partidos en España sobre la reforma de las pensiones. A la estatal, podría agregarse a la hucha de las pensiones los planes de pensiones de empresa, otra que invirtiera en Bolsa y captara capital para la jubilación de los baby-boomers  y por último, pactar la llegada masiva de mano de obra extranjera cualificada, tanto para atender los retos de la revolución ecodigital como para aliviar -de forma similar a otros hemisferios vecinos- las parcas cuentas del Estado de bienestar que abordarían las jubilaciones de los españoles durante los próximos lustros. 

Hay que recordar que conforme pasa el tiempo, la SS española adolece de un déficit cada vez más abultado para hacer frente a las pensiones. Sólo el pasado año contabilizó un desfase presupuestario del 2,5% del PIB equivalente a casi 30.000 millones de euros. Mientras las cotizaciones descendieron, la partida de gasto casi se duplicó. Obviamente este sistema actual es completamente insostenible por mucho más tiempo. Su remedio podría oler a salmón noruego. Hace falta que los pescadores salgan dotados a pescar y no a emborracharse en las tabernas del puerto. @mundiario

 

 

 

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