Jim Rogers: “No me gusta decirlo, pero me temo que algo más reemplazará al dólar”

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Billetes de 100 dólares con billetes de 100 yuanes entre el fajo, la divisa que podría reemplazar a los verdes en un futuro no tan lejano / Pixabay.
El nuevo orden mundial que surgirá en la era post-pandemia podría motivar a los países emergentes a utilizar una moneda distinta al dólar para evitar que las impactantes decisiones de EE UU perjudiquen sus economías.
Jim Rogers: “No me gusta decirlo, pero me temo que algo más reemplazará al dólar”

El activo que actualmente controla el monopolio de la economía mundial es, desde 1944, el principal elemento de intercambio y movilidad en todo el sistema financiero y comercial internacional. No hay flujos de capitales en inversiones, compras de alta tecnología, adquisición de sistemas militares o exportaciones que no se valoren en dólares estadounidenses. La percepción nominal de lo que los grandes tenedores de rentas y los grandes mercados tienen acerca de los bienes, productos y servicios que retroalimentan el complejo ciclo económico y la pirámide socioeconómica del sistema de vida global, se refleja en dólares. 

De igual forma, la medición de riesgo, prosperidad, desarrollo y crecimiento material de una sociedad se mide, además de en porcentajes, en la divisa norteamericana, que desde el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, cuando el orden global cambió y viró hacia el paradigma de Occidente sobre el desarrollo humano multidimensional en contraposición al extinto ideal del imperio comunista de la Unión Soviética, controla los más de 80 billones de dólares que anualmente movilizan todos los países en su conjunto para su subsistencia.


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Sin embargo, en esta era posmoderna, en pleno clímax prolongado del período de crisis total más agudo en el siglo XXI, el sistema internacional se ha fragmentado por las tensiones entre las dos potencias orientales que buscan dominar la hegemonía de la Aldea Global a partir de la segunda década de este siglo, que comenzará el próximo 1 de enero de 2021.

Y debido a esa fragmentación Rusia y China desarrollan sus estrategias con base en la extensión de sus propios paradigmas acerca de cómo debe ser la economía y el sistema de vida del futuro sin los valores capitalistas y ultraliberales de Estados Unidos. Ese efecto diplomático podría generar un efecto dominó, cuya última pieza en derrumbarse sería la actual moneda más poderosa del mundo: el dólar norteamericano.

Es por ello que el conocido inversor estadounidense Jim Rogers, un potencial agente financiero de gran alcance en el mercado más valioso del mundo, la Bolsa de Wall Street, pronosticó que existe “una alta probabilidad de que pronto una moneda llegue a reemplazar al dólar”.

Rogers basa su argumento en la deuda externa de EE UU y las políticas económicas-comerciales que ha implementado la Administración de Donald Trump en el país contra China, que posee una gran parte de la deuda estadounidense en bonos con altas tasas de interés, pero también con altos índices de morosidad que cada día aumentan más.

La estrategia de China para desplazar a EE UU

Esto implica que la segunda mayor economía del mundo podría intentar deshacerse de la deuda de Estados Unidos mediante pagos con una divisa que tenga circulación, valuación, confianza, liquidez y rentabilidad, esto con el objetivo de desplazar la influencia del dólar y así tener participación en flujos de capitales con una moneda que los mercados mundiales puedan conseguir aliándose con China en lugar de depender de la potencia norteamericana.

“La condición de principal divisa de reserva del mundo que posee el dólar puede terminar pronto. Esto puede deberse a las recientes tensiones entre Estados Unidos y China y las políticas de la Administración Trump”, según el experimentado inversor.

Sin embargo, ese escenario que proyecta Rogers no es tan factible a corto ni a mediano plazo. Es un potencial escenario a largo plazo que solo ocurrirá si los grandes mercados que mueven las inversiones, el dinero y las exportaciones de muchas empresas y gobiernos como combustible de la economía global, dejan de hacer sus transacciones, créditos e inversiones con dólares, convierten sus deudas a otra divisa y transforman sus ahorros en una moneda igual de estable. 

Mientras sigan existiendo dólares y la Reserva Federal (banco central) de EE UU los siga imprimiendo, emitiendo e inyectando en forma de liquidez, el dólar no podrá ser desplazado, pues los grandes bancos que mueven las industrias más poderosas del mundo, aún operan en dólares y, en medio de esta crisis mundial por la pandemia de coronavirus, los Gobiernos del mundo han movilizado más de 12.000 millones de dólares en paquetes de rescate a sus economías debido al desempleo, el colapso sanitario y la incertidumbre social. 

Y en el caso de EE UU más de 2 billones de dólares inyectó el Gobierno de Trump en su economía para amortiguar el impacto de la recesión, un capital exorbitante del cual más de 1.000 millones de dólares han salido del país en forma de remesas, inversiones y compras de diversa escala. 

“Soy estadounidense, así que no me gusta decirlo, pero me temo que el dólar estadounidense está llegando a su siglo de dominio y algo más lo reemplazará. Estados Unidos es ahora la nación deudora más grande en la historia del mundo y aumenta su deuda cada día más”, dijo Rogers en una entrevista con el canal ruso RT, duramente crítico con EE UU en todos los aspectos.

¿Cómo podría ocurrir la caída del dólar?

Según el Global Times, EE UU tiene una deuda que supera los 26,5 billones de dólares (US$26.500.000.000.000), es decir, el 36% del valor de la economía mundial lo tiene la potencia norteamericana acumulado en su deuda externa, de lejos, el país que más dinero pendiente por pagar tiene en todo el planeta.

De acuerdo con el experto, China puede reducir gran parte de sus tenencias de deuda estadounidense en bonos a unos 800.000 millones de dólares de un nivel actual de más de 1 billón de dólares (US$1.000.000.000.000), lo cual podría aumentar los riesgos de incumplimiento, es decir, de que EE UU no pague su deuda, mientras que la Administración Trump persiste con su política de sanciones contra China, pues también planea desplazar su influencia en Occidente mediante la socavación de su sistema comercial.

El inversor Rogers cree que si incluso China decide eliminar una quinta parte de la deuda estadounidense (vendiendo los bonos), “va a ejercer presión sobre las tasas de interés en EE UU y al mismo tiempo ayudará a China a fortalecer el yuan porque si venden la deuda estadounidense, venden dólares, por lo que su moneda sube”.

Por lo tanto, China podría vender a los mercados emergentes varios tramos de la deuda estadounidense en yuanes, lo cual le daría movilidad, liquidez, mercado y circulación mundial a la divisa china en la medida que los inversores de los mercados europeos y asiáticos decidan captar rentabilidad en una deuda que cuenta con altas tasas de interés, aunque China también podría bloquear las prórrogas de esos bonos para exigir los pagos de los intereses, algo que dejaría a EE UU bajo una presión financiera que podría tener reacción en sus mercados -Wall Street- y mermar la rentabilidad de las empresas que crean empleo en el país, un efecto cascada muy acelerado.

“Si Washington se enoja contigo, te impone sanciones. Eso duele a todos. Así que los chinos, los rusos, los indios, los brasileños y otros países están comenzando a buscar una moneda competitiva alternativa al dólar estadounidense”, explicó Rogers.

Este es el factor que podría minar la expansión y estabilidad del dólar como moneda de reserva mundial. Los mercados emergentes alternativos al mercado estadounidense buscan eludir esas sanciones, que bloquean los flujos de inversiones y financiamiento de esas naciones porque están denominados en dólares. Es por ello que podrían inclinarse por el yuan o el euro, aunque la capacidad de expansión de China garantiza el alcance de las exportaciones de Rusia, India, Brasil, Japón, entre otros, y hacerlo con una moneda de la cual Pekín no los vetará, generará confianza y un posible viraje de la economía mundial al yuan como refugio de valor de los activos, riquezas y patrimonios de países, empresas e inversionistas. @mundiario

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