Una iniciativa económica que busca contrarrestar a las pandillas en América Central

Las pandillas son uno de los ejes de la violencia en Centroamérica, pero no el único. / RRSS
Las pandillas son el eje de la violencia en Centroamérica. / RRSS

El mayor negocio ilegal de las pandillas en en el itsmo no es la venta de drogas, sino la extorsión, la cual es su principal fuente de ingresos. 

Una iniciativa económica que busca contrarrestar a las pandillas en América Central

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta Centroamérica respecto a las maras o pandillas, es mostrarle a estos jóvenes que pueden obtener apoyo económico en otros lugares. Actualmente su mayor fuente de ingreso es la extorsión, y no parece que vayan a abandonarla. Según cifras oficiales de la Fuerza Nacional Anti-Extorsión del El Salvador, se calcula que las extorsiones generan $390 millones anualmente en El Salvador, $200 millones en Honduras, y $61 millones en Guatemala respectivamente.

La extorsión provoca el desplazamiento masivo de personas, que huyen de las maras cuando no quieren pagar. Las maras usan el dinero para sostener a sus familias, sobornar a los guardias en las cárceles, conseguir abogados, y mejorar las condiciones carcelarias. En julio de 2016, la Operación Jaque que puso en marcha el gobierno de El Salvador desarmó parte de la Mara Salvatrucha, la más importante del país, y una que tiene presencia en toda Centroamérica. Setenta personas fueron detenidas en relación con empresas que la Mara Salvatrucha estaba usando para lavar fondos.

La extorsión es también un medio de control territorial. Las personas que viven en territorios controlados por las maras pagan por "economía de protección", para garantizar su seguridad. En Honduras, se estima que el 79% de las pequeñas empresas, y el 80% de los comerciantes informales son extorsionados a diario.

El sector del transporte es particularmente vulnerable. En El Salvador, 692 conductores fueron asesinados entre 2011 y 2016. En Guatemala, 498 conductores fueron asesinados entre 2009 y 2011. En Honduras, 84 conductores de taxi murieron sólo en el 2012. La extorsión de las maras alimenta un ciclo de violencia.

Con el fin de reducir el impacto de la extorsión, los ingresos de los miembros de las pandillas tiene que ser complementado con otra cosa, por lo general, y aunque parezca contradictorio, con empleos legales. Pero conseguir un trabajo a menudo es difícil, o a veces imposible en algunas partes de El Salvador si es que se ha nacido en áreas controladas por maras, o si se tiene un tatuaje de iniciación de pandillas.

The League Collegiate Outfitters, un servicio de telemarketing, ha decidido romper el ciclo y ofrecer puestos de trabajo a los ex miembros de pandillas. Un sorprendente veinticinco por ciento de sus empleados son antiguos pandilleros, quienes también tienen la opción de tomar clases de inglés a través de la compañía, y obtener financiamiento para comprar computadoras para sus familias.

"Nuestro objetivo es que el 25% de los empleados se trasladen a un centro de llamadas, lo que significa que un operador pasa de ganar de $300 a $600 al mes", explicó Rodrigo Bolaños, ejecutivo de la compañía, a El Diario de Hoy en El Salvador.

La Liga se dedica a hacer ropa para 3.000 universidades en los Estados Unidos, y tiene aproximadamente 400 empleados. En noviembre de 2016, la compañía fue reconocida por la Embajada de los Estados Unidos por excelencia corporativa. "La Liga está dedicada a tomar lo que la comunidad ofrece y transformar esa fuerza de trabajo en una más educada", dijo el Embajador Jean Manes. "Esta empresa sabe que en cualquier solución a los problemas de seguridad de El Salvador, debe incluir el empleo digno, la educación continua, y por supuesto la reinserción social de las poblaciones en riesgo".

En 2010, la Liga comenzó a ofrecer clases para sus empleados, especialmente para aquellos que no habían terminado la educación primaria, y en febrero de 2016 comenzó una alianza con la Universidad Don Bosco, ofreciendo programas universitarios en sus instalaciones. Se dice que noventa empleados están matriculados en las clases universitarias.

Este tipo de iniciativas necesitan incrementarse considerablemente en la región, ya que actualmente las maras son responsables de asesinatos, violencia contra las mujeres, y desplazamiento forzado. Se estima que sólo en El Salvador hay cerca de 70.000 miembros de maras, 22.000 en Guatemala, y 12.000 en Honduras.

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