Los 2.501 millones de beneficios de Inditex tienen más de una explicación

Imagen promocional de Bershka.
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Ha salido a la palestra una legión de escuderos, dispuestos a elogiar y poner en los cuernos de la luna el modelo de gestión y la gestión modélica de la gran multinacional, escribe este autor.

Los 2.501 millones de beneficios de Inditex tienen más de una explicación

Ha salido a la palestra una legión de escuderos, dispuestos a elogiar y poner en los cuernos de la luna el modelo de gestión y la gestión modélica de la gran multinacional, escribe ese autor.

La empresa neocolonial Inditex (conocida por sus marcas Zara, Pull&Bear, Massimo Dutti, etc.) acaba de presentar los resultados del ejercicio 2014: beneficio de 2.501 millones de euros. Al punto, ha salido a la palestra una legión de escuderos, dispuestos a elogiar y poner en los cuernos de la luna el modelo de gestión y la gestión modélica de la gran multinacional española y gallega, que tiene de española y gallega lo que este cronista de esquimal.

La información oficial fluye sus chorros de oro como un Niágara incontinente, pero otra realidad distinta, una lluvia fina y porosa, se cuela en el relato papanatas y nos interpela como ciudadanos. ¿De verdad es Zara el modelo social que deseamos, el ejemplo a estudiar en las escuelas de Empresariales y en las facultades de Económicas? ¿De verdad pensamos, como sociedad, que Zara es progreso y aporta a nuestras vidas felicidad, bienestar, solidaridad, y los sentimientos y acciones que nos hacen ser mejores personas?

Supongo que es pedirle demasiado a una empresa de ropita barata para quinceañeros, y mamás y papás deseosos de vestirse como adolescentes. Esos 2.501 millones de beneficios de Inditex tienen más de una explicación y, si no creemos en los milagros, estamos obligados a parar y pensar: ¿dónde está el truco de Zara?

Frente al Niágara de su éxito en las «Rebajas», una simple indagación aporta una catarata de denuncias sobre las que Inditex calla, calla y calla, tal ha sido siempre su política de ocultismo y nula transparencia: “Zara registrada por supuesta explotación laboral en Argentina”, El Mundo. “Una empresa contratada por Zara usa a niños para coser los zapatos”, según un semanario portugués. “Inditex, fuera de la lista de las mejores empresas para trabajar en España en 2013”, Vox Populi. “Inditex se aprovecha de la ley para librarse de pagar 900 millones de impuestos en España”, El Confidencial. “Telares en las mazmorras. El País accede al primer eslabón de la industria textil de Bangladesh, lúgubres fábricas de telas con terribles condiciones laborales”. “Zara, acusada de explotación en Argentina”, El Mundo. “#BoikotInditex pone en marcha una campaña contra Inditex por "esclavizar mujeres y niños”, Galicia Confidencial. “La empresa española Zara destaca por ser la única en cuyas prendas se han detectado sustancias que pueden convertirse en cancerígenas”, Informe Greenpeace, etc. etc.

Muchas preguntas...

Es posible que todo sean mentiras y que la marca adorada por nuestras hijas e hijos deba ser canonizada por el Vaticano: Santa Zara; pero nadie responde a tantas preguntas: ¿respeta Zara el comercio justo y los derechos humanos ya sea en Arteixo, en la India o en Marruecos (donde a este periodista se prohibió entrar en sus fábricas)? ¿Dónde paga sus impuestos tan patriótica empresa, abanderada de la Marca España? ¿Por qué tiene Inditex filiales en siete paraísos fiscales? ¿Por qué el señor Ortega, que encabeza la lista Forbes de hipermillonarios, se burla de todos nosotros con una SICAV y paga impuestos a un tipo del 9% cuanto los demás pagamos el triple? ¿Por qué el Tribunal Supremo tardó más de diez años en imponer a Ortega una multa de 33 millones de euros? ¿Quién y cómo se compra el silencio de algunos medios de comunicación, sindicatos, o inspectores de trabajo y hacienda, que ni están ni se les espera?

Inditex gana mucho porque, además de sus virtudes como empresa, juega con ventaja y con privilegios; porque no juega limpio con la sociedad: tiene un ejército de abogados y auditores para eludir sus responsabilidades fiscales y laborales, diseminadas por todo el mundo en paraísos fiscales e infiernos clandestinos.

Zara no es una empresa transparente y, desde luego, no es una empresa modélica en respeto a los derechos humanos. Prefiero una sociedad menos globalizada, menos ocupada en ganar dinero, con menos multinacionales esclavistas y más talleres de artesanía a escala humana. ¡El éxito, el beneficio, 2.501 millones más al bolsillo… a costa del trabajo infantil y del trato degradante son un fracaso! Deberíamos remover nuestras conciencias y, de paso, limpiar nuestro armario. @ValentinCarrera

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