El incierto futuro de la refinería de A Coruña debería estar ya sobre la mesa

Josu Jon Imaz. / Mundiario
Josu Jon Imaz. / Mundiario
Al menos debería estarlo desde que se anunció la prohibición de venta de vehículos de combustión en la Unión Europea a partir de 2030.
El incierto futuro de la refinería de A Coruña debería estar ya sobre la mesa

Bajo el título Repsol demora su conexión con el puerto exterior cuando se abre el cierre de refinerías, firmado en MUNDIARIO por Fernando González Laxe, catedrático de Economía, se recuerda que tras 1.000 millones de euros de inversión, el puerto exterior de A Coruña no tiene conexión por tren ni está conectado con la refinería de Repsol adosada a la ciudad. También se constata que los petroleros siguen descargando en el puerto interior, con los riesgos ya conocidos desde hace muchos años.

Que la refinería de Repsol en A Coruña está en peligro es algo que debería de estar sobre la mesa desde que se anunció la prohibición de venta de vehículos de combustión en la Unión Europea a partir del año 2030.

Parece algo que suena muy lejos pero son menos de 9 años y 2025 –año de entrada en vigor de la norma anticontaminación Euro7 de cara a la homologación de los coches– está más cerca, y no pinta mucho mejor.

Cierto es que los vehículos actuales tendrán vigencia hasta 2040 o 2050 y que alcoholes, aceites, disolventes, adhesivos, betunes, aislantes, plásticos y alquitranes se van a seguir usando, pero la mayoría no dejan de ser subproductos de los combustibles.

Si se reduce el refinamiento de combustibles (porque no se van a tirar), eso hará que suba todo lo anterior de precio, de modo que las petroleras puedan prescindir de líneas de negocio enteras –con sus empleos correspondientes–, porque harán la misma caja con menos producción y menos personal.

Es un cambio de paradigma muy grande. @mundiario

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